viernes, 11 de agosto de 2017

De paso por… la vida

A la memoria de Gabriel Canales
(1954-2017)

 J. Ignacio Mancilla*


Del hombre sencillo, pero de una gran cultura, recuerdo sobre todo que nos encontrábamos en el cine, en el teatro, en la presentación de algún libro o en alguna conferencia. Todo el tiempo.



Gabriel Canales


Más en el cine y en el teatro (cuando había, parece que fue ayer, pero no…).

Me conmovió y dolió su muerte, que no la esperaba (como no esperamos tampoco la nuestra, que también nos llegará); apenas dos años mayor que (yo) un servidor, recuerdo gratamente que le abrimos la Casa Sigmund Freud (Robles Gil y López Cotilla, en la colonia Americana), en Guadalajara, ese proyecto loco que hizo tanto en tan poco tiempo, para la exposición de sus artísticos mini tapetes.




La presentación, bellísima, la hizo el poeta e historiador Rafael Torres Sánchez. Cómo no recordarlo.

De ese vuelo fue el proyecto respaldado por la Red Analítica Lacaniana (REAL, A. C), ahora extinta. Toda una historia que valdrá la pena de que se cuente algún día. Viendo sus luces, pero también sus sombras.

¿Lo haré?

Hoy, gracias a Cristina Cárdenas y a la mediación de Carlos Sánchez, acudo a uno de sus libros para escribir estas líneas en pos de su memoria y de su paso, siempre vital, por esta vida, usualmente tan corta; tan corta que se nos va en un santiamén, como se (le) fue (a) Gabriel Canales.

Y como nos iremos todos, al final del tiempo de cada una o de cada uno de nosotros.

Por fortuna nos legó una multiplicidad de huellas de su paso, huellas que habría que leer y releer para encontrar el sentido de una existencia muy singular, como fue su vida toda, de artista; sencilla, pero de gran artista.

Los mini tapetes en primer lugar.




Pero también sus recetas.

Y sus memorias y… su escritura.

Todos campos en los que incursionó y destacó con su nombre propio.

Y… tantas cosas y marcas que nos legó y que tanto nos implican en lo suyo y en lo nuestro.

En la vida y en la muerte.


Quede en la memoria de todas y todos lo que tuvimos el privilegio de conocerlo en toda su vitalidad.




*J. Ignacio Mancilla


[Ateo, lector apasionado, 
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]








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