jueves, 29 de octubre de 2015

Spider (araña): deseo, alucinaciones y angustia


J. Ignacio Mancilla*



NOTA: Debido a contratiempos laborales, la semana pasada no se publicó nueva entrada, así que este texto que por su extensión iba a ser publicado en dos partes, se publica hoy completo.







Ficha técnica:

Dirección: David Cronenberg.
Países: Reino Unido, Francia y Canadá.
Año: 2002.
Duración: 98 min.
Interpretación: Ralph Fiennes (Dennis 'Spider' Cleg), Gabriel Byrne (Bill Cleg), Miranda Richardson (Yvonne / Señora Cleg / Señora Wilkinson), Bradley Hall (Joven Spider), Lynn Redgrave (Señora Wilkinson), John Neville (Terrence), Gary Reineke (Freddy), Philip Craig (John).
Guión: Patrick McGrath y David Cronenberg; basado en la novela de Patrick McGrath.
Producción: David Cronenberg, Catherine Bailey y Samuel Hadida.
Música: Howard Shore.

Fotografía: Peter Suschitzky.
Montaje: Ronald Sanders.
Diseño de producción: Andrew Sanders.
Dirección artística: Arv Grewal.
Vestuario: Denise Cronenberg y Brenda Gilles.


La película Spider (Araña, 2002) de David Cronenberg, excelentemente dirigida y con las formidables actuaciones de Miranda Richardson y Ralph Fiennes, es un thriller psicológico que nos muestra lo desvalidos que estamos, lo seres humanos, cuando se trata de confrontarnos con nuestros deseos más íntimos: el de la madre, sin la mediación del fantasma.

Y… en ese mismo tenor, cuando ante éste no media el padre, como función separadora y nominativa, para insertarnos en el mundo del “afuera”, el mundo de la “socialidad” humana.

El film inicia con Spider bajándose del tren, ya adulto, e inmediatamente, conforme avanza la narración cinematográfica, nos damos cuenta que el personaje en cuestión viene medicado; dopado.

Y toda la historia es una especie de gran flash back que nos posibilitará ir comprendiendo lo que acontece con este singular sujeto en crisis radical de su subjetividad.

Su debatirse en un esfuerzo sobrehumano por reconstruir su historia, cosa que no logra o, mejor dicho, su objetivo lo alcanza al final; para sumirse, de nuevo en la catástrofe, pues lo que hizo es terrible y siniestro: dio muerte a su madre, confundiéndola, en tanto alucinaba, con una prostituta que, estaba seguro, había usurpado el lugar de su madre y… de la que su padre gozaba.

Desde mi perspectiva y lectura, la escena interior de la cena es clave (cuando el padre es callado por la madre), junta con otras tres (la del rompecabezas, cuando el padre es masturbado por la prostituta y la de cuando el padre le dice que por qué lo hizo, refiriéndose al hecho de que su hijo haya matado a su madre), para comprender toda la trama de Spider, nombrado solamente una vez por su nombre propio por su padre, esto como acto fallido de articulación subjetiva; lo que nos posibilita una mayor claridad, en alguna medida, sobre la des-subjetivación  y las alucinaciones como intentos restitutivos de la subjetividad y la falla de la función paterna en tanto acto nominativo (estabilizador).

La película tiene, además de las excelentes actuaciones, la virtud de mostrarnos, todo el tiempo, el desgarramiento del sujeto por resignificar su vida toda a partir de un acto que lo dejó fuera como sujeto.

De ahí esos dobles planos en los que se interpolan escenas de la niñez con las del momento presente, en su dimensión alucinatoria; dichas escenas nos constatan la esquizia del sujeto en su lucha por recomponer(se) a partir del sentido, para, y en esto consiste el drama de la película, cuando se reencuentra con él, desmoronarse, nuevamente, pues, ¿qué sujeto soporta ser el asesino de su propia madre y salir indemne de tan terrible acto?

Como cualquier obra de arte, en particular si hablamos de cine, es imposible deconstruir lo que dicha obra pone en juego; por más meticuloso que sea el análisis.

De modo que aquí lo único que pretendo es señalar cómo, más allá del discurso, el cine es un excelente medio para mostrar, ya que es el cuerpo y su materialidad lo que pone en primer plano, precisamente la singularidad de un sujeto y sus alucinaciones en tanto ponen en juego un drama edípico familiar en su estructura singular.

¿Hay algo más imaginario que el cine?

Y, ¿acaso las alucinaciones no tienen precisamente una estructura imaginaria, en tanto el fantasma (como fallido), pantalla inarticulada del sujeto, se le presentifica a éste desde fuera sin el anclaje de lo simbólico?; esto independientemente de sus causas, que pueden ser incluso neurológicas si nos atenemos a lo sostenido por Oliver Sacks en su libro Alucinaciones (Editorial Anagrama, Barcelona, 2013) .

De manera formidable, Cronenberg atisba la complejidad del personaje y de cómo su fallida subjetivación tiene que ver con lo que Lacan muy pronto llamó los complejos familiares; esto antes de su decisiva e histórica incursión en el psicoanálisis y sus planteamientos sobre los nombres del padre.

De ahí que la película sea sorprendente, en más de un sentido.

Pero la sensibilidad de los artistas, y para mí Cronenberg lo es, le hace plantear cosas que a un científico social, psicólogo, neurólogo o psiquiatra, en este caso (dejo de lado, por el momento, a los psicoanalistas), le llevaría muchas horas de discurso; y no estoy tan seguro que tendría un resultado tan exitoso como Cronenberg con su formidable película.

Y es que, desde un principio, Cronenberg nos logra atrapar en la narrativa de Spider para, junto con los destinos del personaje, dejarnos, al final, tan desarticulados subjetivamente y no sin angustia; o, por lo menos, nos deja con una cierta desazón existencial; por decir lo menos. 

Y ya para terminar, nunca se insistirá demasiado en las proverbiales actuaciones de Miranda Richardson y Ralph Fiennes; en particular a mí la que más me gusta es la de Ralph Fiennes, quien supo apropiarse de tal manera del personaje que, durante todo el tiempo de la narración, nunca nos salta ninguna duda de que se trata de Spider y su singular drama edípico.

Cierro este comentario aclarando, algo que no sería necesario hacer, pero que no está de más que lo haga: la presente reflexión es simple y sencillamente una lectura entre otras posibles de la película, con la que nunca se pretendió agotar el sentido de la misma.

Postscriptum

Helí Morales en su último libro Psicoanálisis con arte. Lenguaje, goce y topología (Palabra en vuelo/Ediciones del deseo, México, 2015), hace un formidable análisis de Spider; bastante problemático desde la perspectiva clínica, sobre todo de las psicosis; ya que Morales sostiene que en Spider no hay, propiamente, un síntoma; de ahí pues su acto.

Cosa que merece una mayor explicación que la que puedo desarrollar aquí, en este espacio. Pero Morales logra, en pocas líneas, una excelente interpretación del filme de Cronenberg, relacionando su lectura con el famoso caso de Freud de Una neurosis demoniaca en el siglo XVII (1923); se trata de un pintor alemán, Christoph Haizmann, que según archivos parroquiales hizo un pacto con el diablo (Sigmund Freud, Obras Completas, V. XIX, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 2006).






    
*J. Ignacio Mancilla

[Ateo, lector apasionado, 
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]















  

viernes, 16 de octubre de 2015

De Caligari a Batman (Parte 2)



Inés M. Michel*

Sala 3 Caligari Café. Boceto: Inés M. Michel, Dibujo final: David A. Becerra


Utilizando el espacio físico ya analizado (Caligari Café), como un puente para llegar a este otro filme, retomaremos el aspecto gótico que une a nuestros tres objetos; por un lado está la propuesta icono del expresionismo alemán, homenajeada en un café tapatío y por el otro un referente cultural de nuestros tiempos, emblema del estilo gótico traído a la modernidad.

La película de Nolan recrea a Ciudad Gótica volviéndola más realista y otorga otro sentido a la percepción espacial y a la atmósfera oscura, alejándose de las también referencias indiscutibles, Batman (Estados Unidos, 1989) y Batman Returns (Batman Regresa, Estados Unidos 1991), ambas de Tim Burton.

El elemento gótico vuelve, atenuado en los aspectos arquitectónicos, acentuado en el personaje de Batman, oscureciendo al personaje, otorgándole aún más misterio del que ya poseía y reivindicando el espíritu antiheroico del mismo.

No es casual la interpretación del director ni la selección de estos elementos para construir otra historia sobre Batman, distinta pero magistralmente acertada.

Es pertinente preguntarnos aquí, sobre la herencia gótica que permanece en esta y otras obras cinematográficas, recordando las formas, las estructuras y las pasiones despertadas por filmes como El gabinete del doctor Caligari.
 
Lo es también, adentrarnos en lugares poco comunes, que inmersos en nuestra realidad cotidiana, y en ocasiones pasando un poco desapercibidos, nos recuerdan que el pasado permanece, en forma de homenaje, de recuerdo, o incluso de ausencia que silenciosa regresa de cuando en cuando.

La gran catedral se encuentra ausente en este análisis, a cambio presento el interés despertado por un espacio que conjuga cine, estética y misterio, con toques de surrealismo que se escapa por esa diminuta puerta que lo alberga, una que un día cualquiera podría engullirnos sin previo aviso, para dar paso a ese otro mundo en el que seremos extraños, enfrentados a nuestros temores, a esa otra realidad que se presenta excéntrica, delirante, distinta.

 
Sala 2 Caligari Café. Boceto: Inés M. Michel, Dibujo final: David A. Becerra

Elegir un filme que funciona como referente cultural de una época y de una corriente de pensamiento tuvo la intención de buscar la espacialidad presente en el séptimo arte, enlazarla con un punto real, cercano, para utilizarlo como eslabón para nuevamente aterrizar en otra producción audiovisual.

Lo actual recuerda a lo pasado, los espacios retornan a un origen que pareciera inalcanzable, y sin embargo, lo alcanzan, lo alcanzamos de la mano de soñadores que plantean un espacio para imaginar.

Tomando café, comiendo una pasta, o simplemente conversando en Caligari, su atmósfera se condensa frente a nuestros ojos, deja de ser ajena, rodea nuestras palabras, y hace lo que solo el arte puede, traernos otra realidad tan palpable que dudaremos de la autenticidad de la nuestra.

VER: De Caligari a Batman (Parte 1)


Fachada Caligari Café. Fotografía por: Inés M. Michel


*La Otra I
 [atea, vegana, feminista,
lectora irredenta
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia]

Twitter: @inesmmichel














jueves, 8 de octubre de 2015

47 + 1 = a terrorismo de Estado



J. Ignacio Mancilla*



El pasado 26 de septiembre, se cumplió un año de la terrible tragedia de Ayotzinapa, Guerrero, México; y el 2 de octubre se cerraron 47 de la masacre de la Plaza de las tres culturas en Tlatelolco, Ciudad de México. [Galería de imágenes 2 de octubre: VER AQUÍ]


Sí, 2014 y 1968, dos fechas aciagas en nuestro calendario nacional de sacrificios.


Es 1 año y muchos años, 47, de impunidad.


En los que no solamente la justicia es la burlada, sino todo un pueblo y una nación.


Y en los que toda la clase política, en particular la de los tres grandes partidos, el PRI, el PAN y el PRD, ya sin ninguna diferencia política entre ellos, se ha visto más que cuestionada por su actuar y, sobre todo, por sus corruptelas.


Nunca supimos, hasta ahora, cuántas y cuántos murieron esa tarde noche del 2 de octubre de 1968; y al parecer nunca sabremos el paradero de los normalistas desparecidos de Ayotzinapa.


Sumándose, así, una afrenta a otra; sin tener la certeza de cuál es más siniestra.


Es la oscuridad de la noche la que no quiere dejarnos, impidiéndose, de este modo, el amanecer de un país más que necesitado de luz, pues las tinieblas y el mal temporal se han prolongado ya más de lo debido.


Como maldición de los dioses idos e indolencia de los presentes.


¿Cuándo encontraremos la salida?


Necesitamos, urgentemente, hallar las maneras de iniciar un proceso de construcción de un México otro al que hemos tenido y padecido.


Una otra nación en la que la justicia no se nos niegue, para que el futuro, como el horizonte, se abra y las hijas y los hijos de nuestras hijas e hijos respiren la paz y la libertad y la dignidad que a nuestras generaciones se nos ha negado.


¿Es mucho pedir?


Pensamos que no, pero, para obtenerlo, creemos que tenemos que actuar ahora, sin vacilaciones y sin concesiones y sin coartadas ni mentiras.


Nos ha llegado la hora.


Ya no valen los pretextos.


¿Acaso alguna vez valieron?


Y, ¡ya basta de que a toda oposición y crítica, desde la más simple a la más polítca, se responda con amenazas de muerte![CNDH pide protección a pintores Toledo y Hernández: VER AQUÍ Denuncia Colectivo Quimera amenazas de muerte: VER AQUÍ ]







*J. Ignacio Mancilla

[Ateo, lector apasionado, 
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]














viernes, 2 de octubre de 2015

De Caligari a Batman (Parte 1)


Inés M. Michel*





Uno de los encantos del cine mudo deriva de que

los hechos que nos son presentados se imponen

con la fascinante certeza de lo irremediable.

Nada puede cambiar.



En las películas actuales,

las personas hablan. Por poco que sea,

parece que su palabra puede modificar el curso

de las cosas y que se precisa poco para que lo haga.



Jean Mitry


El expresionismo alemán nos regaló una estética sin precedentes que ganó un lugar importante en la historia del cine, representando lo surreal, los sueños y los fantasmas del imaginario social en imágenes torcidas, sombras alargadas y figuras envueltas por penumbra que fueron apoyo fundamental para una narrativa que establecería muchos de los paradigmas del cine de terror.



Das Cabinet des Dr. Caligari (El gabinete del doctor Caligari, Robert Wiene, Alemania, 1920), considerada como la primer película expresionista de la historia, se convirtió en un referente indiscutible del movimiento alemán que contribuyó a una época dorada del cine, donde exponentes como Fritz Lang, filmaron inolvidables secuencias que influyeron a todo el cine occidental, y a los nuevos géneros que se explorarían a partir de ahí.

Estéticamente, es fuente de análisis profundo y detallado, que nos lleva a deconstruir la atmósfera lograda por el filme, no en vano considerado como uno de los mejores en el género del terror de todos los tiempos.



Hermann Warm, quien había trabajado en escenarios para un teatro militar, fue el encargado de diseñar con la ayuda de los pintores Walter Reimann y Walter Röhrig, los sets y los decorados para esta historia.

La exploración los llevaría a pintar luces y sombras en las paredes y los pisos del set, así como a utilizar lienzos detrás de los actores como fondo.


Pero más allá de estos logros técnicos, el interés de mi trabajo es analizar el fenómeno espacial logrado en el filme y llevar dicho análisis hasta una cinta contemporánea que retoma los ambientes sombríos que magistralmente dibujara en 1920 el filme; me refiero a Batman: The Dark Knigth (Batman: El caballero de la noche, Christopher Nolan, Estados Unidos, 2008).  

Batman, el personaje gótico por excelencia, conocido a nivel de masas, representa a uno de los antihéroes más idolatrados por la cultura popular, y Gotham City (Ciudad Gótica), la ciudad ficticia del universo de DC Comics donde sucede la mayor parte de la historia de Batman, basa su arquitectura en Nueva York, pero exagerando y oscureciendo sus características.

¿Cómo relacionar la estética y la espacialidad de un filme como el de Wiene, con la película que inmortalizara a Heath Ledger como el inolvidable Joker, personaje que lo llevara al colapso y según algunos, a la muerte?

Ese es el reto planteado, partiendo del cine para aterrizar en un espacio tangible y cercano, presente en la realidad tapatía, que  hace un particular homenaje a la cinta alemana; se trata de Caligari, un café cultural, que logra además de homenajear a la película homónima, recrear el ambiente onírico y sombrío de la cinta.

Expresando a Caligari



Isaac Padilla, fanático de la película alemana que da título a este trabajo, es el creador de un concepto que retoma la estética de tan particular filme, plasmada en Caligari Café, un espacio ubicado en la calle Juan Manuel, de Guadalajara, Jalisco.

No hay más que pararse afuera de este establecimiento para iniciar un viaje sensorial que nos introduce paso a paso en el ambiente lúgubre, de paredes que se inclinan, sombras que se alargan y contornos distorsionados; pensado para darnos la bienvenida a un mundo oscuro y fascinante a la vez.


En la casa de una sola planta, se adaptaron los espacios disponibles para que cada uno de ellos sea representativo del estilo que se quiso evocar; una serie de elementos decorativos, así como detalles en los menús y las mesas complementan a la perfección el espacio, pero por ser los elementos arquitectónicos y la percepción espacial lo que más nos atañe en este momento, nos centraremos en estos elementos.



Dividida en tres áreas principales abiertas al público y dos más de uso exclusivo para el personal, la distribución del espacio, nos lleva de una habitación a otra por estrechas puertas que nos introducen en la distorsión de la arquitectura que deviniera en un estilo distinto, originado por la fusión de lo gótico con el expresionismo alemán. Al respecto David A. Becerra, nos explica:


El expresionismo es una corriente artística de principios del siglo XX, que se oponía al impresionismo y al naturalismo en su forma de representar la realidad, intentando expresar la visión interior del artista. En Caligari Café, la atmósfera sombría y pesadillesca hace un inteligente homenaje a una pieza de culto del cine mundial.

(…) En El Gabinete del doctor Caligari, observamos una impresionante deformación espacial      de las formas, un manejo similar a las propuestas realizadas en las grandes catedrales góticas de Europa. 




La llegada de Batman a la escena

Si bien, parece claro que estéticamente la propuesta de El gabinete es excéntrica y onírica, aún tenemos el último punto por enlazar, la atmósfera de una película contemporánea, que quizá pareciera desconectada de aquel año de 1920, Batman: El caballero de la noche. 

Realizada en 2008, a cargo del director estadounidense Christopher Nolan, esta súper producción se convirtió en un éxito inmediato de taquilla y reafirmó a la franquicia del antihéroe como una de las más redituables.

[Continuará...]




*La Otra I
 [atea, vegana, feminista,
lectora irredenta
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia]

Twitter: @inesmmichel