jueves, 28 de abril de 2016

La inequidad más allá del género

Inés M. Michel*





[Comparto este texto que fue presentado el jueves pasado en la Mesa de reflexión y diálogo Mujeres Universitarias: Derechos humanos, laborales y académicos, a la que fui invitada por el Colectivo de Reflexión Universitaria.] 


Póster.

Me fui hace tiempo de la Academia, particularmente de esta institución, decepcionada y triste. Me despedí con una ponencia, Lo humano vs la inteligencia artificial: Cuando la máquina se volvió humana y los humanos perdimos la humanidad. Presentada en las Jornadas Multidisciplinarias 2014 del Centro Universitario de Tonalá. He estado planeando a distintas altitudes desde entonces, convencida de que hay muchos más horizontes que visitar de los que proponen las disciplinas académicas.

Por tanto, volver a un espacio universitario el día de hoy, justo con una ponencia, y a este Centro en específico que formó a mucha gente que admiro, es una sorpresa para mí y también un motivo de alegría. Vuelvo distinta puesto que mi posición lo es, sigo creyendo que mi camino no está dentro de una institución, pero es un gusto venir a compartir ideas y escuchar a otras y otros que se aventuran en los terrenos del pensamiento libre, algo que ya es bastante en la época que vivimos.

Este texto que titulé La inequidad más allá del género, me permite enlazar ciertos temas que trabajo desde hace tiempo y que en mi labor independiente he expuesto en distintos espacios. A todos ellos debo el poder estar aquí, quizá un poco más al blog en que escribo quincenalmente Cuerdas Ígneas.

Lo primero que me gustaría plantear va un poco a modo de justificación del título que elegí. La inequidad es una constante en México y tristemente en el mundo. Así que los espacios universitarios no son ajenos a esta circunstancia. Sin embargo, esa inequidad es un asunto mucho más complejo y profundo que lo conocido como desigualdad de género.

El tema que nos ocupa este día es muy relevante, aunque a algunas mujeres y hombres les siga pareciendo que hablar de él es innecesario, que hay temas “más importantes”, o que el feminismo no se cansa de hablar una y otra vez de lo mismo. Lo es porque se trata de visibilizar y discutir que las mujeres vivimos desventajas sociales en muchos ámbitos, solo por el hecho de ser mujeres, siendo la universidad uno de ellos.

¿Y todas las mujeres que no llegan a la universidad? Aunque no estén aquí, pienso que estamos obligadas a incluirlas en nuestro discurso, si pretendemos que en verdad sea incluyente. Si no, en nuestro propio planteamiento, la inequidad seguirá siendo una realidad, por ello es que afirmo que el asunto es más complejo que una cuestión de género.

El discurso feminista con el que yo me idéntico más, se ocupa de todas las desventajas, no solo aquellas inherentes al sexo y a los roles que vienen impuestos con él, sino a cada una de las que existen, condicionadas por la clase, raza, religión o educación de las personas.

Es justo la educación lo que está en juego en un espacio académico, y es lo que hace la diferencia. Basta salir a las calles para verlo. La educación genera distinciones entre un sujeto y otro, frecuentemente muy crueles.

Por eso los estudios de género estarán limitados en la medida en que se ocupen solo de los grupos de mujeres que, aún en el desfavorecimiento, son favorecidos, es decir mujeres “blancas”, para usar el término que utiliza Ochy Curiel, pero podemos decir mestizas si les parece más adecuado, de clase media, con educación universitaria.

Curiel es una antropóloga que se asume como activista antes que como académica, que ha hecho de su quehacer político una fuente de conocimiento para después trasladarlo a la Academia. Apenas la semana pasada pude escucharla en el Laboratorio de Antropología de este Centro, en una videoconferencia organizada por La orden de la Tlayuda.

Ochy nos dice que tenemos que ligar las diferentes formas de discriminación: racismo, sexismo, machismo, clasismo, colonialismo. La modernidad occidental fue creada a partir de esta realidad. El colonialismo y su lado más oscuro, sostiene ella, dio forma a lo que entendemos por modernidad. La "raza" (si quieren entrecomillamos el término porque sabemos que en sí mismo ya carga una connotación despectiva y ha sido múltiples veces cuestionado su uso), clasificó a las personas e hizo una división geopolítica.

Yo agregaría a esa enumeración, el especismo, la idea de que los seres humanos por nuestra categoría de humanos, somos mejores y/o más importantes que el resto de seres vivos que habitan el planeta y por ende nos corresponden ciertos privilegios y derechos, que implican a grandes rasgos la explotación de los animales no humanos, así como de los ecosistemas. De eso no puedo ocuparme ahora porque me representaría hacer una exposición mucho más extensa, pero sugiero ir al ensayo publicado por Vice titulado La revolución feminista ha de ser antiespecista, de Paula González Carracedo.





Así que tenemos clases distintas de personas, unas blancas, otras negras y morenas, hay personas europeas y otras que no lo somos, hay hombres y mujeres (sin entrar ahorita en la construcción de estos roles que va mucho más allá del sexo biológico, pero sí mencionando muy rápido que la posibilidad de un género neutro o géneros intermedios, lo cual ya ha sido planteado desde hace algún tiempo, otorga un grado más de complejidad al problema del género), y tenemos mujeres universitarias y otras que no lo son, muchas veces por no poder acceder a este nivel educativo, o ni siquiera a la educación básica.

Si analizamos cada una de estas distinciones que mencioné, encontraremos grupos privilegiados y grupos en desventaja en cada una de las comparaciones, se pueden hacer muchas más.

¿Cómo hablar, entonces, de equidad? Es un reto, claro que lo es. Y no creo que debamos ceder ante él. Mi propuesta es la siguiente, tenemos que alejarnos de las instituciones, del academicismo. Nos reclama el activismo y la política. Política entendida como una actividad humana esencial, no como la militancia en un partido político o en determinada asociación. Impregnarnos de lo que sucede en la calle, las escuelas, los trabajos, el campo, para, a partir de ahí, poder generar teoría y pensamiento críticos. Entonces sí, volver a la Academia con planteamientos novedosos y sobre todo críticos.

En lo que atañe al ámbito universitario yo quiero señalar solo una de las desventajas de las féminas, el asunto de la maternidad (solo una también por cuestión de tiempo). Me ha tocado verlo de cerca con compañeras de estudios, la maternidad sigue siendo, a pesar de los avances en legislación y otras áreas, una carga mucho más pesada que la paternidad. Las estudiantes y profesoras que son madres, ven duplicado o triplicado su trabajo sin que la institución haga suficiente para que esta situación cambie o se presente más equitativa en relación con los hombres que son padres, estudiantes o profesores.

Tomemos el modelo de Islandia, “el mejor país del mundo para ser mujer”, si me permiten usar el título con que BBC Mundo publicó un artículo escrito por la periodista Alejandra Martins el 8 de noviembre de 2013. A continuación algunos datos extraídos de ahí: el 82.6% de las mujeres islandesas en edad laboral trabajan constituyendo el 45.5% de la fuerza laboral. Estas mujeres tienen una de las tasas de fertilidad más altas de Europa, con un promedio de dos hijos por mujer. Martins nos pregunta cómo es esto posible. Lo que sigue nos lo va respondiendo. Uno de los factores principales es el acceso a servicios de cuidado infantil de muy bajo costo. Otro, tiene que ver con cómo se involucran los hombres en el cuidado de hijos e hijas. En las calles, por citar un ejemplo cotidiano, se puede ver a muchos hombres cuidando niños, hecho que sorprende a estudiantes extranjeros. Este fenómeno tiene una explicación muy simple, los cambios en materia de legislación logrados en Islandia. En total, una pareja que tiene un bebé, cuenta con nueve meses de licencia posteriormente al nacimiento. Y aquí les pido pongamos mucha atención en la repartición de este tiempo: tres meses son exclusivos para la madre, tres exclusivos para el padre y los tres restantes pueden dividirse como la pareja lo decida.





Esta licencia se toma con hasta el 74% del salario y el padre o la madre pueden tomar más tiempo con una reducción salarial acorde a lo solicitado.

Esto introduce cambios en todos los sentidos, no es solo que hombres y mujeres se involucren de forma más equitativa en la crianza de los hijos, reduciendo así el impacto que normalmente tiene en las mujeres que deciden ser madres, también tiene una consecuencia a nivel laboral, cito: “las empresas ya no pueden ver a las mujeres como un factor de riesgo por sus licencias de maternidad, también los hombres pueden ser vistos con ese riesgo”. 

Yo opino que esto es un cambio radical. No sé si han tenido la experiencia de acudir a una entrevista de trabajo, pero el hecho de ser mujer y poder quedar embarazada, sigue siendo motivo de discriminación. Los requisitos solicitados en muchos empleos incluyen ser soltero o soltera, lo cual de entrada es absurdo, ya que este y otros que se enumeran en muchas vacantes no tienen razón de ser si nos enfocamos en encontrar a la persona mejor calificada para el puesto.

Omitiré las estadísticas de nuestro país, para hacer mi exposición más fluida, pero si son escépticos sobre las grandes desigualdades para las mujeres trabajadoras y estudiantes, les invito a ir a los datos duros por su cuenta.

Continuando con el asunto del privilegio, me parece que tenemos que cuestionarlos, y qué mejor que empezar por nuestros propios privilegios de mujeres de clase media con acceso a servicios de salud, con muchas necesidades esenciales cubiertas (alimentación, vestido y otros), con acceso a educación ¿libre? Y aquí permítanme la osadía de preguntarles, ¿tienen educación libre en la Universidad de Guadalajara? Yo creo que no y ya muchas personas y grupos lo han señalado mejor que yo, entre ellos, por supuesto, el Colectivo de Reflexión Universitaria que organiza este evento.

Estos privilegios que nos acompañan a lo largo de nuestro andar por la vida tienen que ser reconocidos por nosotras mismas, cuestionados, para colocarnos más allá de la inequidad que hoy queremos denunciar, y asumir aquello que nos da ventaja, para integrar una lucha más amplia con las mujeres que aquí no tienen voz ni presencia.

Yendo más allá aún, podemos, y es necesario hacerlo, cuestionar las relaciones de poder que al interior de la Universidad de Guadalajara se ponen en juego, no es solo una cuestión de las altas esferas ni de quienes toman las decisiones, es también algo presente en lo más cotidiano, pues se replica en todos los niveles, por ejemplo, en las relaciones profesores-alumnos, en la relación entre el poder y el saber, que parte del supuesto de que el maestro o la maestra SABE, mientras que los alumnos y alumnas no saben nada o saben muy poco, como si acudieran a llenar sus cabecitas vacías a las aulas. Nada más errado, es una lástima que tan pocos profesores lo entiendan e impartan sus clases en consecuencia.

Terminaré citando a Alan Badiou, filósofo francés de origen marroquí, para retomar el asunto del género, y así finalizar por el momento lo que puedo aportar: “… Lo que hace falta (nos dice Badiou en Jóvenes mujeres), es que las mujeres le den la espalda a lo que se les propone. Es una trampa. Los modelos presentados serán todos bajo la figura de la mujer salvaje, salvajemente competitiva. Es necesario que las mujeres se ocupen activamente del pensamiento. Es necesario que se transformen a gran escala en creadoras de arte, de pensamiento, de matemáticas, de poesía, de teatro, dirigentes de políticas de emancipación…”





Yo agrego a modo de línea de cierre, hace falta resistir al sistema que nos oprime todos los días, que se presenta como sistema financiero, como ideología política, como única alternativa, y también como feminismo, un feminismo burgués, excluyente, que deja fuera no a minorías, como suele pensarse, sino a la mayoría que compone el mundo.




*La Otra I.
 [atea, vegana, feminista,
lectora irredenta,
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia]

@inesmmichel



miércoles, 20 de abril de 2016

¡40 años sin Revueltas y vaya que nos hace(n) falta!


J. Ignacio Mancilla*





Nota: Ya se había escrito el texto para el blog de la semana pasada, pero como éste primero se presentará públicamente y, además, como coincidió con el 40 aniversario de la muerte de José Revueltas, se tuvo que escribir uno para la conmemoración de la muerte de uno de mis pensadores favoritos, el que ahora se publica. Gracias por su comprensión. 



José Revueltas


Hace 40 años que murió José Revueltas y, ¡vaya que nos hace falta!

Sí, nos falta el escritor, el guionista, el filósofo, pero sobre todo adolecemos del militante de izquierda a ultranza que no cedió, nunca, ante las trampas del poder; siendo todo el tiempo su más feroz crítico.

En las circunstancias actuales del país, su compromiso y lucidez dialéctica, como buen marxista, podrían ayudarnos a salir del estercolero en el que la clase política nos tiene sumidos, gracias a su ambición de riquezas y poder: de podredumbre y dinero.

¡Ay Revueltas, cuánta falta nos haces!

Una de tus últimas reflexiones que dejaste pendiente, después del movimiento estudiantil de 1968, fue alrededor de la figura del partido político. Tu crítica, ahí, como solía serlo, fue implacable; así se lo hiciste saber a Andrea Revueltas, tu hija.

Y lo que más anhelabas era hacer un nuevo prólogo para ese ensayo genial y maravilloso sobre la dimensión decadente de la izquierda mexicana de ese entonces (también mundial): Ensayo sobre un proletariado sin cabeza.




Portada Ensayo sobre un proletariado sin cabeza


¡Qué se necesitaría escribir, ahora! No sobre una izquierda inexistente solamente, sino, además, corrupta y cínica, que lo único que ha hecho es hacer “Pactos por México” para posibilitar el saqueo del país; siempre y cuando, a la vez, le repartieran algunas migajas de poder y también de riquezas.

¡Para codearse con los poderosos! Es justamente lo que hacía Carlos Navarrete, expresidente del Partido de la Revolución democrática (PRD) en el cumpleaños de Diego Fernández de Ceballos, el otrora alfil de Carlos Salinas de Gortari en su presidencia fraudulenta.

¿Se ha cerrado la opción del cambio electoral en México y en el mundo entero?

Todo parece indicar que sí, el paradigma de la democracia se ha caído, como tantos paradigmas modernos. Hoy la democracia no solamente es un eslogan vacío sino, además, en nombre de ella se hacen guerras y se cometen atrocidades que harían palidecer de vergüenza a cualquier dictador, paradójicamente.

He aquí, pues, el enorme valor de tus reflexiones incipientes que no lograste llevar a cabo, no por incapacidad, sino por las dimensiones del problema, que ahora nos parece claro, a ¡40 años de tu muerte!

Citaré algunas líneas de una de las muchas cartas, dirigidas en este caso a su hija Andrea, para que las y los lectores de Cuerdas Ígneas se hagan una idea de la agudeza del pensamiento de nuestro añorado José Revueltas, en  lo tocante a la política y a la figura del partido, hoy sumidas, ambas cuestiones, en una profunda crisis.

El 23 de mayo de 1974 le escribe desde Berkeley, California y, entre otras cosas, le dice:

“Pero, ¿qué hacer? Ellos [se refiere a los gauchistes de Francia] hacen todo lo posible para no entender. Por otro lado vivimos en un mundo confuso, lleno de equívocos, espejismos y una falsa conciencia de carácter universal. Es la cosecha que recogemos del stalinismo, pero hay algo mucho más profundo. Comparecemos ante la quiebra de los viejos valores revolucionarios: la muerte del internacionalismo, el fracaso de la dictadura del proletariado y la aparición de un nuevo tipo de Estado, para el cual no queremos encontrar nombre. Añade a esto la presencia de un neocapitalismo, que sabe sortear los obstáculos y que extrae fuerzas de sus mismas contradicciones, a causa de la falta de una verdadera vanguardia a escala internacional que trate de hacerle –y le haga- una verdadera y real concurrencia política e histórica.

“El proletariado –cuando menos en nuestra América- constituye una clase errática, bajo direcciones enajenadas y enajenantes. ¿Cuánto tiempo necesitaremos todavía para armarnos teóricamente y organizar las fuerzas para hacer frente a todas las vicisitudes que se aproximan? Es muy difícil responder. Por lo pronto debemos aprovechar esta sombría etapa de baja y de derrotas para estudiar y tener la cabeza lúcida.

“No basta acertar en la crítica. Necesitamos descubrir la positividad crítica necesaria y arremeter entonces implacablemente contra los status.

“Pero creo que estoy perdiéndome en palabras vacías. Dices que te cuesta trabajo superar tu ansiedad y los estados depresivos que te acometen. A mí me ocurre lo mismo. Nuestra enfermedad es el estado del mundo, la quiebra de nuestros presupuestos políticos, la incomprensión general…
“Me despido. Hazte fuerte. Estemos tranquilos, aunque a veces debamos llorar un poco.

“Recibe los besos y abrazos de tu papá, /José, el hijo del Hombre” (Volumen II de las Evocaciones requeridas, pp. 255-256, correspondiente al Volumen 26 de las Obras Completas, publicadas por Editorial Era).
    
Como pueden apreciar bastante bien con lo citado, amables lectoras y lectores, de haber desarrollado José Revueltas más y mejor esas ideas, creo que la izquierda mexicana no se hubiera perdido como lo hizo, a falta de ideas, pero también de principios.

¡Cómo no añorar!, en estas condiciones, la lucidez dialéctica de ese marxista sin parangón en el México nuestro.




    *J. Ignacio Mancilla


[Ateo, lector apasionado, 
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]











     


  

miércoles, 6 de abril de 2016

Capítulo 2 (de una saga aún sin título): Irse o quedarse




Para mi mamá, Eunice Michel. De quien tomo prestados apellido y fortaleza. 




Siguiendo una conversación que tengo conmigo misma, les dejo una de mis razones para sugerir, a quien le interese mi opinión, que lo mejor es huir de Guadalajara. Me refiero a largarse tan pronto como sea posible y antes de que sea demasiado tarde. (Volver viene después y no siempre). 

La perla tapatía y su doble moral

Esa tiene que ser la razón número 1. Lo es para mí en este episodio que se titula Inés intentando escapar: Irse o quedarse. Así que reformulo:

Razón # 1 - La perla tapatía y su (odiosa) doble moral

Sus ciudadanos (good evening fellas!) son dignos de análisis profundo. Dicen que si un negocio tiene éxito aquí lo tendrá en cualquier parte. Pero hoy no me ocuparé de mercadotecnia sino de esa necesidad de sentirse superiores, me corrijo: moralmente superiores. Ya abordé el tema en mi última entrada: Bach o Banda El Recodo. La idea es que en Guadalajara, como también sucede en otras partes lo sé, pero ahora me ocupo de esta, muchos viven considerándose mejores que sus vecinos, sus colegas, y que toda aquella persona que viva sin prestar atención a los preceptos que ellos siguen, religiosos o no, eso sin dejar de agregar que la religión lo imbuye todo, también a los que no somos religiosos. 

En este momento me siento particularmente sensible a esas conciencias que están hirviendo, la olla es la ciudad donde está bien tener dos o tres amantes, pero que nadie se entere, aunque sea un secreto a voces. Que las apariencias imperen. Anunciar que se ama es problemático cuando hay etiquetas listas para clasificar al amor. "Tiene que ser así". Si no se sujeta a la norma es condenable. Se condena a la mujer que ama a otra mujer, al hombre que ama a otro hombre. Al hombre que ama "como mujer", a la mujer que ama "como hombre". Y a cualquiera que declare inoportunamente que ama a la persona incorrecta o que dejó de amar a quién le debe todo, que ama a quien no le corresponde, o a quien solo busca un amante que se retire antes que amanezca. Dios no quiera que el público se entere, ese que tan pronto aplaude como avienta tomates, que hoy alaba y mañana acusa. Una muchedumbre de rostros anónimos, siluetas grises, figuras perversas que esconden secretos incompartibles. Imaginan ser libres y gozar a plena luz del día, imaginan amar sin compromisos sosos. Solo imaginan, nunca han podido. Por eso condenan a los que sí. Por eso las miradas que fulminan cuando alguien distinto avanza por la calle "como si no tuviera nada de que avergonzarse". 

Con todo esto no me refiero ni por asomo a que hay que renunciar a lo que nos nace de las entrañas, claro que no. No importa lo alto que sea el precio, porque les aseguro que siempre lo es. Es alto si renuncias al deseo. También si no. Wilde lo sabía, quién sino él, un escritor que vivió en el siglo XIX y en ese periodo victoriano que no lo absolvió de ninguna culpa. "En este mundo solo hay dos tragedias, una es no obtener lo que uno quiere, la otra es obtenerlo". (Mr. Dumby, Acto III - Lady Windermere's Fan, A Play About a Good Woman, O. Wilde, 1822). Así que éxito con su elección de tragedia.


Oscar Wilde (Dublín, 1854 - París, 1900).
Tomada de: wikiquote.org



Y porque "lo personal es político" también, a manera aclaratoria comento que ni esta ni mi entrada anterior componen una crónica, tampoco una declaración personal, son sobre todo, una afirmación política, una ideología hecha texto (al que le seguirán otros), una idea que pretende trascender un cuerpo y volverse Nombre. Y así permanecer en ese nombre aunque la historia se acabe o los años expiren. Otras historias seguirán. Y aunque la historia no se repita nunca, sí rima. Qué sublime es esa rima... 


 "Here we are, the two of us. And it ends the same. History doesn't repeat itself. It rhymes." (Aquí estamos, nosotros dos. Y acaba igual. La Historia no se repite. Rima. Haunter).
Abigail Breslin en Haunter (Vincenzo Natali, G: Bryan King, Canadá, 2013).
Tomada de 
bolsamania.com




El punto era huir. Sigo recomendando que lo hagan. Muchas veces para poder quedarse a vivir en un lugar y entenderlo mejor es primordial irse. Ya volveremos, ya volveré...

Posdatas

Unas posdatas son indispensables para terminar de manera coherente este texto, la primera: un agradecimiento a Xavier Hernández, lector de este blog, quien después de la publicación de Bach o Banda El Recodo, me compartió un ensayo suyo titulado “Güero, quesero, ranchero, fascista y culero” Interpretaciones interculturales teórico-subjetivas de un lego-antropólogo provinciano alteño. Considero que escribir es siempre un diálogo, primero con uno mismo, una misma. Luego con quién nos lee, incluso aunque nos lea en otro tiempo al nuestro. Me considero afortunada por participar de ese diálogo con Xavier y por ello cito aquí una parte del mencionado texto:

"(...) mi justificación al escribir este texto radica en la sugerencia que explicita Jacques Derrida respecto a la deconstrucción de los sujetos, incluyendo a uno mismo como investigador y cientista social, contextualizándose como sujeto cognoscente producto de distintos procesos de socialización al igual que el resto de los sujetos que habitan este planeta. Además me excuso en mi más reciente crisis individual, quizá, respecto a los cuestionamientos y decepciones en torno a la labor del antropólogo en este (sistema-…)mundo; crisis que no sufro en soledad, sino que deviene de la ya denominada crisis de las ciencias sociales, incluida la antropología y cuyo principal culpable –de la crisis individual- resultó ser el filósofo Slavoj Zizek, así como la trillada e interesantemente fructífera experiencia de intercambio en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Lima, Perú (...)
El título deviene de uno de mis apelativos, imputado por un compañero de universidad que dice pertenecer a uno de los grupos de Red Skin-Heads de la ciudad de Guadalajara y afirma simpatizar con el comunismo, principalmente la corriente maoísta de este amplio movimiento. Güero-quesero al identificarse con el fenotipo de los pobladores de regiones de predominante elaboración de productos lácteos y sus respectivos migrantes a las principales ciudades del país; y ranchero, por el origen rural provinciano. Fascista, que por ser güero se le identifica a uno (quizá) bromistamente con la ideología racista de orígenes alemanes –y extendida y desarrollada posteriormente a los países aliados-. Fascista además, por ser oriundo de los Altos de Jalisco, lugar cuyos habitantes fungieron un papel muy activo en el conflicto cristero. “Culero”, sinónimo de atorrante, para terminar con buena rima y adecuada métrica, haciendo el extenso apodo más eufónico.
El apodo, más que ofensivo, gracioso al jugar con los arquetipos y clichés presentes en el imaginario colectivo del mexicano, del tapatío y del científico social, y que sin embargo afectan la realidad, una realidad de carácter intercultural en la cual estuve y estoy involucrado. Me posiciono entonces como joven alteño, que recién migra a la ciudad de Guadalajara como estudiante, al igual que muchos jóvenes de la ciudad-pueblo de Arandas; pequeña ciudad de origen campesino que ha adquirido tonalidades de ciudadcita medio-burguesa provinciana (...)"

La segunda posdata, tiene que ver con una lectura que sugirió mi papá al leer previamente la entrada, la cual está íntegra en el enlace que sigue para que puedan acceder a ella. Se trata de Jóvenes mujeres, por Alan Badiou (1937), un filósofo francés que mi padre sigue y en quién encontré una interesante reflexión sobre el papel que estamos adoptando las jóvenes del mundo. En ese sentido, eso de lo que me quejo sobre la sociedad tapatía, está presente, como decía al principio, en muchas otras ciudades de México y del mundo, pues si algo a lo que la humanidad se resiste es al cambio de paradigma. 





*La Otra I
 [atea, vegana, feminista,
lectora irredenta,
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia]

@inesmmichel