viernes, 31 de marzo de 2017

Hacer algo con nuestro coraje contra el miedo


J. Ignacio Mancilla*






“En el corazón del siglo, entonces, está el Crimen
que da la medida de todos los crímenes, el exterminio
de los judíos de Europa. El siglo es un siglo maldito”.

Alain Badiou, El siglo

“No quiero formar parte de la terrible catástrofe,
de este siglo maldito. Presiento un odio que no
tendrá explicación”.

Adriana Abdó, Apreciable señor Wittgenstein




Escribo esto con mucha rabia y dolor, pensando en el vil asesinato de Miroslava Breach, la corresponsal del periódico La Jornada en Chihuahua.

Rabia contra la impunidad criminal; ya la del crimen organizado, ya la del gobierno (¿en realidad los distinguen?, amables lectores. Yo, no).

Dolor porque el país lo han convertido, políticos y criminales, en un camposanto clandestino. Lamentablemente.

Al mismo tiempo, quiero rescatar un excelente texto de filosofía, Ira y tiempo (de Peter Sloterdijk, Editorial Siruela, 2010), en el que, precisamente, se pondera el papel que ha jugado el arrojo en la construcción de Occidente; y de cómo, ahora, la bravura se ha reducido a una expresión patológica, en la medida en que las instituciones sociales (sindicatos, partidos, etcétera) han dejado de canalizar la rabia para, así, potenciarla como instrumento de transformación social.

Y no solamente pienso en Miroslava, sino, también, en todas y todos los periodistas que han sido victimados desde el año 2000; en los sexenios de Vicente Fox (10), en el de Felipe Calderón (60) y en lo que va del periodo de Enrique Peña Nieto (33): 103 en total.

No se nos olvide que el 2018 tendremos la posibilidad, si usamos bien nuestro arrojo, de pasarle la factura a la insensible e irresponsable clase política que nos ha gobernado desde el año 2000, por lo menos; clase que ha demostrado una completa ineptitud para solventar su responsabilidad en los cargos que ocupan, en tanto lo que se juega, finalmente, más allá de ellos, es el destino de la nación.

Y en este tenor, priístas, panistas y perredistas no se distinguen, a cual más de mediocres; como no se diferencian criminales de políticos. Lo que es terrible.

El texto de Sloterdijk hace un buen balance filosófico e histórico, guiado por la categoría heideggeriana de tiempo, de la ira: ¿Es posible recargar, bajo las condiciones actuales, tan importante emoción, para catapultar las transformaciones que nos exige el desquiciado (¡ay, Hamlet!) tiempo nuestro?

Esta es la pregunta fundamental.

Mientras tanto, nos queda claro que mientras no asumamos una posición activa contra el miedo, utilizando contra esa emoción, inculcada, la audacia, poco o nada podremos hacer por nuestro país y por el mundo en el que nos ha tocado vivir y… morir en las condiciones de abyección ya descritas.

Cabe recordar, amables lectores, que en 10 años de una guerra estúpida contra el narcotráfico van más de 200 mil muertos y más de 30 mil desaparecidos.

Más muertos que los que le costó la aventura bélica a Estados Unidos en Vietnam; y el mismo número de desparecidos que causó la cruel dictadura chilena de Augusto Pinochet.

Todo ello bajo la supuesta transición democrática y la alternancia de los partidos en el poder. Pero, ¿en verdad se distinguen?

Es importante que mencionemos que bajo esta lógica mortífera, el mundo se desangra en aras de mantener o incrementar las tasas de ganancia del capital, esa fuerza vampírica que para poder subsistir necesita de sangre nueva todo el tiempo (Marx dixit); la sangre de todas y todos nosotros, las y los trabajadores vivos que con nuestro trabajo reproducimos la riqueza (sangre) que el capital/vampiro necesita para subsistir.

¿Seguiremos aceptando el rol de víctimas, de nuda vida, tragándonos nuestro coraje y alimentando, día con día, nuestro pavor?

En 1994 los zapatistas, con un grito de valentía, ¡Ya Basta!, nos enseñaron la dignidad y otras cosas de suma importancia. Es hora de que los recuperemos y reivindiquemos, con ellas y ellos, nuestra memoria y nuestra historia. Desde abajo.

No obstante ello, el balance de lo que va del siglo XXI no es alentador con respecto a la dimensión criminal del sigo XX (ver de Alain Badiou, El siglo, Editorial Manantial, 2005).

De modo que, desde esta modesto Blog, lleno de rabia, exijo:

¡Castigo a los asesinos, materiales e intelectuales, de Miroslava Breach!  

¡Condena contra los criminales, organizados o estatalizados!


¡Cárcel para los políticos corruptos, de todos los partidos!



Miroslava Breach



  *J. Ignacio Mancilla


[Ateo, lector apasionado, 
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]







sábado, 18 de marzo de 2017

Despedidas exquisitas



Inés M. Michel*





Para Isaura, llena de eso que algunas personas llaman luz, otras paz; 
yo le llamo serenidad consciente y estratégica para poder hacer y rehacer
 todo el tiempo que el corazón siga latiendo.

Para Hilda, compañera feminista 
y muy recientemente, opinión que iluminó un poco más el sendero proyectado 
inclinando la balanza hacia donde finalmente se asentó.




         Puede que la oscuridad nunca se vaya, pero no siempre será tan densa. 

                                               Jackie. (Dir. Pablo Larraín, G. Noah Oppenheim, Chile - EU, 2016).



Mucha paz experimenté este día que concluye a manera de antesala para lo que viene. "Para dejarme ir..."

Los sueños recurrentes son algo más que deseos (o miedos), son luces que, aún en la oscuridad más densa, nos señalan cosas, cosas que debiéramos atender; no siempre lo hacemos, por no querer, no poder o porque no les damos esa dimensión.

Uno de mis sueños recurrentes es que me encuentro en Ciudad de México, viviendo ahí, en el departamento en que pasé mi infancia. Todo se desarrolla de forma normal salvo que esa normalidad onírica mezcla dos tiempos y espacios distintos, el periodo en que viví en México por más de una década, con la vida que he construido en Guadalajara desde mi regreso a los 14 años hasta este 2017 que transcurre. 


Vista desde la ventana del departamento, Fresales, Ciudad de México.
Foto: Inés M. Michel (2016).


Pensando en que esto se publica a manera de despedida de una serie de espacios y actividades, y también como anuncio personal sobre mi cambio de residencia, uno que viene después de muchos acontecimientos, pérdidas, amistades, y proyectos grandes, decido que algunos de ustedes (quienes abran el texto durante cierto lapso de tiempo) leerán esto mientras me encuentro viajando. 

Voy a necesitar unos sorbos de Blanc de Zinfandel para arribar del todo, porque el sueño recurrente y los planteamientos de este año terminaron por moverme toda y reconfigurarme para cambiar de tablero de operaciones. 

Ya habrá tiempo de volver a la ciudad que me vio nacer. 

Muchos proyectos continúan y me alegra mucho que puedan hacerlo, con todos los retos que se impondrán los próximos meses. 

Algunos otros han llegado a su fin y siento algo de tristeza, solo la necesaria... en la pérdida siempre he visto oportunidad de crecer y voltear a otros horizontes. 

Contrario a lo que pudiera pensarse, dado lo abrupto de la noticia para quienes apenas se enteran, las decisiones últimas fueron tomadas con la mente despejada y todas las posibilidades sobre la mesa. 

Dicho lo anterior, es un placer comunicarles que estas entradas (o la mitad de Cuerdas que me corresponde) se escribirán desde una nueva locación y que mi proyecto de vida titulado, desde hace algunos años, PlasmArte Ideas y, más recientemente, plasmarTV, se diversifica para alcanzar nuevas metas y públicos. 


Sugerencia musical (ñoña) para continuar la lectura: 



El camino se muestra iluminado por ese sueño que aparece insistentemente en las horas de descanso. 

¿Qué sueñan quienes ven un sueño recurrente realizado? 

¿Cuál sueño será el siguiente? 

¿Qué realidad ha empezado a dibujarse sin saberlo aún?

David, ¿seguiremos soñando con ovejas eléctricas?



*La Otra I
 [atea, vegana, feminista,
lectora irredenta,
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia]

@inesmmichel
I: inmichel

Despedida del departamento.
Ciudad de México (2016).








miércoles, 15 de marzo de 2017

Reflexiones (im)políticas a balón parado



J. Ignacio Mancilla*



Algo inusitado ha sucedido en México; el fútbol, quizá el deporte más popular y el negocio más redituable en el mundo del espectáculo nacional, ha sido parado por una huelga de árbitros que exigen respeto y que se cumpla con la normatividad de la propia Federación Mexicana de Fútbol (FMF) en lo referente a los castigos por agresión a los árbitros.


Un poco de historia

La violencia ha tomado las riendas en todos los ámbitos del país (210 mil muertos y 30 mil desaparecidos en 10 de años de guerra al narcotráfico y el territorio nacional convertido en un gran cementerio clandestino), lamentablemente; y el fútbol no tenía por qué ser la excepción.

Todo empezó (es un decir, porque en realidad el fenómeno viene de más lejos y no solamente es coyuntural; recordemos el famoso grito homofóbico sobre el que prácticamente no se hace nada, por parte de las autoridades, aparte de tolerarlo) con el juego entre Tigres de la UniversidadAutónoma de Nuevo León y el Veracruz (en peligro de descender de categoría) y la tibieza de la Comisión Disciplinaria, perteneciente a la propia FMF, con un partido de castigo; luego vienen las lesiones provocadas a Renato Ibarra (del América), Hirving Lozano (del Pachuca) e Isaac Brizuela (del Guadalajara) y las castigos blandengues dictaminados por la misma Comisión.



Tomada de: infobae.com

Finalmente, la violencia tuvo como centro a los propios árbitros (las mentadas de madre eran el pan de cada partido); la más visible y escandalosa fue la del jugador del América (Pablo Aguilar, tenía que ser el América) contra el árbitro: cabezazo, pechazo y pisotón; además de improperios. Lo mismo hizo Enrique Triverio, jugador del Toluca, éste ya se disculpó, por lo menos.


El otro no ha dicho esta boca es mía.





El castigo que arruinó el espectáculo y el negocio, este fin de semana

La Comisión Disciplinaria, que había dado muestras fehacientes de ignominia e indignidad (algo muy común en México), se lució, al extremo, al modificar el reporte arbitral y no ver lo que todo el mundo vio claramente, la agresión de Pablo Aguilar y considerar, dicha agresión, solamente como un “intento de agresión”, castigándolo 8 partidos y 2 más por los insultos, cuando el Reglamento establece un año de suspensión, claramente.

En todo eso estábamos hasta el domingo 12 de marzo, que se supone se resolvería el conflicto; pero sea el desenlace que tenga, este paro ya hizo historia en el país; pues por primera vez no se ha jugado toda una jornada, porque los árbitros se negaron a silbar como protesta por unos castigos ridículos, seguramente por presión de los equipos involucrados.

¿Será esto el inicio de cambios de fondo en el fútbol mexicano, tan inclinado al negocio y menos al deporte mismo, o todo seguirá igual?

O, ¿se irán contra los árbitros, malamente, como los responsables de esta crisis?

Esta es la gran cuestión de fondo que pronto, más allá de que el lunes 13 haya quedado resuelto el conflicto dándole a Pablo Aguilar y a Enrique Triverio un año de castigo, que en menos de lo que rueda un balón lo veremos. 

El grave problema de México lo representan los poderes meta institucionales, cosa que acontece en todos los ámbitos de la vida nacional; desde la presidencia de la República (recuérdese lo de la Casa Blanca, se castiga a los periodistas que denuncian la corrupción y no a los que violentan la ley) hasta las Universidades (en la Universidad de Guadalajara esto es más que patente); lo mismo se pretenderá hacer con el fútbol; en lugar de castigar a los jugadores que han violentado el reglamento, se querrá hacer pagar los negocios rotos a los silbantes.  


Finalmente…

Bien, todo indica que este round lo ganaron los árbitros, pues el castigo se modificó, otra vez, pues Pablo Aguilar y Enrique Triverio, ya lo dijimos, serán castigados por un año y que los árbitros, ya es oficial, regresan a las canchas para el martes 14 para que se puedan llevar a cabo los cuartos de final de la Copa MX.

Esto anunció un Decio de María sin ningún rubor, haciendo, otra vez, el papelón de su vida, pero, ¿el sueldo lava cualquier indignidad e ignominia?

Una última reflexión, Salinas Pliego (de TV Azteca) habló de secuestro, cuando todo mundo sabe que los únicos que han controlado, de facto, el fútbol son las televisoras (TV Azteca y TELEVISA), que son hasta dueñas de más un equipo. Son ellos los que infringen la legalidad y luego quieren presentarse como inocentes, en este juego poco limpio del fútbol, ja, ja, ja.

México, México, ra, ra, ra.

   
  *J. Ignacio Mancilla



[Ateo, lector apasionado, 
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]