J. Ignacio Mancilla*
No
sin con-moción comparto lo vivido, recientemente, en Oaxaca, Oaxaca
(México); ciudad en la que se llevaron a cabo nuestras IV Jornadas
de Psicoanálisis, cuyo tema general fue La Cultura entre la Vida y
la Muerte. Convocadas por Seminario Psicoanalítico de Tucumán,
Argentina; Corpo Freudiano (Escola de Psicanálise), Brasil y Escuela
de la Letra Psicoanalítica, ESLEP, de México. Teniendo como Más
Uno a Salon Lacan (Canadá) y La tercera. Grupo Psicoanalítico
(Buenos Aires, Argentina).
Imposible,
por supuesto, dar cuenta de todo lo dicho y acontecido en estas más
que excelentes IV Jornadas, organizadas dentro de la Red Americana de
Psicoanálisis (RAP). El tema, como ya se dijo, fue La Cultura entre
la Vida y la Muerte. ¡Vaya!
Foto: J. Ignacio Mancilla. |
¡Qué
de cosas se dijeron y formularon! ¡Todas a partir de un marco común,
el psicoanálisis!, pero… cada una con la peculiaridad de las
marcas de escuela y de países, lenguas y cultura; además de las
improntas singulares relativas al nombre propio de las y los
sustentantes.
Me
llevo, de hecho ya estoy en Guadalajara, un montón de cuestiones
para pensar y reflexionar sobre lo que de específico puede aportar
el psicoanálisis en la lectura (sintomática) de los fenómenos del
mundo actual; en especial de América y México.
Hubo
62 intervenciones, considerando las palabras de la Inauguración, la
Plenaria de Ideas y Conclusiones y también las de Clausura.
Foto: J. Ignacio Mancilla. |
Lo
que lamento, cosa ya común en este tipo de formatos, es el tiempo
tan reducido para el diálogo y la participación del público.
¿Acaso estas experiencias, de por sí ya ricas, no lo serían más
si el diálogo y la reflexión tuvieran un poco más de lugar y
tiempo? ¿Por qué si el psicoanálisis es un discurso y una praxis
determinada por la escucha, en sus Congresos o Jornadas no se le da
su lugar?
Se
habló y se problematizó sobre los llamados niños discapacitados,
sobre lo in-civilizable por la cultura, sobre Francis Bacon, sobre el
ciborg y el goce, sobre cómo la paz no comienza en casa, sobre la
Red, sobre la homofobia imaginaria, sobre el tercer sexo, la lógica
y la política, sobre el juego de lo sagrado y lo profano para pensar
la lógica capitalista, sobre las Escuelas de psicoanálisis en
México, sobre la homoparentalidad como interrogante cultural de
nuestro tiempo, sobre lo Real y la música como sombra de las luces,
sobre las modalidades del tatuaje, sobre los sismos del pasado 19 de
septiembre, sobre lo dionisiaco, sobre la muerte por el consumismo y
sobre el amor, sobre Eros y Tánatos y la pasión, sobre el suicidio,
sobre los encuentros entre psicoanálisis, educación, literatura y
artes, sobre violencia, machismo y prostitución, sobre la cultura en
tanto ésta se construye entre el azar y el tiempo, sobre la
insuficiencia de la cultura, sobre el arte como medida de la
seguridad pública, sobre la invención de Dios y la muerte, sobre la
maternidad de las mujeres presas, sobre lo Real de la cultura, sobre
los adolescentes en conflicto con la ley, sobre la insoportable
levedad del significante, sobre cómo se deviene sujeto, sobre el
lugar del padre en la sociedad actual, sobre el séptimo arte entre
la pulsión de muerte y la creación, sobre Gabriel e a Montanha
(Fellipe Barbosa, 2017) como una película sobre la vida y la muerte,
sobre transexualidades, cuerpo, sujeto y ciencia, sobre la apuesta
del psicoanálisis por la educación especial, sobre las modalidades
del goce del hombre contemporáneo, sobre sexualidad y colonización
e indios gays en Brasil, sobre la contracultura de las impulsiones,
sobre la posición mexicana transmoderna al son (musicalmente, es
literal) del inconsciente, sobre la autobiografía como novela y
testimonio, sobre las pasiones desde la perspectiva del
psicoanálisis, sobre lo grotesco y lo siniestro de la cultura (sexo
y política).
Foto: J. Ignacio Mancilla. |
Como
puede ver el lector o lectora de este Blog, fueron demasiados temas y
suficientes cuestiones, y...
Iré
acercándome, poco a poco, en la medida de lo posible, a aquellas
exposiciones que más me tocaron o que más problemas me suscitaron;
ello a partir de mis notas y, cuando pueda, a partir de los textos.
De
lo que sí no cabe duda, es que estas IV Jornadas de Psicoanálisis,
que giraron alrededor de la cultura como el punto fronterizo (límite
bastante problemático) entre la vida y la muerte fueron, por lo
aportado, algo del orden del acontecimiento; por lo menos para mí; y
estoy seguro que para más de alguna y alguno de los asistentes.
Y
que será desde ahí, desde la con-moción que me han provocado que
intentaré, insisto, en la medida de lo posible, sino dar cuenta de
todas las Jornadas, por lo menos de aquellas ideas que más
con-.movieron ese tambaleante ser íntimo que, Lacan dixit,
es, al mismo tiempo (en su sentido lógico), lo más éxtimo;
ja, ja, ja. ¡Ay, la cuestión de la ontología, tan denigrada por
Lacan!, pero…tan insistente incluso en estas IV Jornadas.
En
fin. Gracias a Oaxaca, particularmente a las y los compañeros de la
ESLEP de Oaxaca que fungieron como anfitriones y que lo hicieron de
manera por demás excelente. Y además estuvieron también como
ponentes, sin tanta soberbia y con una sencillez, al tiempo
plantearon sus aportes a enormes problemas clínicos y teóricos.
Foto: J. Ignacio Mancilla. |
Gracias
a Andrés Manuel Jiménez, Cecilia
Sánchez Cruz, Elisa Minerva Jiménez Melchor, Perla Morales Gris,
Ofelia Gómez Toledo, Ángel Matus Martínez, Eduardo Amaral Sánchez,
Edna Pineda Pérez, Emmanuel Velásquez Luna y Santiago Martínez
Álvarez. Algunas y algunos de ellos, además
de anfitriones participaron con ponencias, todas de un excelente
nivel que, espero, poder ir desgranando poco a poco.
Me
congratulo, pues, de haber escuchado tantas ideas que no serán sin
consecuencias en lo que respecta a mi quehacer cotidiano, el de la
trasmisión de la filosofía y del psicoanálisis.
También
gracias a las amigas y amigos de Guadalajara por haber hecho de esta
experiencia algo sin igual. Ya iremos dialogando sobre lo que a cada
una y a cada uno aportaron estas singulares IV Jornadas de
Psicoanálisis. Gracias pues, a Jesús Hernández, María Ángela
Gómez, Julieta Alvarado, Carolina González, Ana Rosales, Judith
Valadez, Patricia Muñoz, Jürgen González y Eunice Michel.
¡Enhorabuena!
¡Y salud con un mezcal que me quedaron a deber! ¡Espero que pronto
llegue a su destino!
El
mezcal, ja, ja, ja.
Foto: Carolina González. |
*J. Ignacio Mancilla.
[Ateo, lector apasionado,
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]