J. Ignacio Mancilla*
“Bajo una lógica de sistemas (hoy cibernética)
se intenta regular el proceso de conformación
de los sujetos hasta hacerlos funcionales para el
cumplimiento de las expectativas del poder. La
actualidad se mueve sobre la tendencia a la
tecnologización y entrenamiento de las personas,
en detrimento de su potenciación subjetiva”.
Del
Prólogo de Gerardo Meneses Díaz al libro
de Andrés
Manuel Jiménez, La Relación profesor
estudiante.
Una propuesta desde el psicoanálisis
(Red
Analítica Lacaniana. Colección Ediciones
de la
Noche, México, 2013).
En México, como en el mundo todo, pienso
particularmente en Argentina, ello a partir de un texto de Elis publicado en
este blog
(LEER AQUÍ),
la batalla por la educación ha llegado a su situación más extrema: pues ha
devenido, en los hechos, por parte del Estado mismo, en una guerra sucia de
baja y alta intensidad.
El capítulo más reciente, en el caso de nuestro
país, se dio en el estado de Oaxaca, con la desaparición pseudolegal, acompañada
de un despliegue impresionante de las fuerzas armadas, que no se vio ni
siquiera en el caso de la fuga de El Chapo Guzmán, del Instituto Estatal de
Educación Pública de Oaxaca (IEEPO).
Para llevar a cabo este operativo
(cuasi)militar, entraron en contubernio el gobernador de Oaxaca (Gabino Cué),
que ha dado muestras de una total incapacidad, con otro personaje no menos
inepto, el secretario de Educación, Emilio Chuayffet, que sorprende por su
terquedad e impunidad, pues en lugar de ocupar un cargo y devengar sus altos
honorarios, debería estar en la cárcel, por lo menos por su responsabilidad
oficial, como secretario de Gobernación que fue, en el caso de la matanza de
Acteal, Chiapas (22 de diciembre de 1997); además de otros sucesos de
lamentable memoria.
Pero... como se acaba de demostrar con el
reciente multihomicidio de la Ciudad de México, en el que se le quitó la vida
al fotorreportero de la Revista Proceso, Rubén Espinosa y a la activista
social, Nadia Vera Pérez, multihomicidio que apunta directamente al gobernador
de Veracruz, los hombres y mujeres del poder gozan, en nuestro país, de la más
absoluta impunidad.
Regreso al asunto de la lucha por la educación,
vinculada, necesariamente, con las mal llamadas reformas estructurales,
instrumentos también de carácter pseudolegal, con los que se nos quiere
desaparecer a las y los maestros en México, para reducirnos a simples
prestadores de servicio, conforme a los tratados comerciales de carácter
internacional y debido a las presiones de los organismos financieros
internacionales (Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial,
fundamentalmente).
En este punto, han sido las y los maestros
agrupados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE),
fuerza paralela a la del sindicato charro y oficial del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación (SNTE), controlado por las fuerzas políticas
oficiales, ello pese al encarcelamiento de Elba Esther Gordillo.
Sin embargo... a pesar de ese golpe de fuerza,
el litigio por la educación no se ha cerrado, pues sigue pendiente, ya que,
junto a esta afrenta, bastante sensible en la historia nacional del México
moderno, son otros golpes los que (el de la salud, por ejemplo), si los
juntamos, podemos percatarnos de que detrás de esta singular guerra por la
educación, lo que está jugado, en el fondo y en la superficie, como se
escribiera ya hace tiempo (en 1981), en un libro que hiciera historia, es la
batalla por la Nación (Rolando Cordera y Carlos Tello, Siglo XXI Editores, en
2010 se hizo una reedición de dicho texto).
¿Podemos seguir permaneciendo pasivos las y los
trabajadores mexicanos, en el sentido más amplio de la palabra; pero también
las y los trabajadores del mundo?
Y no solamente me refiero, por supuesto, a las
y los trabajadores de la educación; sino a todas y todos los que vivimos de la
venta de nuestra fuerza de trabajo; a las y los que formamos parte del 99% de
la población mundial, excluida de la riqueza producida por todas y todos y
controlada por el 1% de dicha población y que ejerce un control directo de la
riqueza producida históricamente por la humanidad entera.
Así las cosas.
Es por ello que, cosa un tanto inaudita, en una
partido de fútbol, específicamente en la final de la copa Libertadores, jugada
entre un equipo argentino, el River Plate, y uno mexicano, los Tigres de la
Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL, paradójicamente, una Casa de
estudios), ayer 5 de agosto, en el Monumental de Buenos Aires, se haya dado esa
manifestación de repudio de los reporteros gráficos denunciando lo que ya en
todo el mundo sabe, que en México está en marcha un Genocidio que atenta contra
todos y todos los mexicanos de manera cotidiana.
Foto tomada de SOPITAS: VER AQUÍ |
Esto al tiempo de que en Madrid, alrededor de
500 personas se manifestaban, por las mismas razones, frente a la embajada de
México en el país de Miguel Hernández y Federico García Lorca, por citar a dos
grandes poetas, repudiando, de ese modo, el asesinato de Rubén Espinosa y Nadia
Vera Pérez; además de Yesenia Quiroz y una mujer identificada como Alejandra,
Nicole o Simone (al parecer colombiana).
Y las y los manifestantes apuntaron hacia el
gobierno federal y al gobierno de Veracruz como “cómplices” del multihomicidio,
algo que circula con cierta intensidad en las redes sociales, sobre todo con ese
medio moderno de comunicación alterno al poder y tan peculiar, me refiero a los
Memes.
Cabe decir, para cerrar esta reflexión, que he
sido profesor universitario desde 1978 y que nunca como ahora he sentido todo
el poder del Estado y de las propias instituciones educativas, en este caso de
mi Universidad (la Universidad de Guadalajara, en la que he persistido en este
papel de profesor), por empeorar las ya de por sí precarias condiciones
laborales de aquellas y aquellos que nos
confrontamos, cotidianamente, con las dificultades educativas ahí donde más
importa, el aula de clase y no el escritorio y los sueldos abultadísimos de
gente que no tiene la más remota idea de lo que significa enseñar.
Esta es, pues, a mis ojos, la singularidad de
la batalla por la educación, que no es otra cosa, como ya he intentado
demostrarlo en este pequeño texto, que otro frente, son muchos, de la disputa
por México.
Lucha que en cada país del mundo tiene sus
propias peculiaridades e historia. Cuestión que no puede ser de otro modo.
Que cada quien tome su trinchera en el país en
el que se encuentre, esto independientemente del lugar donde haya nacido.
Al final de cuentas todas y todos somos, así lo
pienso, ciudadanos del mundo.
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