Inés M. Michel
“La vida, ella misma, en cada paso, es trance, crisis…”
La
casa y otros ensayos. Hugo Mujica.
Confieso
que me han aquejado no una sino un sinfín de crisis. Cada una de distinta
gravedad.
Acudo
a estos apuntes para compartirles la relación que encuentro entre la crisis, y
todo lo que ella conlleva, con ciertas oportunidades de transformación. No se
trata de ningún manual de superación ni de esperanza idiota, lo que intento es
poner sobre la mesa que estar en crisis o haber padecido ese estado, puede ser
lo que nos llevó a desatorar algunas cosas y, aún más allá, a movernos y
reconfigurarnos de modo que nos vimos obligados a reinventarnos.
Es
la vida una sucesión de oportunidades diversas, aunque en la negrura de estados
críticos nos cueste ver más allá de la densa niebla que nos rodea. Recordemos
el último episodio que catalogamos como crítico para nuestras vidas, para
algunos será la pérdida del empleo, para otros una ruptura amorosa, habrá
quienes rememoren el fallecimiento de alguien cercano.
En
todas estas situaciones hay un hecho ineludible: no volveremos a ser los
mismos. Algo en nuestro interior se ha ido, o se ha roto. Dependiendo de la
gravedad del asunto y de cómo nos posicionemos ante ello, tendremos cierto
nivel de daño que suele ser irreparable en el sentido de que la vivencia y las
emociones no se borrarán. Por otro lado, hay algo que nos cuesta trabajo
reconocer, después de la experiencia y aun enfrentando la falta que de ella se
desprenda, tendremos la opción de replantear nuestra vida, toda ella.
La
imaginación es por tanto el elemento que debiera estar presente en todas las
crisis, no importa su origen, porque solo imaginando podemos pensar en un
camino distinto al que nos habíamos planteado, solo echando a volar nuestra
mente y obligándola a ir más lejos de lo que había ido anteriormente, es que
podremos diseñar otro capítulo, u otro libro si es necesario, donde nuestra
historia siga adelante y encuentre nuevos horizontes.
Mujica
nos dice en un ensayo titulado Crisis y
fecundidad: “Desde una perspectiva algo se rompe. Desde otra perspectiva
algo pugna, busca espacio, nace. Comienza a palpitar. Es.”
Ahí
está lo fundamental de la crisis, de no negarse a pasar por ella. Se trata de
un momento de atasco, donde la tristeza y otras emociones similares nos
embargan, un momento donde estamos rotos o sentimos que nos rompemos, pero
también, es un periodo de intenso movimiento, donde nuestras ideas están
poniéndose a prueba, nuestro ser mismo está siendo enfrentado con el mundo, y a
partir de ahí, algo distinto surgirá, algo está naciendo.
¿Qué
será de nosotros después de la crisis?
Un
camino es sucumbir, el otro es vivirla sin temor ni remordimientos, para
después navegar a través de ella hacia un mar distinto donde la tempestad habrá
quedado atrás, donde seguro enfrentaremos otras más, y lo podremos hacer
conscientes de que cada una representa una oportunidad de conocer otros mares.
Es
cierto, lo escrito en el ensayo de Hugo Mujica, la vida en sí misma es crisis.
Lo que podríamos traducir como que la vida es una continua ventana hacia la
oportunidad. No siempre la podemos ver, pero la ventana siempre está ahí, no se
trata solo de encender la luz, sino de imaginarnos frente a ella.
La casa y otros ensayos (Hugo Mujica). P. 49. |
Inés M. Michel
Ciudad de México, julio de 2017.
[atea, vegana, feminista,
lectora irredenta,
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia]
@inesmmichel
I: inmichel
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