martes, 29 de mayo de 2018

Vivir resistiendo



Inés M. Michel*






“Dolores: What is real?


Bernard: That which is irreplaceable.”



— Dolores Abernathy y Bernard Lowe, 
Westworld (Segunda temporada).




¿Qué nos hace amar la vida? 

Caminando por el sendero de nuestro vivir nos encontramos con alegrías y penas. Algunos creen que son mucho más las penas que las alegrías, más abundantes los tragos amargos que los momentos de dicha. Es posible que así sea. Esta vez mi reflexión va en torno a aquellos detalles, significativos e irreemplazables, que nos hacen amar y valorar nuestro paso por esta realidad. 

Lo que nos mantiene aquí, aún con la vorágine de sinsabores e infortunios, lo que nos hace detenernos y respirar, no siempre lo tenemos tan claro. Coincidiremos en nombrar personas que nos resultan indispensables, quizá tardaremos un poco más en evocar aquellas sensaciones y momentos que nos traen de lleno a la vida; puede ser un aroma en particular que nos emociona o nos conmueve, una comida que nos inunda de recuerdos y nos lleva a viajar al pasado o, un simple instante de tranquilidad tras una ventana que nos lleva a admirar una puesta de sol. La belleza en el mundo está a la vuelta de la esquina, a pesar de la tragedia. 

En estos días negros que vivimos, pienso en las jornadas violentas acontecidas en Guadalajara el día hoy así como en días pasados, tendré que insistir en algo que ya había hecho público vía redes sociales hace unos años cuando se vivieron narcobloqueos en mi ciudad natal, según recuerdo por primera ocasión en la historia de la localidad (2014); no creo que debamos renunciar a nuestros espacios públicos, nuestras calles, nuestras vidas... Vivir, en estos tiempos que corren, es hacer frente a cada acto de muerte del que somos testigos, es también vivir con cada desaparecidx y asesinadx a nuestro lado, recordándonos que a ellos no se les permitió seguir aquí, y que el mundo es tremendamente injusto con esas vidas que fueron arrancadas sin razón válida. Aún con todo eso, ¿vale la pena seguir? Hoy me atrevo a afirmar que sí, sobre todo por aquellos que no pueden ya decirlo, quiero pensar que vivir en un mundo como este, y disfrutar de la vida, es ya en sí mismo un acto de resistencia (también de valentía). 

Negarnos a dejar nuestras vidas de lado con todo y el horror que se nos viene encima cada día, y además reafirmarnos en nuestras pasiones y gusto por vivir, sintiendo una brisa fresca en un atardecer cualquiera, cerrando los ojos para que nos llene el olor de la persona amada, deteniéndonos un momento en nuestro andar para ver la belleza que el mundo pone frente a nuestros ojos y que está ahí, resistiendo aún en la oscuridad más densa, es una estrategia que puede permitirnos continuar. Será en ese continuar que nuestra vida misma se convertirá en un homenaje para todos aquellos que se han ido y que deberían estar aquí. 



Fotograma de A Ghost Story (D. Lowery, EU, 2017).


No podemos cambiar todo aquello que es injusto en el mundo, pero sí hacernos de un hueco en él, donde vivamos intensamente, amando la vida y luchando por ella. La batalla no está perdida si podemos encontrar en cada uno de nosotros, y los que nos rodean, aquello irremplazable, aquello que no puede ser intercambiado por dinero (ese bien que han erigido como máximo), todo lo que es único y que vale la pena defender a toda costa de la lógica que impera en nuestros días, donde la vida, quieren hacernos creer, es lo menos importante.






Inés M. Michel.
@inesmmichel
I: inmichel

Ciudad de México, mayo de 2018.

 *[Atea, vegana, feminista,
lectora irredenta,
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia.]











miércoles, 23 de mayo de 2018

De león negro a chapulín (por ahora anaranjado)


Metamorfoseándose para saltar, por su presa; o, cómo mutarse (mejor) para seguir viviendo de los (presu)puesto(s) públicos






J. Ignacio Mancilla*





¿Qué condición es más miserable
que la de vivir así, no poseyendo
nada propio y dependiendo de
otro su bienestar, su libertad,
su cuerpo y su vida?”




Etienne de la Boetie. Discurso de la servidumbre voluntaria.





Como dijera un personaje de una de las más grandes películas de la historia del cine, estoy hablando de Érase una vez en América (Once Upon a Time in America, 1984), de Sergio Leone, “la vida es más chistosa que la mierda”. Por qué lo digo, se preguntará el lector o lectora de este Blog. 

Les cuento la historia de una carta singular, al lado de otras misivas.

Como profesor de asignatura, me fue entregada una peculiar correspondencia, fechada el 15 de marzo del presente año y firmada, todavía, por el entonces rector general, maestro Itzcóatl Tanatiuh Bravo Padilla; una misiva por supuesto no solicitada que me sorprendió en tanto el mismo personaje nunca respondió a un escrito público en el que, un servidor, cuestionaba algunas cosas de suma importancia durante su gestión.





Intentaré, en la medida de lo posible, no alargar mucho este texto, para lo que sintetizaré lo más que pueda esta historia sui generis.

El mensaje del ahora exrector es de casi dos cuartillas, de modo que una respuesta prolija, como se merece es imposible, en este espacio; no obstante ello, diré algunas cosas.

Son tres los párrafos sobre los que diré algo, pero considerando toda la carta, además de su gestión.

El primero, el de entrada, dice:

Por este medio, me permito comunicarle que el pasado 28 de febrero –a un mes de la rendición del Informe de Actividades 2017, que da cuenta de cinco años de trabajo-, presenté ante el Consejo General Universitario la solicitud para separarme del cargo de Rector General de la Universidad de Guadalajara, petición que fue aprobada y tendrá vigencia a partir del próximo viernes 16 de marzo”.

Es decir, la comunicación la hace exactamente un día antes de “irse” a atender sus intereses políticos, los que puso por encima de lo que en otro de los incisos, el segundo de los que aquí analizaré, sostiene:

Mi compromiso es contribuir al fortalecimiento de la educación, la ciencia y la tecnología, y otros ámbitos de desarrollo que requiere el país, así como continuar apoyando a la Universidad de Guadalajara”.

Según él, así lo afirma en la segunda frase:

Durante estos cinco años, la Universidad ha ampliado y mejorado la infraestructura académica y de servicios; no se han abatido todos los rezagos, pero se avanza en esa dirección. Además, se ha favorecido la promoción y el desarrollo del personal académico y administrativo. De igual manera, la institución cuenta con equilibrio presupuestal y finanzas sanas”.

¿En verdad son las cosas así?

Lamento mucho tener que disentir, pero…

Es aquí donde acudiré a la memoria y la historia de misivas no respondidas; mientras que, por otro lado, se nos entregan cartas no solicitadas, lo que aparece, por decir lo menos, cínico; pero no en su acepción antigua sino en la moderna, tal y como lo puso en claro Peter Sloterdijk en su excelente libro Crítica de la razón cínica (1983).

¿En qué se ha favorecido la “promoción” y “desarrollo” de las y los profesores?

¿En particular las y los de asignatura?

Lo sostenido por el ahora exrector es pura retórica (Flatus vocis decían los medievales); los números lo desmienten (en otro momento haremos un análisis considerando las estadísticas, para mostrar las mentiras del ahora exrector). Lo que motivó en un momento muy específico me dirigiera a él, en tanto Rector General, fue la pretendida medida de dejarnos sin el pago de las vacaciones a las profesoras y profesores de asignatura. Cosa que se evitó por la Carta aquí aludida y también por cierta movilización que se hizo en contra de semejante medida.

Nunca dio la cara en cuanto a responder a los cuestionamientos que le hice, no obstante que estaba, relativamente, obligado por el cargo mismo que ocupaba. Y lo malo que sus subalternos, émulos al fin, aparte de uno que otro mulo (y mula también, lamentablemente), se ampararon en dicha actitud para tampoco responder cuando les interpelé, entre otra cosas porque se me sugirió que dejara de dar clases, en el Departamento de Historia, particularmente en la Licenciatura de Antropología, por mi pertenencia y militancia al Colectivo de Reflexión Universitaria (CRU).

Esto mientras ellos hacen política partidaria abierta y usan los recursos públicos para beneficiarse en todo momento y proseguir en la persecución de intereses personales, pero disfrazarlos, sofísticamente, bajo el manto de los asuntos generales.

¿Si ganaran lo mismo que las y los maestros de asignatura también lo harían?

Me quedan muchas dudas al respecto.

Pero lo que sí es bastante claro es que Tonatiuh Bravo Padilla, si llega al puesto político al que aspira, y aunque no llegue, seguirá ganando un enorme salario, a diferencia del más del 50 por ciento de las y los maestros de asignatura que somos los que, de manera cotidiana, hacemos funcionar a la Universidad de Guadalajara en una de sus funciones sustantivas, la de la enseñanza; y que, desde esa perspectiva, nada tenemos que ver con la Universidad de los negocios y las transas de que tanto se han beneficiado los del grupo que lo catapulta a la búsqueda de puestos políticos, antes, muy antes (ver la foto del cheque) al amparo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), aunque todavía; después al Partido de la Revolución Democrática (PRD), y ahora bajo el cobijo de Movimiento Ciudadano (MC).




Pero, ¡claro que no tendríamos por qué extrañarnos!, si su mentor ahora apuesta, descaradamente, por la derecha más recalcitrante; de la que, siempre, aparentemente, repudió y ante la que ahora, utilizando todo lo que la infraestructura de la Universidad le ha proporcionado, se pone a su servicio bajo la férula de un personaje como Ricardo Anaya.

¡Qué cosas!

Por mi parte seguiré, como muchas y muchos en la Universidad de Guadalajara, en el trabajo cotidiano de dar clases semestre y contrato tras contrato (siempre temporales) y ganando una miseria, pero muriéndome en la raya por dignificar una tarea, la docente, que insisto, es una de las de mayor importancia dentro del quehacer cotidiano de nuestra Alma Mater. Cosa que dejan de lado las autoridades actuales, ello no obstante su sofística.

¡Allá ellos!


P. D. 1.

Conjuntamente con la carta, nos fue entregado un Código de ética de una pobreza extrema; los diez mandamientos siguen siendo más concretos, a pesar de su ya larga historia y su relativo desuso. En otra ocasión también haré un análisis crítico de dicho panfletito que en nada obliga, mucho menos a las autoridades. Ahí están los “acosos”, ya documentados por la prensa, como muestra. Y se necesita ser muy cínico para hacer uso de uno de los principales valores, el de la democracia (Capítulo II, Los principios y valores universitarios, Artículo 4).





P. D. 2.

Las cartas referidas fueron publicadas en este Blog, con las siguientes fechas: viernes 15 de mayo de 2015; martes 6 de septiembre de 2016 y lunes 15 de mayo de 2017. Hubo una primera carta publicada en El Correo Ilustrado de la desaparecida Jornada Jalisco, si mal no recuerdo, el 18 de agosto de 2014. Lo consigno para todas y todos los interesados que quieran tener claros los contextos que obligaron a esta respuesta.

P. D. 3.

No cabe duda que es más que indispensable una auténtica reforma educativa, a todos los niveles, y en una reforma universitaria; de ahí que haga mío el Manifiesto publicado por el Colectivo de Reflexión Universitaria (CRU) con motivo del Día del Maestro, el pasado 15 de mayo. Fue también una de las razones de no haber publicado esta carta en fecha tan emblemática para mí; por lo que decidí publicarlo en vísperas del Día del estudiante, que contra la desmemoria, recuerda la lucha de las y los estudiantes mexicanos por la autonomía.








*J. Ignacio Mancilla.

[Ateo, lector apasionado, 
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]








miércoles, 16 de mayo de 2018

Soledades multitudinarias


Inés M. Michel*




"Ninguna soledad es inexpugnable".


Pablo Neruda (Discurso al recibir el Prebio Nobel de Literatura -1971-).


Vivir en Ciudad de México es, en muchos sentidos, solitario. Eso se va descubriendo estando aquí por largos periodos, lo que resulta contradictorio por la idea que tenemos de una ciudad superpoblada y llena de tráfico a toda hora.

Resulta que las millones de personas viviendo en la metrópolis solemos entrar en ritmos de vida en los que, por las condiciones y características de las jornadas en esta ciudad, nos abstraemos, concentrándonos en círculos muy cercanos con experiencias que tienden a la individualidad. Los encuentros con amigos resultan más bien esporádicos, enfocados cada uno en sus propios asuntos. Y es que el ritmo que impera, uno que no para y que implica trasladarse diariamente largas distancias así como trabajar por muchas horas con poco espacio para el ocio o actividades de descanso, orilla a la mayoría a vivir entre la casa y el trabajo, frecuentando lugares cercanos a estos puntos, conociendo una zona en particular y conectándose al mundo a través del espejo - ventana de un teléfono inteligente o computadora personal.



Tomada de: mitogafo.com.mx


Esa interacción social donde nos enteramos de las vidas de los otros por medio de una selección de instantáneas, visitas registradas y caracteres volcados en las plataformas, se convirtió en la manera de "estar conectados", creemos que con cientos o miles de personas que forman parte de nuestras listas de amigos/seguidores.

¿Qué tanto de esta interacción resulta en lazos efectivos y sólidos con quienes nos rodean?

Quizás un porcentaje muy bajo, no lo sé a ciencia cierta. Lo que intuyo es que interactuar con estados de Facebook mientras vamos en el metro enchufados a unos audífonos, compartir selfies mientras cenamos acompañados de un gadget, ha generado una soledad que se instaló lenta pero contundentemente. Para combatirla habría que recuperar otras formas de comunicación y de acercamiento con los humanos a nuestro alrededor.

¿Es el sistema mismo el que fomenta ese aislamiento hiperconectado a las realidades virtuales? 

De nosotros depende sumarnos o no a esa lógica. Podemos decidirnos por buscar alternativas. Por supuesto, las herramientas tecnológicas están ahí para facilitarnos, en muchos casos, la vida. Es necesario no perder de vista su función como tal, herramientas que nos asisten pero que no debieran aislarnos.

Creo, como Neruda, que no hay soledades inexpugnables. Estoy convencida que detrás de las pantallas, en las filas interminables, dentro de los edificios que se aprietan unos contra otros, hay seres de carne y hueso que vale la pena conocer, y que esas vidas no caben en un algoritmo de red social.






Inés M. Michel.
@inesmmichel
I: inmichel

Ciudad de México, mayo de 2018.

 *[Atea, vegana, feminista,
lectora irredenta,
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia.]










martes, 8 de mayo de 2018

¡Extra, extra! ¡Paro en la Universidad de Guadalajara!



J. Ignacio Mancilla*




Algo inusitado ha acontecido en la Universidad de Guadalajara, con motivo de las desapariciones forzadas de los tres estudiantes del CAAV, Javier Salomón Aceves, Jesús Daniel Díaz y Marco Francisco Ávalos. Las alumnas y alumnos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), además de otros, tomaron la decisión de parar las clases y, además, acompañar la marcha silenciosa que hicieron los padres de los desaparecidos de Jalisco el pasado viernes 4 de mayo. El paro inició el miércoles 2 de mayo a las 14 horas y se dio por concluido el viernes 4 de mayo a las 15 horas.


Foto: Ayotzinapa somos todxs Jalisco.


Esto al margen de las autoridades y de la tutela estudiantil de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), proclives, siempre, en ir a contracorriente de los vientos históricos del cambio; como en su tiempo lo hizo la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG), organización que, en los hechos, se convirtió en el brazo armado del Estado dentro de la Universidad y que, hoy, sus líderes, son parte ya, de la "burguesía dorada" (Emilio González dijo, ja, ja, ja) y como tales miembros fácticos de la región.

Si atendemos a esta historia y al actual contexto, no cabe duda la dimensión de acontecimiento que puede llegar a tener el paro universitario; aunque esto es algo que solamente el tiempo determinará; sin embargo, al parecer algunos coordinadores de carrera se han visto obligados a renunciar, en cuanto han sido señalados como "acosadores".

En lo que respecta a nosotros, más allá de prometer una reflexión más detenida del paro y sus diversos sentidos, señalamos que este, el paro, viene de las huelgas obreras; y que, por el momento, lo único que pretendemos hacer es dar constancia del mismo, casi en el nivel estrictamente noticioso, pues seguramente muchos, a pesar de su condición de universitarios, ni siquiera se enterarán, debido ello a los férreos controles, cual dictadura de partido único, que todavía se estilan en nuestra Universidad. Esta es la significación, y no otra, que tuvo el pedir que las y los profesores firmaran su "compromiso" de no suspender clases.


Foto: Fernanda Justo.


Sí, paro viene del verbo parar, que proviene del latín paráre (preparar) y tiene muchas significaciones, entre las que destacamos: "detener e impedir el movimiento de acción de alguien" (Diccionario de la Real Academia de la Lengua).

Por supuesto que la acción no se reducía a parar clases, sino, sobre todo, a llamar la atención hacia la aberrante normalización de las desapariciones forzadas que está afectando centralmente a las y los jóvenes, también universitarios.

De ahí el carácter profundamente reaccionario que adquirió contraponerse al paro, so pretexto de las clases y el fin de semestre, como si esto fuera más importante que la vida misma.


Foto: Fernanda Justo.


Si los Tigres, me refiero al equipo de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), como de hecho lo dijo su director técnico, (el famoso "Tuca" Ferreti) en conferencia de prensa, después de haber sido eliminados por el equipo Santos de Torreón, Coahuila, se han aburguesado, ¿qué decir de los profesores y profesoras de la Universidad de Guadalajara?

Ello independientemente de los salarios ridículos de las y los maestros de asignatura, que son la mayoría en la Universidad de Guadalajara; que contrastan notablemente con los grandes salarios de sus flamantes funcionarios.

¿Se ha aburguesado la Universidad de Guadalajara? ¿Ello a pesar del claro origen marxista de su lema: "Piensa y trabaja"?


Foto: Fernanda Justo.


Esta es una historia muy compleja que merece ser contada en otra ocasión; por ahora, desde este modesto espacio reivindicamos el paro como un acto digno de las y los estudiantes de la Universidad de Guadalajara en contra del terrorismo de Estado que, aunado con el crimen organizado, ha causado la muerte de más de doscientos mil mexicanos y la desaparición de más de treinta mil. Como en los momentos más trágicos de las crueles dictaduras sudamericanas y eso que aquí se presume de un régimen democrático. 

De esto no se escandalizan quienes pretenden que el paro es un atentado contra su libertad de clases.

¡Claro que no quieren la desaparición de las clases! ¡Pero de las clases sociales!

Y es que los Leones Negros también se han aburguesado, ¿verdad Emilio?

¡Lástima (Margarito) Emilio!


Foto: Fernanda Justo.


P. D. Rulfiana


¿El cacique se desmoronará cuando ya estemos todos muertos, como en Comala?, (eres tú, Raúl; tomo por esta vez, prestada la histórica frase usada tan a menudo por Juan José Doñán, a quien saludo desde este modesto blog).






*J. Ignacio Mancilla.

[Ateo, lector apasionado, 
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]











martes, 1 de mayo de 2018

Escribir en llamas



Inés M. Michel*




Quizá coincidirán conmigo en que escribir es una vía para transitar ese "arder en preguntas" que resulta ser la vida. Se escribe porque se está en llamas y porque en ese consumirnos crepitamos junto a las letras que somos, que pretendemos ser.

Hace una semana, en la publicación por nuestro tercer aniversario, apareció un comentario que apeló a la capacidad de la escritura, y concretamente aquella que ha ido formándose en este proyecto ígneo, de encender ideas, mentes, recuerdos y posibilidades. Judith Valadez, una lectora recurrente de nuestro blog, nos dejó una felicitación por el año tres de publicaciones, a la par que reflexionó con ella misma y con nosotros sobre algunos de los tópicos expuestos y cómo la movieron y la confrontaron.

Resulta que aunque pudiera parecer en ocasiones que el ejercicio de escritura es una labor aislada y desconectada de los demás, es todo lo contrario, escribir es construir y reconstruirnos junto a quienes nos leen, es encontrar palabras de consuelo, es tender puentes, cuerdas... ígneas, que nos abrasan y nos abrazan también.

Recorriendo el camino que Judith rememoró al hacer un repaso por los textos que tenía en mente, el cual abarcó una temporalidad muy amplia, pues citó entradas desde 2015,  encontré mis intereses y palabras extendidas en un ancho panorama, reafirmándome que lo que fui pensando no solo es mío, ahora es parte de un encuentro entre nosotros y los lectores, lectoras, que acudieron a los textos, llevándose un poco de ellos, completándolos, haciendo cada quien algo diferente con lo que ahí se expuso.

Me alegra y me reconforta encontrarme cara a cara (letra a letra) con quienes me leyeron, me leen. Por ello, no quiero dejar pasar la oportunidad de agradecer ampliamente a Judith, quien se ha acercado a mí en diferentes ocasiones, ya sea por medio de mis redes personales o en este mismo espacio, para comentarme lo que pensó después de leerme y seguir mis textos, testimonios que han sido plasmados aquí no sin dificultad, no sin consumirme de a poco. Asimismo en ese consumirse revivir.

Quedan las preguntas entre nosotrxs, la intención nunca fue contestarlas todas ni responder tajantemente las interrogantes que van surgiendo, a lo que apelo es al diálogo, interno primero, que me permite esbozar lo que pienso, lo que soy, para después convertirse en un diálogo conjunto con cada una de las personas que intervienen en Cuerdas Ígneas, mi papá, así como cada lector y lectora.

Las llamas que me envuelven son parte medular de esta escritura, me consumen, me dan vida, son lo que posibilita salir avante cada que el mundo se oscurece (y esto sucede muy seguido últimamente con todo lo que está aconteciendo en México), están ahí para ser motor a la par que testigos de lo que las entrañas gritan y la mano se encarga de poner en papel.

Las letras se forman en la magma que nos habita, así que gracias nuevamente a Judith. El agradecimiento es extensivo a todxs los lectores, por los comentarios vertidos y por cada idea surgida a partir de ellos.








Inés M. Michel.
@inesmmichel
I: inmichel

Ciudad de México, mayo de 2018.

 *[Atea, vegana, feminista,
lectora irredenta,
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia.]