Nos
urge una nueva narrativa social y nacional en México
El pasado 1 de diciembre, hace
exactamente 174 días naturales, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) asumió la
presidencia de México. Y dentro de 100 días rendirá su primer informe de
gobierno y es indudable que ya ha habido cierto desgaste. En cinco meses perdió
cinco puntos en las encuestas de aceptación, aunque sigue apoyándolo una
mayoría considerable. Y la reciente renuncia de Germán Martínez Cázares al
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y sus señalamientos y confrontación
con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), sin que olvidemos el
pasado calderonista del renunciante, es,
quizás, ya un claro signo de la complejidad de las contradicciones internas y
externas en las que se mueve el gobierno de AMLO.
Sí, mucho ha acontecido en
términos favorables, a pesar de los críticos y detractores; pero falta todavía
más -¿cómo no estar de acuerdo con algunos de los puntos de la carta de Germán
Martínez sin dejar de considerar sus relaciones con el poder?- por hacer y ya
es imposible que no salgan a primer plano los señalamientos y las críticas ante
determinados temas muy específicos y complicados: la reforma educativa, el tren
maya y la guardia civil. Y ante ese enorme reto, que es de todas y todos, nos
hace falta, así lo creo, una nueva narrativa social y nacional que haga sentido
y nos posibilite rehacer el país, pues el huachicoleo, las desapariciones
forzadas (40 mil), la violencia (más de 200 mil asesinados), la corrupción e
impunidad y, por si lo anterior fuera poco, la exagerada concentración de la
riqueza nacional en unas cuantas manos y
su consecuente extensión de la pobreza, son un lastre que nos heredaron los
últimos dos sexenios. Y una más que pesada inercia de la herencia neoliberal.
Foto: Cuartoscuro. |
Es por ello que en realidad
han sido las políticas neoliberales las que han postrado al país y cubren por
lo menos cinco sexenios.
Es hora, por tanto, de
defender un presidente que fue electo para cambiar ese estado de cosas. Para lo
que requerimos no solamente que se concrete la cuarta transformación, yendo más
allá de la mera retórica, y que se vaya más allá de ella y se englobe en una
nueva narrativa social y nacional que haga realidad el México del mañana, es
decir, el por-venir de nuestro país.
Pero… ¿estamos, todas y todos,
dispuestos a ello?
¿Por qué no ha bastado hasta
el momento la cuarta transformación?
Esta es la verdadera cuestión.
Y aquí, pienso, no puede haber dudas; y claro que el apoyo no puede ser
acrítico, pues de hacerlo de ese modo se estaría traicionando el sentido del
voto de más de 30 millones de electoras y electores que optaron por Andrés
Manuel López Obrador.
Se trata de que el sector
popular o pueblo incida, también, en la confección de las políticas más idóneas
para llevar a cabo, en los hechos, la tan manida cuarta transformación, para
que ésta no se quede en simple retórica oficial; es decir, la reforma de las
instituciones en los distintos ámbitos de la vida nacional, para adecuarlas,
precisamente, al proceso de transformación que exigen las circunstancias no solamente nacionales sino también mundiales.
Conferencia matutina AMLO. Foto: Presidencia de la República. |
De no hacerlo, aparte de no
cumplir con el mandato de los 30 de millones de votos ya aludidos, se correrá
el riesgo de un retroceso que será todavía más oneroso que todo lo vivido en los
dos últimos dos sexenios (Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña nieto), como
consecuencia de no haberse cumplido las expectativas de cambio abiertas desde
el régimen de Vicente Fox Quezada. ¿Tenemos la suficiente memoria al respecto?
Pero aquí no es cuestión de
voluntad, sino de organización y de actos políticos. Tenemos que inventar las
formas organizativas, pues, para impulsar el auténtico cambio social y evitar
el retroceso político e ideológico; ya no solamente económico. En pocas
palabras, hacer de la cuarta transformación algo del orden del acontecimiento.
En esto consiste el verdadero
reto que tenemos las y los mexicanos.
¿MORENA será capaz de hacerlo?
¿Lo serán las senadoras y senadores y las diputadas y diputados del actual
Congreso de la Unión?
¿Cuál será el papel de todas y
todos nosotros, los mexicanos de abajo, ante las presiones, ya muy visibles, de
los grupos de poder y de la burocracia política (llena de arribistas y
oportunistas?
Ha llegado el momento en el que
no se vale ser solamente crítico y espectador.
AMLO en el Zócalo. Foto: Reverso. |
Ha llegado la hora de sacar a
relucir la inventiva histórica de nosotras y nosotros los mexicanos; por
fortuna, tenemos una larga historia de la que podemos echar mano.
Así lo veo y así lo siento.
P. D.
Este es el segundo texto
directo en el que me pronuncio, abiertamente, sobre el actual gobierno. El
primero lo hice en un texto conjunto con Inés M. Michel. Invito a todas y todos
a leerlo, a pesar de su extensión.
[Ateo, lector apasionado,
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]
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