lunes, 19 de septiembre de 2016

Agradecimiento



Este pequeño texto es, antes que nada, de agradecimiento; sí, nos congratulamos por la aceptación de Cuerdas Ígneas, por sus más de 6 mil visitas en el año con cinco meses que lleva el blog.

Nos sorprendemos por las 655 lecturas de la última entrada subida; misma que, hasta el momento, es la más alta de todas.

No tenemos otro compromiso que las y los lectores de este Blog, a ustedes nos debemos; por ustedes retomamos y seguimos con esta aventura: la de escribir, sin otro imperativo más que el de aquello que implica nuestro deseo, es decir, lo que nos atañe.

De modo que aquí seguimos, renovando nuestras colaboraciones cada quince días y ya no cada semana, como lo veníamos haciendo.

Es por ello que, parafraseando al famoso tenor de la canción (Don Pedro Vargas), les decimos: muy agradecidos, muy agradecidos, muy agradecidos...




J. Ignacio Mancilla e Inés M. Michel




martes, 6 de septiembre de 2016

Dejo, por el momento, Antropología de las emociones



Con este texto retomamos las publicaciones en Cuerdas Ígneas, que tendrán ahora una periodicidad quincenal. Gracias por leernos.


J. Ignacio Mancilla*



El 29 de agosto pasado, entregué el siguiente texto al Coordinador de la Licenciatura en Antropología del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), Mtro. Horacio Hernández Casillas, con copia dirigida al Rector, Dr. Héctor Raúl Solís Gadea; de igual modo, se entregó una copia dirigida al Secretario General del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Guadalajara (STAUdeG), Mtro. Enrique Velázquez González, esto el 31 de agosto.

Y como en ocasiones anteriores, la respuesta ha sido el silencio.








Guadalajara Jalisco, a 29 de agosto de 2016.


Maestro Horacio Hernández Casillas,
Coordinador de la Carrera de Antropología
CUCSH-U de G.


Dejo, por el momento, Antropología de las emociones1


Habría que desatar, con Mimesis, una gran
agitación en torno al animal, turbar a la
población teórica, hacerla correr detrás de las
bestias como si sembráramos el caos en una
feria o como si abriéramos de par en par las
puertas –preciso: hacia fuera- de una
exposición agrícola. Veo venir esa escena”.

Jacques Derrida.


Varios semestres continuos di, creo que exitosamente, Antropología de las emociones (cuántos será pronto un asunto no sólo de historia, sino de legalidad; así es por estas tierras universitarias (y creo que esta afirmación es, ya, un tanto rocambolesca).

En fin, el asunto, aquí, es que ya no la daré (allá, en esa justicia que siempre está por venir, Derrida dixit, seguiremos a la espera del animal/acontecimiento y su sacrificio, en aras, siempre, de la estabilidad institucional. Que empiece la tragedia); para infortuna mía y, puede que, así sea, para fortuna de las y los alumnos.

Sí, desde este semestre, obligado por las imperativas circunstancias de cambios de Jefatura en el Departamento de Historia del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, CUCSH, de la Universidad de Guadalajara, fui orillado a tomar esta decisión, por involuntad propia, como sucede con todo acontecimiento que merezca ese nombre.





De modo que, ¿no hay mal que por bien no venga?, veremos qué tanto la sabiduría popular se constata y hace una jugarreta a la academia.

Es una pena, sí, en primer lugar para mí, porque no era lo planeado, pero, precisamente, la lógica del acontecimiento/animal es su incalculabilidad, no importa los afanes teóricos de por medio; no creo, sinceramente, que lo sea para la Universidad, suficientes pruebas (me) ha dado al respecto, no obstante mi empecinada credulidad en la siempre esperada justicia por venir. Mesiánico que es uno, qué le vamos a hacer.

En todo caso, corresponderá a la posteridad, a la historia, hacernos justicia. Sobre lo que tengo mis serias dudas, ya que, cuando a la historia se le ocurra llegar, seguramente que ya no estaré por estos tiempos, así es de cruel la vida, sin embargo ésta, la vida, debe continuar, sino qué chiste tendría todo.

Un sencilla aclaración, gracias a Horacio Hernández Casillas por su insistencia en que siguiera dando Antropología de las emociones, aduciendo la aceptación y el cariño de las y los alumnos, cariño que me llevo (de eso no hay dudas), ya que éste, el cariño, es del orden de lo que no se pierde, antes bien, pasa al ámbito de las ganancias (no todo es monetario en esta vida); pero, dadas las circunstancias aludidas, ya no (me) era posible seguir trabajando, como siempre lo he hecho, desde el ya lejano 1978.

La vida, a pesar de todo y contra todo, siempre cambia: Amor fati, dijo el maestro, ése sí maestro, de los aforismos.
Saludos.


Profesor (de asignatura, desde 1978) Juan Ignacio Mancilla Torres.


1 Ccp. para el Rector del CUCSH, Dr. Héctor Raúl Solís Gadea, máxima autoridad de este Centro y para el Secretario General del Sindicato de Trabajadores Académicos (STAUDG), Maestro Enrique Velázquez González, instancia que (supuestamente) nos representa.






  *J. Ignacio Mancilla


[Ateo, lector apasionado, 
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]