martes, 2 de enero de 2018

Decálogo político, social y humano en pro de Andrés Manuel López Obrador (AMLO)


J. Ignacio Mancilla*





Queridxs lectorxs:



Con esta entrada (ilustrada con algunos fotogramas pertenecientes a otro Dekalog) inauguramos nuestro año de publicaciones 2018, periodo en el que nos hemos propuesto algunas metas para continuar este proyecto que iniciamos en abril de 2015. Una de ellas implica cambios en la dinámica del blog, así como la apertura de algunos espacios en redes sociales que nos permitirán dar un mejor seguimiento a las entradas. Pronto les compartiremos más sobre ellos para que puedan sumarse y dejar sus comentarios. En lo que respecta a los textos, les informamos que podrán leernos cada martes, de forma intercalada, a mi padre y a mí. Ya expresamos en otros momentos la fortuna que es para nosotros poder tender estas Cuerdas y con ello posibilitar una comunicación que nos permite hablar con aquellos que, sin conocerles necesariamente en persona, entran a leernos. Bienvenidas sean las opiniones diversas, afines, contrarias, todas las inquietudes; bienvenidas las discrepancias pues ahí está la semilla del diálogo que pretendemos (uno que respeta a las personas y debate sobre las ideas), no en la reafirmación constante de lo que expresamos, sino en el intercambio de formas de pensar. Sus intervenciones, en ese sentido, son cruciales. 


Feliz inicio de año para todxs.




Inés M. Michel





1.- Es más que patente que las elecciones presidenciales del 2018 no resolverán los problemas de fondo de México, sobre todo considerando el desastre en el que dejará al país (social, económica, política y humanamente) la administración de Enrique Peña Nieto (2012-2018).


Póster de Dekalog I (K. Kieslowski).


2.- No obstante ello, es más que indispensable tomar una posición clara con respecto a dicho proceso electoral, pues lo que se juega de manera inmediata y mediata es de suma importancia para la Nación toda.


Fotograma de Dekalog II (K. Kieslowski, 1988).


3.- Desde esta perspectiva, nos enfrentamos, en términos muy generales en la situación presente, solamente ante 4 alternativas posibles; esto desde la mera lógica del voto:

a) La del continuismo priísta, representada, esto sino ocurre algún tipo de contingencia política imprevista hasta ahora (a inicios del 2018), por el candidato oficial José Antonio Meade (nacido en 1969); quien ha ocupado altos puestos tanto en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) como en el de Enrique Peña Nieto. Y ha sido, en parte,  responsable de muchas de las cosas que hoy ocurre y no obstante ello ahora pretende la silla presidencial.

b) La de Por México al Frente, una especie de engendro ideológico conservador entre la derecha y la izquierda, cuyo candidato más probable será Ricardo Anaya (nacido en 1979), expresidente del Partido de Acción Nacional (PAN); otra forma del continuismo PRIANREDISTA establecido de facto a partir de la firma del Pacto por México, signado, precisamente, en el presente sexenio. Para mal de todas y todos. Los únicos beneficiados fueron las élites del poder económico y de los partidos políticos, tan distantes del pueblo todo.

c) La del o de la candidata supuestamente independiente, que serían, lo más seguro, Jaime Rodríguez Calderón (nacido en 1957) y gobernador actual del Estado de Nuevo León, cargo al que llegó como independiente y Margarita Zavala (nacida en 1967), esposa de Felipe Calderón y que nunca se ha deslindado de los crímenes de lesa humanidad cometidos por su cónyuge en su calidad de presidente y que ahora, por su cuenta, aspira a ser la primera presidenta. ¿Para qué?, nos preguntamos, ¿para continuar con (PAN con) lo mismo?

d) Por último, está la opción de Andrés Manuel López Obrador (nacido en 1953) y que compite por tercera ocasión; al que le han robado el triunfo en las elecciones de 2006 y en las del 2012, de manera por demás descarada. Si no nos equivocamos, esta candidatura es la única opción real y diferente (hasta cierto punto), lo que no significa necesariamente una alternativa radical al régimen. Más bien se trataría de una especie de reencauzamiento de la historia nacional en tiempos de plena globalización. Lo que genera muchas dudas sobre la manera en que realmente gobernará si es que se le reconoce, en esta tercera vez, su probable triunfo y, sobre todo, si somos capaces de defenderlo. Aquí se abren todas las incógnitas posibles. ¿Qué haremos?



Fotograma de Dekalog III (K. Kieslowski, 1988).


4.- Ante este panorama, la única opción sufragista e institucional que se nos presenta en términos reales a todas y todos los mexicanos es la de Andrés Manuel López Obrador (AMLO); cosa que de ninguna manera podemos asumir y menos proponer de forma acrítica, antes bien, ahora es más que indispensable un posicionamiento político claro de por qué, en todo caso, se llamaría a votar por él y a movilizarse en caso de un nuevo fraude. Exigiéndole un mínimo de cosas, en lo social, en lo económico, en lo político y en lo humanístico al propio AMLO si es el ganador y se logra su reconocimiento. Al respecto puede verse la carta abierta que le escribió Javier Sicilia en el Proceso del 31 de diciembre de 2017.


Fotograma de Dekalog IV (K. Kieslowski, 1988).

5.- Esta coyuntura plebiscitaria, que se da en medio de una de las más agudas crisis política, social y económica, además de humana (insistimos), tiene que impulsar un reacomodo de las izquierdas y de las fuerzas progresistas todas, más allá del oportunismo, para así poder redefinir las condiciones del futuro inmediato, mediato y lejano de nuestro país en el contexto internacional de grandes reacomodos mundiales. No podemos aislarnos del mundo, pero tampoco podemos someternos, como se ha hecho en los últimos 30 años al neoliberalismo más rapaz, salvaje e inhumano que hoy impera.


Fotograma de Dekalog V (K. Kieslowski, 1988).


6.- Cosa que, pensamos, no puede hacerse sin un balance crítico de la opción que ha presentado el Concejo Nacional Indígena (CNI) y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) a través de su candidata María de Jesús Patricio Martínez (nacida en 1963), mejor conocida simplemente como Marichuy. Se supone que como una alternativa real al mero juego electoral/institucional del sistema. Pero, nos preguntamos, ¿ha fungido realmente la candidata del CNI/EZLN como una opción de aglutinación del malestar social que atraviesa todo el país? Pensamos que no y mucho se debe al distanciamiento político e ideológico entre los zapatistas y los perredistas (desde los tiempos de AMLO) y toda la izquierda partidaria; incluyendo a MORENA. He aquí, pues, la verdadera necesidad de una reflexión crítica, en tanto dicha alternativa es por la que no pocos están apostando, pero tendrá pocos efectos en la composición del mapa político institucional del México actual, pues su llamado es por una lucha a largo plazo, pero, ¿existe el largo aliento sin el corto? Con toda la importancia que  ha tenido el EZLN en el México actual, su presencia se ha ido diluyendo y dejó de ser el gran atrayente que fue algún día; sin importar toda la pertinencia de sus planteamientos hechos desde el largo plazo.


Fotograma de Dekalog VI (K. Kieslowski, 1988).


7.- Todo lo anterior no puede hacerse sin dejar en claro la situación que guarda nuestro país desde lo económico, lo social, lo político; pero también desde la catástrofe humana que hemos vivido desde la guerra de facto impulsada por Felipe Calderón y que prolongó Enrique Peña Nieto y que, ahora, se pretende legalizar mediante la Ley de Seguridad Interior recientemente aprobada. ¿Cómo previsión ante el descontento social ante un nuevo robo electoral? He aquí, pensamos, la cuestión de fondo. Es sobre este nuevo escenario que tendremos que actuar con suma inteligencia y prestancia.


Fotograma de Dekalog VII (K. Kieslowski, 1988).

8.- ¿Cuál es la condición que guarda la nación, cuando prácticamente ha concluido la administración de Enrique Peña Nieto y de la que José Antonio Meade pretende ser la mera continuación, llamándole, no sabemos si inocente o cínicamente, la opción del “progreso” contra la del “abismo”, representada, según él y el sistema todo, por Andrés Manuel López Obrador? Mero chantaje ideológico y político ante una población asqueada por la grilla politiquera y, además, con un país llevado al abismo precisamente por el que ahora se nos presenta como nuestro salvador (¿Negan travestido, pero con su inseparable bate, “Lucille”?).


Fotograma de Dekalog VIII (K. Kieslowski, 1990).

9.- Aparte de la profunda crisis económica y política; además de social y humana, de ninguna manera podemos olvidar los más de 200 mil muertos y más de 30 mil desparecidos y los miles y miles de desplazados; todo ello como el corolario de una administración altamente corrupta e incapaz de resolver, vía la política y las instituciones los graves problemas nacionales que hoy nos agobian. ¿Acaso no son necesarias reformas profundas, como las emprendidas en los tiempos de Benito Juárez y no como las recientes, llamadas estructurales, y que han llevado al país, precisamente, al desastre actual?


Fotograma de Dekalog IX (K. Kieslowski, 1988).

10.- Por todo lo anterior, este decálogo político y social no quiere ser otra cosa que un llamado a la movilización electoral, pero también política; y por supuesto que también social y humana, para posibilitar no solamente el triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador sino, sobre todo, hacer que se le reconozca, para, a partir de ahí, no sin un distancia crítica necesaria (volvemos a insistir en ello), poder emprender, entre todas y  todos los mexicanos de abajo y de en medio, un camino de justicia social, con paz y democracia y con un desarrollo igualitario; sin dejar de considerar la libertad, el techo, la tierra, la salud, el pan, la educación, el trabajo, la independencia y la dignidad. En suma los famosos once puntos del EZLN. Pensamos que esto es factible si todas y todos nos lo proponemos. ¿Acaso es imposible conjuntar la lucha de  largo plazo con la electoral? ¿Son acaso irreconciliables estos dos proyectos?

Esta es la razón de fondo del presente decálogo político y social en pro de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). ¿Qué otro candidato hará posible esto? Por supuesto que esto no se hará sin la presión social y política organizada. Pero sinceramente así lo consideramos, faltas tú, sin ti este esfuerzo no dará los frutos anhelados. ¿Estás dispuesto a ello? Pensamos que nos ha llegado la hora de organizarnos de manera eficiente e inteligente y no permitir más atropellos en ninguno de los rubros que priístas, con  la complicidad de muchos perredistas y por supuesto los panistas, nos han sumido en los últimos tiempos: la economía, la justicia, la democracia, los valores humanos, la dignidad, la salud, la educación, el trabajo, la paz, el hogar, la calle y un largo cúmulos de  etcéteras que no podemos, ya, dejar de lado. Ya no podemos aplazar las soluciones que los tiempos actuales nos exigen.

¿Están AMLO y el EZLN dispuestos a ello?

¿Lo estamos nosotras y  nosotros? ¿Te sumas?

Sin ti no lo lograremos. Tenemos que estar todas y todos.


Fotograma de Dekalog X (K. Kieslowski, 1988).



P. D.


No solamente es México sino la humanidad toda la que está en juego, como muy bien las y los zapatistas nos lo han mostrado con creces; de ahí que haya fuerzas e intereses que quieren impedir la conjunción de los dos proyectos que aquí hemos definido sucintamente. Mal haríamos en seguir perpetuando ese su juego.





*J. Ignacio Mancilla.

[Ateo, lector apasionado, 
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]









   


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