Queridas lectoras y lectores:
Nos ha tomado un largo tiempo reorganizar nuestra escritura y traerles nuevamente a este espacio nuestras letras. Como bienvenida de esta nueva etapa compartimos este texto que estuvimos cocinando desde meses atrás, en él tendemos cuerdas entre nuestra realidad y la ficción, nunca ajena a las problemáticas humanas. Tratamos de poner en juego lo que acontece en México desde la llegada de López Obrador, utilizando la narrativa de la última temporada de una serie muy querida por nosotros, The Walking Dead. A través del enfrentamiento de dos de sus icónicos personajes: Rick y Negan, nos preguntamos por el futuro político mexicano y también mundial. Dos proyectos antagónicos se enfrentan y de por medio hay bastante. Nos gustaría que nos acompañaran a través de esta reflexión y, como siempre, les invitamos a sumarse al diálogo dejándonos sus comentarios. También aprovechamos para invitarles a que se sumen a nuestras redes sociales, que estrenamos con la publicación de esta entrada: Twitter CuerdasIgneas y Facebook Cuerdas Ígneas. Seguiremos trabajando en diferentes cambios para mudarnos a una plataforma más completa e interactiva, la cual les compartiremos en cuanto quede lista.
México
y Estados Unidos de América, el futuro inmediato y mediato: entre Rick y Negan,
¿otra (lectura) postura es posible?
El domingo 7 de octubre del
año pasado se estrenó la novena temporada de The Walking Dead, la famosa serie que ha experimentado bajas en su
audiencia durante las últimas temporadas (algo que se analizará en otro
momento). La historia pone en el centro a los zombis, esos singulares
personajes que, aunque presentes en diversos relatos y culturas, fueron concebidos
como los conocemos ahora gracias al cine por George A. Romero (1940-2017), allá por 1968, en una excelente película,
continuamente referenciada por cineastas y guionistas de cine y televisión, Night of the living dead (La noche de
los muertos vivientes), una cinta que es desde tiempo atrás considerada de
culto.
Lo que estamos intentando en
esta cuerda, que lanzamos a nuestras
lectoras y lectores, es una revisión que nos permita posicionarnos sobre la
vorágine de cambios sociales y políticos que acontecen en México y en el mundo,
utilizando el recurso de la ficción, a partir de la serie mencionada, tratando,
en la medida de lo posible (y con las mediaciones pertinentes), de no perdernos
en la complejidad del fenómeno social, el que -pensamos- puede leerse en la ficción
televisiva, y trasladar esa lectura al mundo actual; es en lo ficticio
donde puede encontrarse una profunda reflexión sobre lo histórico.
Son tres ideas tres las que podemos rescatar en este momento de la
ficción planteada originalmente por Robert
Kirkman y Tony Moore (recordemos
que la serie televisiva producida por Frank
Darabont y el mismo Kirkman
tiene su origen en un cómic homónimo que a estas alturas lleva ya ciento
ochenta y seis números publicados). A partir de estas tres líneas se plantea la
reflexión de hoy, sobre todo, pensando desde la perspectiva de México; aunque
no queremos dejar de mirar al mundo todo (al parecer, sumido en una profunda
crisis), en especial, a los Estados Unidos de América, nuestro país vecino del
norte, el imperio (en decadencia) de nuestro tiempo.
Ahondaremos, en primer lugar,
en la idea de futuro, ¿es el futuro prometedor?; partamos de las visiones que
tienen dos de los personajes centrales en la ficción zombi: Rick Grimes (Andrew Lincoln), quien tiene una visión
optimista, y Negan (Jeffrey Dean Morgan
-The Comedian, en otra de las
ficciones originadas en los cómics que tanto pueden aportar para pensar nuestro
tiempo convulso: Watchmen, creada por
Alan Moore y llevada al cine con la
dirección de Zack Snyder y guion de David Hayter y Alex Tse-), quien sustenta una perspectiva pesimista, opuesta radicalmente
a la de Rick; ambos personajes, que además merecen un análisis aparte, no pocas
veces se han confrontado violentamente en el mundo postapocalíptico. Incluso se
han hecho la guerra, en el pasado inmediato.
En segundo lugar, abordaremos la dificultad de hacer
comunidad, expuesto en la cotidianidad del mundo poblado por zombis y, a través
de la reflexión, podremos establecer algunas relaciones con lo que acontece en
nuestro país y en nuestro tiempo; particularmente, en México y en Estados
Unidos. En el caso de estos dos territorios puede decirse que la violencia ha
cobrado muchos muertos, aunque cada uno cuenta con sus propias peculiaridades e
historias singulares.
Proponemos, para este punto, partir de la compleja decisión
de Maggie Greene (Lauren Cohan) de ahorcar
a Gregory (Xander Berkeley), un personaje
cobarde, doble y siniestro, pues siempre estuvo involucrado en tretas que él
mismo urdía… ¿Fue, el colgarlo como escarmiento, la mejor decisión que pudo
tomar Maggie en aras de la comunidad de la que ella es responsable?
También queremos indagar en la
muy actual y enredada cuestión de la violencia, siempre desde la ficción para
que nos sirva como puente para meditar sobre cómo una vez que ésta se desata,
bajo cualquier pretexto, incluso bueno,
termina por imperar y, peor todavía, reproducirse, siempre en una espiral
ampliada que (nos) domina a todas y todos (el columnista de El Semanario Carlos Azar Manzur nos
recuerda en un texto lo que Zygmunt Bauman dice acerca de que
la violencia actual no es una anomalía de la modernidad sino que, más bien, es sistemática y todos formamos parte de ella, aunque quisiéramos demostrar que no). Lo que se pone en
juego, paradójicamente, es tanto el futuro como el presente de la comunidad que
se quiere o se pretende tener: una de orden y paz; por otro lado, resulta una en
la que la violencia siempre hace acto de presencia, contra la voluntad de unos
y el anhelo de otros. Como en nuestro mundo real.
Antes de entrar más
profundamente en nuestro análisis, conviene enunciar nuestra hipótesis de
trabajo. Históricamente, toda comunidad humana siempre ha estado en proceso
permanente de deconstrucción, es decir, al tiempo que está muriendo está
renaciendo; se está destruyendo, construyendo y reconstruyendo todo el tiempo
como sociedad toda (esto es pertinente recordarlo en todo momento), pero,
hacemos hincapié aquí, quizá esto no había sido tan claro como lo es en el
mundo de ahora, pues hoy los cambios tienen una temporalidad sumamente
acelerada y todo parece navegar en el vértigo de la fugacidad de los fenómenos
sociales, por lo que solamente el cambio es lo que queda asentado, como ya lo
sostenía el viejo Heráclito de Éfeso,
apodado el “oscuro”.
Esto es muy visible en la
comunidad formada por Rick y los suyos; y lo mismo es perceptible en las
comunidades con las que ellos han estado en permanente conflicto (las pasajeras
o permanentes). Pero también, ahora, en las otras sociedades que se han formado
a partir de la originaria que ellos compusieron alguna vez, pero que por los
mismos fenómenos sociales y las diferencias entre ellos hoy están distantes en
cuanto a la mejor manera de dirigirla; Michonne (Danai Gurira) está redactando una Carta orgánica y no una
Constitución para ese futuro que sueñan, Rick le cede ese lugar. ¿Es parecido
en el mundo real? ¿En el mundo que habitamos? ¿Qué es lo que está desgastando
nuestro mundo?
Finalmente, esto ha sido y va
a ser en lo que se confrontarán, de manera radical, las visiones que tienen de la
comunidad humana Rick y Negan, como de alguna manera se enunció en el pequeño
diálogo final del capítulo 2 de la temporada 9; a partir de este episodio analizaremos lo que se puso en juego
en la primera parte de la novena temporada que concluyó en noviembre pasado y que
se dejó abierto para la segunda tanda de capítulos que iniciaron en febrero y ya culminó; dejando muchas cosas -insistimos-abiertas, sobre todo con relación al papel de la familia y de las y los niños, que son, como se dice, el futuro. Pero así es el porvenir,
siempre abierto (dice la antropóloga Rita Segato que lo más extraordinario de
la historia no es que se dirija a un lugar, sino que nadie puede pararla…).
Antes de continuar, lanzamos una
advertencia sobre cómo estamos leyendo la serie toda (pensemos desde los
inicios de las peripecias del policía que terminaría convirtiéndose en líder
-sin buscarlo- de la resistencia y luego de una multiplicidad de comunidades
reunidas en torno a un objetivo común); creemos que The Walking Dead es una metáfora de la sociedad actual. Es decir, la
serie es una lectura y una postura sobre el caos (post)moderno, presentado en
un futuro de ficción; pensamos que sabiéndola leer nos encontramos con una
forma metafórica de señalarnos a la humanidad actual y sus conflictos,
aquellos que se presentan aparentemente sin salida. ¿Se trata de una crisis del
paradigma democrático o de una crisis civilizatoria? ¿Es éste el dilema al que
nos confrontamos?, pues ésa será nuestra lectura, por lo menos de la primera
parte de la temporada nueve, que queda abierta, como ya se mencionó arriba;
todo esto a través del “uso” que, al parecer, hacen otros (los antisociales, término -por cierto-
utilizado en el filme Juan de los Muertos
cuando el gobierno alega que los ataques perpetrados por zombis en la isla de
Cuba, son en realidad desastres causados por grupos de antisociales que buscan desestabilizar a la sociedad) de los
propios caminantes, a fin de usarlos para las confrontaciones humanas,
garantizando así la perpetuación de la violencia (nuevamente siguiendo a Segato,
ella nos dice que en el mundo actual producimos
diferencia para producir conflicto, no es que haya conflictos “a causa de
las diferencias” como suele comúnmente afirmarse).
Espero que esta lectura y
postura queden justificadas en las mediaciones que estamos haciendo; partimos
de la serie, eso lo pusimos sobre la mesa desde el principio, pero estamos mirando
de manera constante la realidad en la que estamos inmersos. Aquí el interés es
poder clarificarnos una -la realidad-, a partir de la otra -la ficción-. Así
podremos pronunciarnos sobre el momento actual de México, Estados Unidos y el
mundo.
Quisiéramos hacer una rápida
lectura del episodio 1 de la temporada 9.
Todo empieza con la difícil
decisión de Maggie de colgar a Gregory, después de que ella sufre un atentado
por parte de… (¿van al día en la ficción?, por si no, omitimos esta información
que resulta de mucha relevancia y que debe descubrirse cuando se vean los
capítulos donde se aborda).
En el segundo capítulo, que se
llama El puente (The Bridge), es
donde mejor se despliega, por medio del diálogo/confrontación entre Rick y
Negan, la idea que cada uno tiene, no solamente del futuro, sino de lo humano
mismo.
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Conviene, para que se entienda mejor la reflexión, con relación a lo que actualmente sucede y que se espera que acontecerá en México, que citemos, textualmente, dicho diálogo (pues tiene una enorme relevancia):
Rick: Fue un día difícil. Hacía tiempo que no
teníamos uno tan difícil. Un hombre perdió un brazo. El proyecto va retrasado.
Hubo peleas de puño. Sin embargo, pese a todo eso, al final del día, se
reunieron. No todos. Pero bastantes. Eligieron estar juntos. ¿Entiendes a dónde
voy? Pase lo que pase, los seres humanos
buscamos estar juntos. Es nuestro instinto.
Negan: Es una imagen muy bonita, Rick. ¿Cuándo
podré verla yo?
Rick: Jamás. Vas a morir tras esas rejas. Lo sabes.
N.: Entonces, ¿me concederás un deseo final? ¿Por qué no me traes…?
R.: ¿No te cansas nunca de actuar como si siguieras a cargo?
N.: ¿Y tú? ¿Crees que, porque comieron en torno a una fogata, tienes todo
esto bajo control? Cuando finalmente las cosas se vayan al diablo, y así será,
no olvides venir aquí a contarme ese día también.
R.: Estamos prosperando. Sin ti. Construimos un futuro como dije que
haríamos.
N.: ¿Para quién lo construyes? ¿Para Carl?
R.: No pronuncies su nombre.
N.: Tu familia ya no existe, Rick. La mía tampoco. Ese puente no es el
futuro, es un monumento a los muertos. No estás salvando al mundo, Rick, estás
preparándolo para mí.
El diálogo/confrontación tiene
alcances inmensos, como se puede apreciar; es, en realidad, un diálogo muy
complejo que nos ilustra sobre lo que se juega, no solamente en la ficción,
sino también en la realidad misma; en el mundo nuestro: ¿quién comanda/comandará?,
¿qué tipo de futuro se podrá construir: uno de paz o uno de guerra permanente?
(Y, si nos posicionamos como Moore, ya citado, ¿quién vigila a los vigilantes? -Who whatches the watchmen?-).
Sí, también algo del futuro se
está dirimiendo actualmente en México, ello mediante personajes centrales, por
ejemplo, Andrés Manuel López Obrador,
quien acaba de asumir la presidencia de México, y también muchos otros,
incluyendo a todas y todos los mexicanos de a pie. Tendamos algunos puentes
entre lo sucedido en México desde el 1 de julio pasado y los discursos de AMLO,
particularmente, nos parece relevante traer aquí el que corresponde a su
asunción como presidente de México, y en la parte de la ficción, lo que se
confronta entre los dos líderes de The
Walking Dead.
¿Quién será el villano de
México que asuma el papel que desempeña Negan en la ficción y qué instrumento
será el equivalente de Lucy, el famoso bate de Negan, con el que dio muerte a algunos
de los seres más queridos de Rick?
El sábado 1 de diciembre AMLO asumió, por fin, el poder formal
de la presidencia. Primero en el Congreso de la Unión y, ya siendo presidente,
mediante la entrega del bastón de mando que le hicieron, en pleno Zócalo, los
pueblos indígenas de México (esta entrega no estuvo exenta de polémica pues se
ha cuestionado la legitimidad de los representantes que asistieron a la
ceremonia).
Son muchas las cosas que
habría qué decir, algunas de ellas no podrán trabajarse por falta de espacio, pero en
lo que queremos hacer hincapié es en que las formas cambiaron radicalmente. En
ambos discursos, el del Congreso y el del Zócalo, AMLO insistió en la paz, el perdón y la construcción del futuro.
Retomemos algunos de sus
dichos y no dejemos de pensar en lo que como mexicanas y mexicanos hemos vivido
en, por lo menos, los últimos dos sexenios (Felipe Calderón Hinojosa y Enrique
Peña Nieto): violencia, guerra, muerte, destrucción, sometimiento (le
especialidad de Negan). Y consideremos
la apuesta de AMLO, la de la paz, el perdón y la construcción del futuro (¿a
lo Rick?).
Abordemos la cuestión de las
formas. En el pasado inmediato, se cerraban totalmente las calles, con una
absoluta vigilancia del Estado Mayor Presidencial (ya desaparecido), para que
circulara el presidente; esta vez AMLO
se trasladó sin cierre de calles, con la abierta presencia de las y los
ciudadanos, que podían incluso arrimarse (el caso del ciclista es más que
ilustrativo) y decirle lo que
esperan de él.
Reiteramos: las formas han
cambiado. La fiesta del Zócalo también es paradigmática en este cambio.
Aunque quizá lo más importante
está en los cambios en el discurso. Ya no fue mera retórica, sino que, haciendo cuentas con el pasado mediato e
inmediato, AMLO se posicionó para hacernos un llamado a todas y todos los
mexicanos a construir el futuro; no va a ser fácil, por supuesto, pero hay
pueblo y hay recursos materiales suficientes, pese al saqueo neoliberal.
Textualmente, AMLO llamó a: “[…] una modernidad forjada desde abajo y para todos”.
¿Podemos desoír ese llamado? ¿En aras de qué habría que desoírlo?
Éste es el gran reto que tenemos todas y todos los mexicanos. Seguir el camino de la confrontación o construir el puente del futuro, y no será sencillo, de la paz y de eso que él llamó “modernidad forjada desde abajo y para todos". Pero, nos preguntamos, ¿se puede acabar con el neoliberalismo por mero decreto?
Al hacernos este llamado, AMLO no dejó de hacer cuentas con nuestro pasado, el de la nación mexicana, con lo que nos ha dejado el modelo neoliberal; pero no para que nos cebemos en el dolor y el resentimiento, sino, para que sin olvidar a todas y todos los precursores de este momento histórico y que, en tanto muertos, son y serán nuestro impulso, vayamos adelante, en la construcción del nuevo México.
Y que quede constancia de que lo dijo abiertamente, en presencia de uno de los grandes responsables de este desastre, Enrique Peña Nieto, pero que, dijo, no iba a perseguir. ¿Cualquier semejanza con The Walking Dead es mera coincidencia?
También ahí, en la ficción, el debate está entre los que no quieren venganza y sí justicia y los que creen que no hay justicia para Negan más que la muerte.
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¿Qué camino seguiremos en México?
He aquí la verdadera cuestión: seguir el camino de la paz y el futuro o seguir el de la guerra y la confrontación y la venganza.
¿Por qué camino optaremos las y los mexicanos?
He aquí nuestro dilema. Y, nuevamente decimos, la ficción puede enseñarnos mucho sobre nuestra realidad.
Y aquí es donde ficción y realidad se juntan, para diferenciarse, en cuanto las dos quedan abiertas. Cada una con sus posibilidades y su propia lógica acontecimiental. Cada una con su propia problemática.
Cerramos esto señalando, rápidamente, que hay cosas que ya han cambiado en México y otras que esperan su momento de transformación; van a existir muchas resistencias, buenas y malas, pues son muchos los problemas. Por ejemplo, el tren maya, la guardia civil, las concesiones mineras y del agua y, además, la todavía pendiente y empantanada reforma educativa (hasta el momento abierta a pesar del "peloteo" entre las cámaras). Ya se verá. Mientras tanto, AMLO como presidente de México se mueve en muchas contradicciones y el posicionamiento ante su presidencia cada vez será más complicado, pues como suele pasar en estas cuestiones, habrá quienes ganen y quienes pierdan y será eso lo que vaya determinando la manera en que los sujetos sociales visualicen la presidencia de Andrés Manuel López Obrador. Es un proceso que está y seguirá abierto...
Y aquí estamos, insertos en él...
Y aquí es donde ficción y realidad se juntan, para diferenciarse, en cuanto las dos quedan abiertas. Cada una con sus posibilidades y su propia lógica acontecimiental. Cada una con su propia problemática.
Cerramos esto señalando, rápidamente, que hay cosas que ya han cambiado en México y otras que esperan su momento de transformación; van a existir muchas resistencias, buenas y malas, pues son muchos los problemas. Por ejemplo, el tren maya, la guardia civil, las concesiones mineras y del agua y, además, la todavía pendiente y empantanada reforma educativa (hasta el momento abierta a pesar del "peloteo" entre las cámaras). Ya se verá. Mientras tanto, AMLO como presidente de México se mueve en muchas contradicciones y el posicionamiento ante su presidencia cada vez será más complicado, pues como suele pasar en estas cuestiones, habrá quienes ganen y quienes pierdan y será eso lo que vaya determinando la manera en que los sujetos sociales visualicen la presidencia de Andrés Manuel López Obrador. Es un proceso que está y seguirá abierto...
Y aquí estamos, insertos en él...
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