martes, 19 de junio de 2018

Historias inconclusas




Inés M. Michel*




Sirva este texto como recordatorio personal a la vez que incentivo para cualquiera que tenga proyectos pendientes y planes sin llevar a término...

Asistiendo a la presentación de un libro hace unos días recordé dos proyectos literarios que desde hace años tengo sin concluir, ambos son textos que aunque terminé ya tiempo atrás, están en una fase postliteraria en la que me involucré con dos diseñadores para que el material estuviera ilustrado, completando así lo que yo imaginaba para esos libros.

Con el cambio de ciudad, y ya desde un poco antes con las ocupaciones que los tres teníamos, fue posponiéndose el momento de concluir ambas propuestas y buscar una editorial. Es así que a mitad de 2018 vinieron a mi mente estos manuscritos, sintiendo la necesidad de reflexionar sobre la dificultad que se nos presenta a los creadores para concluir determinados proyectos y sacarlos a la luz pública.

Es probable que en este camino de la creación hay ocasiones que el autosabotaje hace su aparición, lo vivimos de múltiples maneras, avanzamos pero por diferentes razones nos tropezamos con nosotros mismos, ya sea por miedo, falta de disciplina o exceso de confianza en el futuro, este porvenir que se nos presenta ideal para terminar aquello que en el presente sigue inconcluso.

Habremos de revisar cada quien las razones por las que un escrito, o cualquier otra obra permanece en el tintero. ¿Nos dedicamos a lo que realmente más nos interesa? Es claro que las obligaciones de la vida adulta y los compromisos laborales estarán presentes en la vida pero, ¿cuántas de estas responsabilidades nos pertenecen y cuáles funcionan más como una manera de evadirnos?

Ya he escrito en este espacio sobre la importancia de dedicarse a aquello que nos apasiona, o que nos permita recorrer un camino que encontramos agradable. Esto se torna más complicado cada vez, pues abundan los trabajos por mera supervivencia, que nos dan apenas lo básico y nos restan toda la energía y el tiempo impidiéndonos dedicar a otros intereses.

Aún con todo esto es necesario insistir en lo que nos llena de vida, para quien insiste en crear esto tendrá que ver con la necesidad de plasmarse en una obra personal, y el reto será aún más intenso ya que dependerá de nuestras ganas, pero no solo, tendremos que persistir en ello, venciendo nuestros miedos, la propia apatía, la soledad en la que nos hacemos cargo de nuestra propia existencia y la frecuencia que un trabajo así nos solicita, siendo capaces de gestionar nuestro tiempo, entendiendo que el momento de hacer lo que soñamos es ahora y que no hay condiciones por cumplir para hacerlo, ese terreno imaginario donde contamos con más tiempo, un mejor escritorio o computadora es escenario que aunque puede presentarse no deberíamos contemplar como parte necesaria para la creación y la conclusión de nuestros proyectos.

Durante la presentación mencionada pensaba en cómo he cambiado desde que inicié ambos textos inéditos y en aquello que de mí depende para hacerlos avanzar. Me quedó claro que esas historias inconclusas tienen que llegar al final del túnel, y que debo ponerme a ello. 

¿Ustedes qué tienen en espera? Les propongo que nos pongamos a colocar piezas para que esa imagen pueda verse completa.


Tomada de: ocurrencias-enelcamino.blogspot.com





Inés M. Michel.
@inesmmichel
I: inmichel

Ciudad de México, junio de 2018.

 *[Atea, vegana, feminista,
lectora irredenta,
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia.]












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