jueves, 28 de mayo de 2015

El miedo a la democracia (real)

J. Ignacio Mancilla*




Uno de los cambios estructurales más importantes del mundo contemporáneo consiste en que el miedo a la democracia ya no solamente se da en los regímenes totalitarios sino, también, en los propios sistemas denominados democráticos.

Esto es lo que se ha puesto en primer plano sobre todo después del 11 de septiembre de 2001, con posterioridad al derrumbe de las Torres Gemelas de la ciudad de Nueva York (lo que no impide que recordemos otro 11 de septiembre, pero de 1973, el del golpe militar al régimen democrático de Salvador Allende, auspiciado por Estados Unidos); aunque en sentido estricto, dicho temor viene desde tiempo atrás: exactamente desde la imposición de la ideología económica neoliberal que postula como su dogma fundamental(ista) la supuesta autorregulación social por las leyes inherentes al mercado.

Cosa en la que se ha fracasado rotundamente. Baste ver la extensión de la pobreza y la concentración de la riqueza, no solo en México sino incluso en los Estados Unidos.

En México en el 2012 vivimos un proceso electoral plagado de irregularidades e ilegalidades, en el que se jugaron, de lleno, las propias instituciones que asumen, retóricamente, la democracia como su máximo valor; fueron esa mismas instituciones las que apostaron por la ilegalidad y la ilegitimidad democráticas.

De este modo, se consumó una vez más (por quinta ocasión en el México contemporáneo) un atraco electoral propiciado por las propias instituciones que se supone son las defensoras de la democracia.

Fue así que, con su aval, Enrique Peña Nieto se hizo del poder. Y fueron cómplices el Instituto Federal Electoral (IFE), ahora Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF); con lo que no han hecho otra cosa que violentar la Constitución, nuestra Ley máxima. Minando la legalidad y la legitimidad, los dos pilares fundamentales de la democracia moderna.

Todo en favor del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y también del Partido (de) Acción Nacional (PAN), el gran traidor de la democracia (recordemos cómo es que llegó a la Presidencia Vicente Fox Quezada en el año 2000); en perjuicio de Andrés Manuel López Obrador, pero sobre todo en perjuicio de las y los votantes y de todo México.

¿Y qué han hecho con el poder, panistas y priístas en lo que va de los años 2000-2012 al momento actual (2015)? No otra cosa que un gran cementerio (clandestino) de nuestro país, un gran matadero. Ayotzinapa se convirtió en la figura paradigmática de esta política del terror, y Tlatlaya (Estado de México) y ahora Tanhuato (Michoacán).

¿Y el Partido de la Revolución Democrática (PRD)? Por lo menos en Iguala, Guerrero, y en todo el estado se ha comportado igual que los priístas y los panistas, lamentablemente.

Esta es, finalmente, la verdadera ruta de nuestro México y del mundo contemporáneo: la del miedo a la democracia (real).

Y su reducción a mera democracia formal como puro marketing.

En este contexto nacional, pero también internacional, valen las siguientes reflexiones:

¿Tiene algún sentido votar el próximo 7 de junio?

Y, ¿realmente, en medio de todo el circo electoral que estamos viendo, en el que la degradación de la democracia parece no tener limites, es mejor opción ir a votar que quedarse a ver el fútbol (otro espectáculo inserto en la lógica del Coliseo y de lo meramente mercantil)?

¡Horrible, horrible, horrible!”, enunciaría un personaje precisamente de la sociedad del espectáculo!, para decirlo en los términos de Guy Debord (1931-1994) y como un modesto homenaje a él.

Es por ello que cierro este texto con la frase cortada, mediante el recurso de los puntos suspensivos, de un texto genial donde se pasa revista, críticamente, al tema de la democracia; me refiero a Políticas de la amistad, de Jacques Derrida (1930-2004), para que el lector o lectora la complemente como mejor le plazca, considerando el contexto actual (nacional y mundial) en el que se deconstruye la frase atribuida a Aristóteles (“Oh, amigos míos, no hay ningún amigo”), así como la inversión que hace Nietzsche de la misma (“¡Oh, enemigos! No hay enemigos”):

Oh, mis amigos demócratas...”

Así están las cosas, en el México y el mundo de ahora.


¿Qué le vamos a hacer?



*J. Ignacio Mancilla

[Ateo, lector apasionado, 
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]




viernes, 22 de mayo de 2015

ANIMALES, BESTIAS Y ¿HUMANOS? La inexplicable paradoja de la humanidad


Inés M. Michel*



Para Cherry



Se ha puesto ya en juego en este blog, el problema de lo humano, de la animalidad y de la humanidad.

La entrada que precede este texto me pareció soberbia, hecha con sabiduría y con una magistral pluma, que sí es la de mi padre, pero más que eso, se trata de un intelectual como pocos en México (me lo han dicho repetidamente, distintas personas que han trabajado con él), formado tenazmente en la filosofía, su pasión, una que me ha transmitido desde que apenas balbuceaba.

Tengo que decirlo porque viene al caso, porque después de esa entrada titulada ¿Y si los animales respondiesen?, publicada el viernes 15 de mayo, me surgieron muchas, demasiadas preguntas, y también sentí un poco de miedo, lo cual motivó esta pequeña introducción, miedo a no estar a la altura en las siguientes entradas, de un texto tan bello que logró en un corto espacio plantear tantas interrogantes, a manera de carta para las autoridades de la Universidad de Guadalajara, y con una pregunta bellísima: ¿y si los animales respondiesen?


DE HUMANOS QUE ACTÚAN EN LA BESTIALIDAD


Después del asesinato de un pequeño de seis años, a manos de otros menores de edad que en un principio se dijo “jugaban al secuestro”, he leído una cantidad importante de comentarios al respecto que no han hecho más que horrorizarme y que no transcribo aquí para no dar más difusión a dichas posturas, ya bastante difundidas y apoyadas, pero en pocas palabras, hay un clamor popular para que esos niños, que leyendo detenidamente el caso, encuentro que no era un juego lo que hacían, sean juzgados como adultos, se pide que “se aplique todo el peso de la ley”, incluso he leído comentarios enardecidos que piden pena de muerte, o llaman a que se les torture, que “sufran pues eso merecen” porque son “psicópatas”, “sociópatas”, que están “podridos” y no merecen el perdón de nadie. El caso ya ha resonado en medios internacionales. [NOTA EL PAÍS]

Como dije, no los trascribo aquí, pero es fácil encontrarlos en las redes sociales, en los comentarios de periódicos y sitios web donde se están publicando las notas sobre el caso. Hago mención de ellos pues quiero plantear una postura al respecto y de la dimensión que tales palabras representan pues se dan en medio de un acalorado debate, sobre un hecho que ha cimbrado a la opinión pública. En una página de Facebook que sigo, donde se publicaron numerosos comentarios al respecto, y que mencionaba como estos niños habían sido ya denunciados por tortura y asesinato de animales, encontré la opinión de Lydia Viñals, activista a quien no conozco personalmente, pero con quien coincidí en muchos aspectos, me permitiré citar un poco de lo que argumentó, pues me pareció muy atinado y claramente expuesto: 


“Escalofriante es, en todos niveles y desde cualquier perspectiva, la tortura y asesinato de un niño en manos de otros niños, por supuesto no es de sorprender la indignación, veo que se llama a movilizaciones, se exigen acciones, pero nuevamente veo con tristeza y algo de frustración que tienen origen más 'en la tripa' que en la razón, se exige superficialmente antes de analizar. Que sean juzgados como adultos es un clamor que ahora recorre redes, es la exigencia generalizada, ok, veamos lo que eso implica, los van a tomar, juzgar y sentenciar como adultos, por lo que sus sanciones serán las de un adulto, básicamente: cárcel, en donde solo se les condenará a escalar (si es que aún cabe más escala en su criminalidad)...” (Página de Facebook: Somos actores de la segunda revolución mexicana, comentario publicado el 20 de mayo de 2015).

El comentario era bastante extenso y seguía a través de una serie de respuestas que tuvo que dar a quienes claramente no habían entendido nada de su mensaje, y la tachaban de insensible o le cuestionaban si ella tenía hijos y si no pediría la muerte para esos niños de encontrarse en una situación así. Últimamente me he alejado de ese tipo de debates pues encuentro muy poca escucha en esos espacios y mucho ataque y descalificación, en esta ocasión me detuve un poco, leí los comentarios y pensé en redactar algo que le compartí a Lydia públicamente, y que ahora comparto por este medio también:


...quiero sumarme a la postura que con tanta claridad y tranquilidad defiendes, y sobre todo por los sinsentidos que has tenido que responder, y que vienen de la terrible incapacidad de leernos y leernos a profundidad, y después de eso responder, estemos de acuerdo o no, con respeto y sin falacias lógicas en el discurso, pues lo más común es hablar (y escribir) sin entender a quien leemos y haciendo de la visceralidad la clave, logrando solo desviar la atención del punto nodal.

Quiero decirte también que difiero con algunas palabras o conceptos que compartiste (más no con el sentido que quieres otorgar a todo el mensaje), como por ejemplo, con el asunto de la reprogramación, que suena mucho a conductismo, y creo que está muy probado que el conductismo no funciona, una crítica fortísima a dicha corriente psicológica la encontramos en la magistral Clockwork orange, del cineasta Stanley Kubrick (esto solo es un dato cultural). A pesar de ello creo que tienes mucha razón en lo referente al tejido social, a la reconstrucción de las relaciones sociales y humanas, y a que México está hundido en un complicadísimo entramado de corrupción, indiferencia, violencia, pobreza... Es largo, ya lo has expuesto muy bien.



Con lo de los animales no humanos, toda la razón. Y más que comprobado, lástima que siga sin entenderse, que el respeto por la vida es integral o no es respeto, si no se respeta la vida de un animal no humano, eso deriva en un poco o nulo respeto por la vida humana. Si no hay consecuencias por dañar seres indefensos, sea cual sea su especie, tarde o  temprano eso nos cobra la factura y ahí sí, "todo mundo pierde la cabeza". El asunto es por qué hasta ese momento, supongo que es el egoísmo que como especie nos caracteriza, "mientras no me afecte a mí directamente, lo demás no es tan importante".



Por último quiero abonar un punto, tiene que ver con mi área de acción, o mi trinchera: el arte. Aparte de todo lo que mencionas, y que es atinado insisto, también tenemos que hablar del arte, arte al alcance de cada niña y niño en México, jóvenes y adultos por supuesto también, pero es urgente en la infancia, especialmente en el contexto actual; creo que de eso tenemos que preocuparnos y ocuparnos, no es LA SOLUCIÓN, pero es una posibilidad real e inmediata de que hagamos algo con este malestar que nos aqueja, que lxs niñxs escriban, lean cuentos, toquen la guitarra, dibujen cómics, vean cine, acudan al teatro, pinten cuadros, dirijan cortometrajes (con una cámara cual sea), o que disfruten de la música, sea lo que sea lo que puedan y quieran hacer, y que no se considere un mero pasatiempo o algo de "poco provecho que no deja dinero"; y a través de ello ir haciendo caminitos, puentes, esta exposición al arte ha sido clave para personajes que después de triunfar en una u otra área, han hablado de su entorno violento o difícil, en el que el arte fue una alternativa distinta, una posibilidad de vida y sobre todo de un vivir diferente. 

Por supuesto hay ejemplos como Medellín, Colombia, donde se plantearon a nivel gobierno, estas alternativas para barrios con focos rojos de violencia, adicciones y prostitución, llevando arte y oferta cultural así como espacios arquitectónicos para esta propuesta, logrando una transformación impresionante en la ciudad y en los índices de criminalidad que disminuyeron rotundamente, siendo modelo para otros países. Aquí, tristemente estamos lejos de una política así pero podemos plantearla desde la sociedad, asociaciones civiles, individuos, colectivos independientes, y se está haciendo ya. Quise reflexionar sobre esto y compartirlo aquí.

Concluyo diciendo sobre los niños que asesinaron al otro pequeño, que desde la lógica más fría, y suponiendo que se actuara como veo que exigen, con castigo ejemplar o con "todo el peso de la ley", solo les dejo para la reflexión que esto es tan efectivo como cortarle una cabeza a un monstruo, del que nacerán dos cabezas más. Estos niños ni son "psicópatas", ni son "sociópatas", de nuevo entro a los términos, pues dichos términos llevan a psicologizar y reducir la explicación a lo más simple y cómodo "ellos son los locos, yo estoy bien y cuerdx", estos niños hicieron algo terrible sí y pudiéramos apoyarnos en la psicología para intentar explicar algunas cosas, pero más allá de eso, son individuos formados (a pesar de su corta edad) en una sociedad que tiene mucho de bestialidad allá donde vayamos, y sí, nos aterroriza lo que hicieron, pero el monstruo que se nos presenta como "otros" no es más que nosotros mismos, terriblemente reflejados en un espejo, algo de esa bestialidad nos habita a cada unx, algunos, a pesar de ello o justo por ello, hacen activismo, otrxs hacemos arte o intentamos por ese camino, algunos se convierten en luchadores sociales, otros reflejan sus frustraciones y desesperanza de forma no tan "grave" pero no por ello menos destructiva; pero hay otros que por su contexto, por su propia psique, por mil factores, lo que hacen es ser victimarios, y también víctimas de su propia oscuridad, matan, lastiman, entran al círculo de la violencia inconsciente o conscientemente, y aquí es donde las leyes, tienen que funcionar y el estado de derecho impartir justicia, pero el hecho es que NO funciona en México, además en crímenes de esta naturaleza hay una dimensión jurídica que hay que atender, pero hay otra igual de importante, la dimensión humana, no de trata de que no asuman ninguna consecuencia por lo que hicieron, ni Lydia ni nadie aquí he visto que defienda que deben salir impunes, lo que se pide es que se revise qué está pasando para que algo así haya pasado. Si hoy pedimos muerte para esos niños (algo que por sí mismo está fuera de lugar, ¿castigas por matar MATANDO?), o penas severas de cárcel (en cárceles que no cumplen el objetivo de ser CENTROS DE READAPTACIÓN SOCIAL), solo estamos cayendo en la barbarie que hoy y en este caso en particular nos aterroriza. "Ojo por ojo... Y el mundo quedará ciego".


DE ANIMALES NO HUMANOS QUE RESPONDEN INTERROGANTES (Y NOS DEJAN PREGUNTÁNDONOS POR LO HUMANO Y LO ANIMAL)


En lo animal he encontrado tanto, he amado, concretamente la amé a ella, Cherry, un ser que nunca habló español, ni ningún idioma humano. La amé y la recuerdo cada día, aún con mucho dolor por su ausencia, también con el gusto que dejan quienes vivieron y ya no están, quienes vivieron y dejaron huella, bella y profunda.

Cherry a quien dedico este texto, fue una samoyedo blanca, perfecta como compañera de viaje, caótica, observadora, paciente, noble, inteligente, (cualidades que no encuentro en muchos humanos), ella respondió a muchas de nuestras interrogantes, respondió muchas veces en silencio a preguntas que le formulamos y cuando no lo hizo, movió siempre su cabeza, hacia un lado (como sabe cualquiera que haya convivido con perros, que hacen cuando intentan comprender algo). Mi papá lo supo, lo sabe. Y me lo compartió en un texto, a manera de pésame cuando ella murió, un gesto que agradezco profundamente (no solía acostumbrarse en aquel entonces -se hace un poco más ahora-, dar el pésame por el fallecimiento de animales no humanos). Este pequeño texto hecho en forma de acróstico, es además de pésame una ofrenda, para mi perra, un ser de los que más he querido en mi vida y que me abandonó antes de tiempo (la muerte suele llegar antes de tiempo), y quien en madrugadas como esta donde duele tanto su partida, me acompaña, me tranquiliza, me recuerda lo maravilloso que fue vivir a su lado.


A LA MEMORIA DE CHERRY


Cuánto me sorprendías, todo el tiempo
 
Haciendo lo que hacías, el tiempo todo.
Esperabas, obervabas y dabas más que indicios,       (cual viejo dios, tótem, animal)
Respondías como no dando crédito,
Respondías un tanto extrañada, confundida, 
Y, no obstante, respondías, o no, para mi sorpresa. 
                 ¿Podremos entender algún día tus respuestas?

             -J. Ignacio Mancilla, Ciudad de México, 10/08/09





ESBOZANDO LO QUE VIENE


Tengo una tarea pendiente con papá, leer a Jacques Derrida, concretamente su ensayo Sobrevivencia, del libro Deconstrucción y crítica. Es un pendiente que no he hecho no por falta de tiempo ni de interés, sino por la imposibilidad de leerle (esto en días pasados), si bien la sugerencia de ese y otro texto de su autoría (que ya leí, ese sí), fueron hechas previo a la publicación de mi entrada anterior, aún lucho con la dificultad de leer a Derrida, sin tanta angustia, causada principalmente por las interminables notas al pie, con aclaraciones de él mismo, del traductor al inglés y del traductor al español. Espero conseguirlo pronto y con eso abonar o quizá definir mejor mi postura sobre la muerte, la supervivencia y lo animal. 

En otro tema, relacionado al menos en mi mente, un amigo, en una conversación facebookera me pasó un artículo que habla sobre las profecías de Phil K. Dick, a quien quiero dedicarle una entrada completa próximamente, menciono brevemente esto porque añade algo a la reflexión de la realidad que vivimos y los sucesos que nos aquejan. Dick, genial escritor de ciencia ficción, un maestro del género, respondió anticipadamente a muchas cosas que hoy pasan o empiezan a pasar, como la hipervigilancia del Estado, la invasión de la privacidad, el caos del mundo súpertecnologizado y muchos etcéteras que merecen su entrada, y la tendrán, pero que aprovecho para empezar a esbozar, enlazándolo con la deshumanización que plantée en mi entrada pasada, y con la incorporación de la máquina más humana que lo humano.

Finalmente, quiero solo escribir algo, también brevísimo, sobre un autor, Karl Ove Knausgård, un escritor noruego a quién recién descubrí por una entrevista que publicó el periódico español La vanguardia [ENTREVISTA AQUÍ],  y que tengo en mi lista de próximas lecturas; cuando le encontré y leí sobre él, sentí alivio, por encontrarme en las letras de alguien más, alguien de quien aún no leo su obra, pero que me enfrentó a una reflexión sobre la vida cotidiana, esa que a veces nos carcome, nos frustra, y a quienes escribimos, desde una entrada para un blog, hasta una obra que consta de seis tomos, como Mi lucha de Knausgård (publicada parcialmente apenas), nos lleva a plasmarnos, como personajes, que se desmarcan de nuestra personalidad y cobran vida propia, una vida en las letras. Comparto un fragmento de dicha entrevista: 

Fue muy duro al principio. Llevaba escritas 400 páginas y sentía surgir mi verdadera naturaleza. Eso es lo que me interesaba: mostrar los aspectos más fuertes de mi vida, admitir todas mis debilidades, mis intimidades... ‘¿De verdad vas a hacer eso?’, me advertían mis amigos. ¿Por qué no? ¿Cuál es el peligro? ‘Pero, Karl, ¡no podemos decir la verdad!’. Es un intento de contar la vida tal como es, pero con la peculiaridad de que, al ser contada, deja de ser vida y se transforma en literatura. Me enfrenté a los personajes y a mí mismos como si fueran otros, los utilicé como si todo aquello le hubiera sucedido a un tercero, y ese ejercicio no fue fácil. Creí que luego a lo mejor no podría salir a la calle, pero no ha sido así, la gente lo lee como una novela. Así debe ser.”

Más adelante nos dice:

“No existes, narrativamente hablando, si todo te va bien. Para crear, tienes que haber perdido algo. Y no se preocupe porque, en mi caso, solo hay un lugar en el que me siento bien: sentado en esta mesa, cuando estoy escribiendo. No sabría decirle por qué, pero si no escribo me siento muy mal.” (Fragmentos de la entrevista, link disponible arriba).

Me quedo con esto, y así respondo también a una charla con un lector de este blog, quien me decía que quisiera tener facilidad para escribir, yo le comentaba que en mi caso no es fácil escribir, pero peor me resulta no hacerlo, resulta que mi haber perdido del que habla Karl, lo llevo a veces con mucha dificultad a mi escritura, y vuelve a doler mientras recorro la hoja escribiendo, pero termino y releo, y casi siempre un poco de ese dolor se ha ido, se ha transformado en otra cosa, no sé bien en qué.


Cherry, 2008

A 6 años de tu ausencia Cherry, 
te digo (me digo), no me he olvidado de ti.




*La Otra I

 [atea, vegana, feminista,
lectora irredenta
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia]

Twitter: @inesmmichel











viernes, 15 de mayo de 2015

¿Y si los animales respondiesen?


(Carta abierta al Rector General y al Rector del CUCSH de la Universidad de Guadalajara)



J. Ignacio Mancilla*




En un libro sin igual, El animal que luego estoy si(gui)endo (Trotta, 2003), Jacques Derrida (1930-2004), el filósofo de la deconstrucción pasa revista, críticamente, a la idea hegemónica, filosófica y psicoanalíticamente, de que el animal es incapaz de responder.

Su apreciación considera, incluso, a quienes elaboran mejor este paradigma; ya desde la filosofía o desde el psicoanálisis, como Martin Heidegger (1889-1976), el pensador del Ser o Jacques Lacan (1901-1981), quien radicaliza el corpus freudiano, retornando, en cierta medida, a él, pero también yendo más allá...

Contra argumentando finamente, el intelectual argelino llega a preguntarse, haciendo tambalear, fehacientemente el antropocentrismo, que él mismo llegó a definir como Antropo-Logo-Falo-Carno-Centrismo; ello a través de la pregunta que se formula y nos plantea en aras de la reconsideración más radical sobre lo animal:

¿Y si los animales respondiesen?

Este profundo cuestionamiento nos obliga a replantearnos, ya, sin coartadas, las relaciones de los seres humanos con los animales, pues los últimos siguen siendo las presas inermes de las crueldades de los primeros.

Tarea nada fácil, por supuesto, y que hoy ya es inaplazable.
Pero, como todo pensador auténtico,  no se contentó con este drástico litigio; en su último Seminario (2001, 2002 y 2003), ya publicado en español por Editorial Manantial (2011), con el título de La bestia y el soberano, lleva su polémica al extremo, colocando tanto a la bestia como al soberano como entes fuera de la ley; emparentando, de ese modo, a ambos.

Y es en el contexto de ese Seminario, ya casi al final, que tiene una pesadilla, en la que se sueña como convocado a juzgar a personajes de la talla (¿habrá que decir de la calaña?) de Bush, Aznar, Blair, Sadam Husein (incluso al Papa, Juan Pablo II), etcétera.

Y mediante una interrogación compleja, que retoma prácticamente toda la historia de la filosofía y también del psicoanálisis, define al ser humano como siniestro (Unheimlich), no precisamente en tanto el humano se aparta de la razón, sino porque éste posee incluso lo que llama, siguiendo a Aristóteles, Logos Apophantikós.

No puedo, en este texto, que tendría la figura de una carta abierta, dar un adecuado seguimiento a esta más que interesante querella, pero si quiero consignarla, explicitarla; pues, en otro orden de cosas más doméstico, hace algún tiempo dirigí otra misiva al Rector General de la Universidad de Guadalajara , Tonatiuh Bravo Padilla, exactamente el 18 de agosto de 2014, con respecto a algunas decisiones que nos afectaron laboralmente, cierto que se dio marcha atrás, pero la amenaza laboral, sobre todo para las y los maestros de asignatura, ha seguido latente.

Posteriormente, el 14 de octubre de 2014, dirigimos, colectivamente, una petición al Rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, Héctor Raúl Solís Gadea; todavía más, tiempo después, el 28 de noviembre de 2014, dirigimos otro documento, tanto al Rector del CUCSH como al Rector General.

Siempre relativas a medidas administrativas que han implicado un riesgo potencial desde la perspectiva de nuestros derechos laborales y humanos; sobre todo, insisto, el de las y los maestros de asignatura.

Y cabe decirlo públicamente, que ha sido el silencio lo que ha predominado, hasta el momento. Lamentablemente, pese a nuestra insistencia de tener una respuesta formal y por escrito.

Es por ello que me digo, y retomando en este otro contexto la problematización derridaniana, dirigiéndome de nuevo al Rector general de mi alma mater, haciendo, en esta situación, un entreveramiento (mediación, dirían los hegelianos) con el asunto de los animales, pues, recordemos que en ese ámbito, el problema es:

¿Y si respondiesen?

Esto para la cuestión de la compleja relación entre los humanos y los animales.

Mientras que acá, con respecto a las autoridades, siempre tan soberanas, en lo que respecta al problema de la funcionalidad de la Universidad y la implementación de medidas lesivas de nuestros derechos laborales, problemática en la que desde hace tiempo estamos sumidos, en cuanto que las mismas autoridades se colocan, por iniciativa propia, fuera de la ley (como las bestias, los ejemplos paradigmáticos son el del hombre lobo y el vampiro, figuras por demás míticas que tampoco puedo analizar aquí), nuestra pregunta, pública, podría ser formulada del siguiente modo:

¿Y si no responden?


Guadalajara Jalisco, a 15 de mayo de 2015 (Día del maestro).


 *J. Ignacio Mancilla

[Ateo, lector apasionado, 
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]

FB: Juan Ignacio Mancilla Torres





   

jueves, 14 de mayo de 2015

Por el Día del Maestro


El día de hoy, tocaría publicar una entrada a cargo de J. Ignacio Mancilla, pero por la naturaleza del texto, se publicará el día viernes 15 de mayo, para hacerlo coincidir con el Día del Maestro.

Gracias por su comprensión, el día de mañana podrán leer la entrada titulada ¿Y si los animales respondiesen?, pueden mandar comentarios sobre el terxto al correo electrónico: ig.man56@gmail.com


viernes, 8 de mayo de 2015

Sobrevivir o no vivir (y el intermedio en que quedé atorada)


Inés M. Michel*



[Aclaro que yo no soy la que escribo, escribe ella y muy pocos la conocen. Pero le suelto la pluma para efectos prácticos, porque el mundo me queda imposible. Leer las noticias resulta imposible y tener que escuchar a los sabios, es cuando menos, desalentador.]



En mayo de 2014, presenté una ponencia en un entorno universitario1, la titulé, en un cambio de última hora Lo humano vs la inteligencia artificial: Cuando la máquina se volvió humana y los humanos perdimos la humanidad.

Jornadas Multidisciplinarias, jueves 22 de mayo de 2014

No comprendo si fue un arrebato de inspiración lo que me llevó a este intento de nombrar así, un trabajo que estuvo a punto de no presentarse por diferentes circunstancias académicas. Pero resultó el título perfecto para aquello que quise mostrar.

La reflexión que me inundaba y sigue sin dejarme, muchas veces, respirar, gira en torno a la deshumanización progresiva de la especie humana; y lo único que me permite atreverme a escribir un blog (esta es mi segunda participación en una secuencia alternada con mi papá, J. Ignacio Mancilla), a pesar de mi renuencia a tener uno, es la terca idea de encontrar allá afuera, un trozo de humanidad.

Sobre-vivir…


Sobrevivir es un instinto contra el que lucho descarnizadamente, dice Nietzsche que “vivir es deshacerse continuamente de algo en uno que quiere morir”… y ese querer morir, que se contrapone al instinto de supervivencia permea el mundo de hoy. Con el suicidio en el horizonte, y sin deseos de escuchar sobre lo bello que es vivir, me pregunto sobre periodos de crisis.

En la segunda guerra mundial, la crisis devino en un mundo nuevo para las mujeres y hombres de ese presente, y de hoy. Ese mundo nuevo costó en cifras calculadas, 47 millones 200 mil vidas humanas.2

Ahora, en 2015 vivimos un desastre global, el cual me permito desglosar en números fríos para aquellos escépticos, el desastre es apocalíptico:

º El derretimiento de los polos es un proceso ya irreversible [VER NOTA AQUÍ]

º En Jalisco, reportó El Informador, que del 1 de enero al 13 de septiembre de 2014, se suicidaron 179 jóvenes entre los 18 y 34 años [VER NOTA AQUÍ]; convirtiendo esto en un foco rojo, de tantos que se han encendido en nuestra ciudad. (¿Qué malestar es el que nos aqueja, más allá de los problemas personales?)

º El 99% de la población vive pisoteada por el 1% restante que concentra la riqueza. [VER NOTA AQUÍ]

º En México, la introducción del maíz transgénico acabará con las especies endémicas. [VER NOTA AQUÍ]

º Los bloques geopolíticos, enfrentados en discurso, (China vs EU, por ejemplo), trabajan en nombre de un solo interés: el capital [VER NOTA AQUÍ]; las comunidades indígenas de Cherán, Chiapas, son y han sido continuamente masacradas y despojadas de sus tierras a pesar, y justo por ello, de tener como frente común de lucha, la búsqueda de otra manera de gobernarse (patada directa al capitalismo).

Todos, son datos que merecen cada uno, un análisis profundo, los doy como referencia de las problemáticas que enfrentamos como individuos, como país, y como planeta.

Sí, las instituciones, el sistema de gobierno, y todo referente establecido fue hecho por humanos, (Castoriadis, La institución imaginaria de la sociedad), así que solo los humanos organizados podemos cambiarlo. Me pregunto si se logrará antes o después de la debacle que ya toca la puerta.

No vivir


Desde lo de Andreas Lubitz3, y ya mucho antes por un diálogo permanente que tengo con varias de mis personalidades4, me preguntaba (nos preguntábamos) el porqué del suicidio como opción, y la posibilidad de defenderlo como una alternativa que consciente o inconscientemente permite a quien la toma, dejar un mensaje poderoso a quienes, por cualquier razón no escucharon por no poder o por no querer, que estaba llegando a su límite.

Por eso, mi preocupación de hablar de la ética del suicidio, y de cómo volverlo una alternativa no reprobable por intereses religiosos o morales, sino más bien quitarnos la mojigatería, y discutir sobre la gente que ya no quiere vivir, y muchas veces no puede decirlo en voz alta sin que salten las alarmas, porque es justo en el decir que creo, puede estar escondida la posibilidad de vida, no pretendo llamar cura a esta posibilidad, pues esa parece más tarea de psicoanalistas, no sé qué tanto también de psicólogos y psiquiatras incluidos.

Cuando se verbaliza, y cuando alguien, quien sea, escucha, en el sentido en que Ende describió la escucha en su entrañable personaje Momo5, abre puertas que parecían tapiadas.

Detalle cubierta, Momo (Michael Ende, Editorial Alfaguara, 1973)


Esa escucha, que viene del decir y recibir una atención que excede a la del sentido del oído y que tiene que ver más con cómo recibe esa información quien oye y cómo devuelve algo a su interlocutor/a; esas palabras dichas y escuchadas, permiten a quienes hemos pensado que el mundo es lo suficiente oprimente como para generar rabia, caos interior y un sinnúmero de emociones encontradas (con una capacidad destructiva permanente y tal vez inherente a la condición humana), plantearnos alternativa(s) deb(v)ida(s).

El reto ético que quiero plantear, no responder, sino abrir aquí, es hasta dónde debe llegar la posibilidad de decidir y llevar a la acción la propia muerte, y es aquí que el caso de Lubitz, por lo reciente y lo mediático, puede ayudar a ejemplificar lo que quiero decir. Me refiero a un límite que traspasado convierte el suicidio en un acto también de venganza contra otros individuos, que en ocasiones (como esta), se ven involucrados sin ser responsables directos de los motivos suicidas, específicamente en dicho ejemplo, en un acontecimiento áereo sumamente trágico que le ha dado la vuelta al mundo. Con todo lo que ello conlleva, y las preguntas que aún quedan al aire y que dan pie a muchas lecturas.

Aquí, Lubitz, es (fue), algo más que un suicida. Fue alguien que ha pasado a la historia, y de qué terrible manera se puede agregar, no entraré a la discusión de otras teorías que descartan el suicidio, para no hacer la entrada tan larga, pero también las conozco. Aceptando la teoría del suicidio y todos los motivos que, cada día parecen cada vez más intrincados, encontramos que una cadena de sucesos lo llevaron a estrellar deliberadamente un avión con otras 149 personas a bordo, 149 que ignoraban que iban a ser partícipes de un hecho así y que por tanto no pudieron expresar sus deseos; decir por ejemplo, no, yo no me encuentro del lado del no vivir, yo no quiero morir, no hoy, no así.


¿Y entonces qué? Intermedio que es final (temporal)


No me queda mucho que agregar, más que una imagen que encontré ayer, en horas dedicadas a una charla nocturna, y que describen con una simpleza espectacular, qué es lo que me sostiene, en momentos de terror, de oscuridad inusitada o de tedio constante y hondo que cala hasta la médula.

Por cuánto tiempo me sostendrá, no lo sé, pero sí sé que ya ha sido bastante, podría ser mucho más.


Imagen publicada por la página de FB Somoss Universo






*La Otra I

 [atea, vegana, feminista,
lectora irredenta
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia]

Twitter: @inesmmichel















1 Ponencia presentada en el marco de las Jornadas Multidisciplinarias del Centro Universitario de Tonalá, Universidad de Guadalajara.

3 Copiloto de aviación alemán, quien estrelló deliberadamente el vuelo 9525 de Germanwings mientras cubría la ruta Barcelona – Düsseldorf, el 24 de marzo de 2015.

4 Aquí queda bien releer la advertencia entre corchetes al principio del texto.


5 Personaje de Michael Ende, que da nombre a su novela publicada en 1973.

viernes, 1 de mayo de 2015

El por-venir de la Universidad de Guadalajara, ¿una ilusión?

J. Ignacio Mancilla*



[ACLARACIÓN:
No sé si por esta única vez el presente texto tiene que ver, directamente, con el que abrió este blog; no importa que su origen haya sido anterior, una especie de respuesta anticipada. Así lo quise, esta ocasión, porque mucho de lo que se dice de la Universidad en el primero se visualiza, aquí, desde otra perspectiva, también crítica. Está modificado y sintetizado, por exigencias de espacio, pero se conservó la fecha de su emisión. Que el lector o lectora juzgue.] 





“El amo que produce esta operación de desplazamiento,
de transferencia bancaria, del saber del esclavo, ¿tiene
acaso ganas de saber? ¿Tiene el deseo de saber? Un verdadero
amo, esto es algo que por lo general hemos visto hasta épocas
recientes, y cada vez se ve menos, no desea saber nada en
absoluto, lo que desea un verdadero amo es que la cosa marche”.

Jacques Lacan, El Reverso del psicoanálisis.


Para cualquier persona inserta en lo que comúnmente se denomina la cultura “psi” es más que obvio que el título del presente texto tiene que ver con el famoso ensayo sobre la religión de Sigmund Freud llamado El porvenir de una ilusión.

Sí, voy a hablar de los retos de la Universidad de Guadalajara ante el siglo XXI.

Por supuesto que los retos son muchos, por lo que yo tomaré solamente tres; y para hacer una reflexión de tipo filosófico-política, seguiré algunas de las más que sugerentes ideas desarrolladas por el filósofo de la deconstrucción Jacques Derrida (1930-2004) en su conferencia presentada ante la Universidad de Stanford (1998) y la Facultad de Filosofía de Murcia (2001), posteriormente publicada, en español, por la Editorial Trotta, con el título de Universidad sin condición.

Esto en el contexto de mi candidatura independiente, candidatura simbólica pero no por ello menos real que las candidaturas oficiales, candidatura de resistencia que pretendió, entre otras cosas, despertar las conciencias de los universitarios (trabajadores administrativos, estudiantes, profesores e investigadores) de la Universidad de Guadalajara ante lo que podemos establecer como la lamentable postración y burocratización de la Universidad.

Para adentrarme en el asunto, quisiera empezar con lo que llamaré:

a)    El reto epistemológico de una libertad incondicional para un pensamiento de la verdad.

Para todo mundo es sabido el compromiso histórico del discurso filosófico con la verdad como cuestión.

De platón a Derrida y más acá, pero también más allá, para jugar con otro texto de Freud, el de Más allá del principio de placer.

¿Somos un Estado de tipo democrático?

¿Existe en la Universidad de Guadalajara un pensamiento de la verdad?

Y, sobre todo, ¿se dice, públicamente, en la Universidad y fuera de ella, lo que “exige una investigación, un saber y un pensamiento de la verdad”?

Las interrogantes podría multiplicarlas casi hasta el infinito, al fin de cuentas soy un filósofo, pero no lo haré

Con esto paso a lo que yo llamo:

b)    El reto de la profesionalización de la enseñanza, un reto laboral por antonomasia.

La revolución digital, de enormes consecuencias en todos los ámbitos de la vida humana, ha repercutido en el mundo del trabajo; para bien y para mal.

Ya Jeremy Rifkin se ha detenido en dichas consecuencias en su más que famoso libro El Fin del trabajo. El declive de la fuerza de trabajo global y el nacimiento de la era postmercado (1995) en el que plantea, fundamentalmente, la recomposición tecnológico-capitalista desde la perspectiva del capital.

En la conferencia aludida, Derrida aborda críticamente a Rifkin, sobre todo en lo que respecta a los límites del planteamiento rifkiniano en lo tocante al trabajo dentro del ámbito universitario.

En la Universidad de Guadalajara el 56% de las y los maestros, hay quienes sostienen que son más, somos maestros por asignatura con sueldos ridículos, lo que establece, en los hechos, profesores de segunda y profesores de primera.

Ello al margen de que sea sobre los profesores de segunda, que recae casi el total de la enseñanza y la transmisión universitaria.

Lo que nos habla de una sobreexplotación laboral que atenta contra todo tipo de derechos, el laboral y el de los derechos humanos, sobre todo. Y es la Universidad la que está implicada. Cosa inaudita.

Pero no puedo desarrollar con el debido detenimiento este asunto porque no quiero que se alargue demasiado este texto.

De este modo, paso al último punto de la misma, al punto que yo llamo:
 
c)    El reto topológico, es decir el reto de la deslocalización del saber extramuros de la universidad.
Hoy, por paradójico que parezca, el saber no necesariamente se encuentra en la universidad; baste pensar en Internet y en la pronta accesibilidad, haciendo click, a una información prácticamente infinita sobre cualquier tema, ya sea sencillo o complejo.

De modo que la sabiduría no necesariamente es universitaria y no pocas veces es la ignorancia la que se viste de universitaria, lamentablemente.

¿Se acuerdan de Enrique Peña Nieto y su incapacidad de nombrar tres libros que hubieran marcado su vida?

Algo que aconteció en una Feria Internacional del Libro, aquí en Guadalajara. Y lo acompañaba alguien que había sido Rector de nuestra Universidad.

Se trata, pues, de un universitario. O de universitarios, mejor dicho.

Y no es que un universitario tenga que saber de todo, por supuesto que no, pero no puede tener una menor competencia que la del saber medio accesible digitalmente por medio de la red, por lo menos en lo que respecta a su especialidad.

Desde esta perspectiva urge una deconstrucción de la universidad cuando de lo que se trata, en la actualidad, es de producir conocimientos.

Ruy Pérez Tamayo lo dice más que claramente, hablando también del apoderamiento gangsteril de la educación de México, aludiendo a la más que famosa profesora Elba Esther Gordillo (en la cárcel desde hace algún tiempo).

Pero, ¿han cambiado por ello las cosas? Lamentablemente no.

¿Acaso son diferentes las cosas en la Universidad de Guadalajara?

¿Han vislumbrado algo de esta universidad “para ser pensada” los candidatos oficiales? Hoy uno de ellos es el Rector, Tonatiuh Bravo Padilla.

Me temo que no, el simulacro del debate y la simulación de las elecciones nos indican que la única universidad que ellos pueden visualizar es la universidad realmente existente, la universidad de los poderes metainstitucionales concentrados en unas cuentas personas, una la más visible, de nombre Raúl Padilla López.

La única universidad que ven es la universidad como poder fáctico engullidora de los dineros públicos, pero que ni siquiera es capaz de rendir cuentas de manera transparente y que dilapida muchos recursos en tareas que nos son las tareas sustantivas de la universidad. Por ejemplo sostener un equipo de fútbol.

Esto es algo más que sabido y algo en lo que el Colectivo de Reflexión Universitaria (CRU) ha venido insistiendo públicamente, por lo menos desde el Foro denominado Qué Universidad tenemos, qué Universidad queremos.

No es esa universidad la que el Colectivo de Reflexión Universitaria (CRU) quiere; para nosotros no es esa la Universidad de Guadalajara del por-venir.
Nosotros queremos una Universidad de Guadalajara del siglo XXI; ese es nuestro sueño, que no es lo mismo que una ilusión.

Y esta es la lógica de nuestra plataforma, condensada en 31 puntos programáticos y estructurados en tres ejes interrelacionados (el académico, el institucional y de gobierno y el económico y financiero).     

La posición política del CRU en lo que respecta a la Universidad de Guadalajara quedó suficientemente explicitada en el Foro que realizamos hace poco más de un año y se resume en la plataforma que presentamos públicamente el pasado 24 de enero (2012) en las escalinatas de la Universidad de Guadalajara.

Mi posición como candidato independiente a la Rectoría General de la Universidad de Guadalajara las expuse claramente en las distintas entrevistas tanto de prensa como radiales, y que algunos medios recogieron oportunamente.

Es una posición que no nace con mi candidatura, sino que viene de muy atrás, de una vieja militancia por la transformación de la Universidad de Guadalajara y también por la transformación del país.

En este sentido, la candidatura ha sido un paso más en una vida dedicada a la enseñanza, pero también dedicada a la militancia política, cuya expresión máxima fue haber sido asesor de una mujer extraordinaria en la LVI Legislatura Federal y, posteriormente, con ella misma, haber sido funcionario público en el Gobierno del Distrito Federal.

Digo esto en su memoria y como homenaje a ella, su nombre era Carlota Botey y Estapé (1940-2011).

Por su parte, habría que hacer, aquí, una larga memoria histórica del devenir actual de la Universidad de Guadalajara; estamos donde estamos no por efecto de la casualidad.

Pero sólo traeré, como ejercicio memorístico, lo que escribí allá por el año de 1989 respecto a la Universidad de Guadalajara, justo en el tiempo del rectorado de Raúl Padilla López.

El 23 de agosto de 1989 escribí en El Nacional:

“¿Qué está pasando actualmente en esa Universidad? En primer lugar no olvidemos el contexto político nacional, con sus efectos en la política local y la política universitaria como parte de ella. Ese contexto podemos ubicarlo, en la historia reciente, después del 6 de julio de 1988. El cambio de rector, en el pasado mes de abril en la Universidad de Guadalajara, su proyecto modernizador (desde arriba) y su apuesta por la reforma académica están situados en ese contexto”.
Y terminaba mi reflexión, en ese entonces, de la siguiente manera:

“Quizá esas primeras decisiones del Rector afectaron viejos intereses que hacen hoy que sus antiguos aliados (parte del grupo de los “jóvenes”) se pongan en su contra. ¿Cuál es el fondo de las diferencias? ¿Meros cotos de poder o concepciones encontradas sobre la universidad? ¿O, en última instancia, está en escena esa vieja historia de la que poco se habla y por la cual muchos actúan? Ojalá que al final de todo esto pueda ganar la Universidad, preservando sus esenciales fines de investigación y academia”.
 
A dicha reflexión la intitulé La U de G, esa antigua historia, y estuvo precedida, como epígrafe, de una línea perteneciente a un poema de León Felipe que dice: “Y sé todos los cuentos”.

Obviamente el contexto político nacional, local y universitario de hoy es otro.

Sin embargo, ¿podemos olvidar esa antigua historia llamada Universidad de Guadalajara?

¿De verdad marchan las cosas en la Universidad de Guadalajara?

Memoria e historia es lo que estará en juego, nuevamente, como en antaño.

Estamos ante la historia de la Universidad de Guadalajara.

Y nuestra perspectiva es la de la crítica, no podría ser de otra manera, por mi historia, por nuestra historia.

Muchas gracias.


                                          Guadalajara, Jalisco, a 30 de enero de 2013. [Fecha original]


                                                                                          *J. Ignacio Mancilla [1]

[Ateo, lector apasionado, 
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]


FB: Juan Ignacio Mancilla Torres















[1] Profesor de asignatura de los Departamentos de Filosofía e Historia del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara y candidato independiente a Rector General por el Colectivo de Reflexión Universitaria en el 2012 (CRU).