miércoles, 11 de noviembre de 2015

Un mundo sin zombis


Inés M. Michel*



[A partir de esta semana, Cuerdas se actualizará los miércoles].




Un comentario que leí hace tiempo en internet, respondía a un texto titulado Suicidarse en lunes, (ese día tan infame para tantas personas), que una de las razones para no hacerlo, es que en México se estrena capítulo de The Walking Dead.



Tanto el texto como esa respuesta que menciono me parecieron muy divertidos, pero fue el comentario el que en particular me encantó.



¿Qué nos mantiene con vida?



Se habla de que el amor, el trabajo, los sueños.



Cada lector o lectora, pensará en sus propios motivos,  y parece banal argumentar que una serie es una razón para vivir cada lunes, pero resulta que sí es una muy buena razón.



En el caso de Daniel Fleetwood, no fue una serie, sino una película. Este fan de Star Wars, pidió como último deseo, poder ver la última entrega de la saga, Star Wars VII: The force awakens, que se estrenará hasta diciembre. Desahuciado desde septiembre pasado, logró tener una proyección especial en su propia casa, autorizada por el director J. J. Abrams y por Disney, luego de que su esposa, Ashley, iniciara una campaña en redes sociales para que Daniel, que se encontraba en una etapa terminal de cáncer, pudiera cumplir su sueño.



Daniel murió algunos días después de ver la cinta. - VER NOTA -.



Vuelvo ahora a The Walking Dead, pues en lo que a mí atañe, este mundo postapocalíptico creado por Robert Kirkman, Tony Moore y Charlie Adlard, se ha convertido en el momento de sosiego más importante de la semana.



Cada lunes, David y yo nos sentamos frente al televisor, muchas veces comiendo palomitas, y el mundo se detiene por una hora. No más miserabilidad ni noticias devastadoras.



No más preocupaciones monetarias ni estrés de ningún tipo.



La serie que se encuentra en su sexta temporada, ha resultado uno de los productos televisivos más exitosos de los últimos tiempos. Durante el último capítulo empecé a preguntarme qué es lo que tiene de fascinante el mundo zombi, ese en particular, y pensé en que en muchas ocasiones, me parece mucho mejor que este en el que vivo.



De entrada, la posibilidad de disparar en la cara a los vecinos fastidiosos (zombificados, por supuesto), es genial. ¡No más música de banda a las 5 am!



Por otro lado, admitamos que en el mundo de hoy se vive continuamente con cierto desencanto, razones hay de sobra: el país que se desbarata, desaparecidos, muertos, incertidumbre generalizada… (y vecinos molestos).



Los zombis parecen una buena alternativa a una realidad que sin apocalipsis ya es feroz y despiadado.


Fotograma de la primera temporada de The Walking Dead



Por el momento, tengo una sola preocupación, y es Glenn. Al inicio de temporada, The Walking Dead nos hizo saltar del sillón con una confusa escena en la que muchos afirman que Glenn (Steven Yeun), murió. Dicho momento generó un intenso revuelo en redes sociales, y un debate en el que participaron incluso medios como la revista de finanzas Forbes. David y yo, estamos convencidos de que Glenn está vivo.






Aún quedan algunos capítulos más para clarificar esta duda, que según  Scott M. Gimple, productor y guionista de la serie, se desvelará en el final de mitad de temporada.



Saber qué pasó en realidad, es otro gran motivo para mantenerse con vida de martes a domingo. Y así hasta el último capítulo de esta sexta temporada, que dará paso al sopor cotidiano, uno momentáneo, pues The Walking Dead ya firmó para una séptima… 

Un mundo sin zombis, definitivamente no vale la pena.






*La Otra I
 [atea, vegana, feminista,
lectora irredenta
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia]

Twitter: @inesmmichel









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