Inés M. Michel*
[Texto publicado originalmente en una columna de mi autoría del blog PlasmArte Ideas: VER AQUÍ, por su extensión será publicado en este blog en dos partes, esta es la primera]
¿Qué mundo terrible vivimos, que un relato
escrito hace 67 años, en el contexto de una dictadura, nos habla tanto del
pasado como del presente y de un futuro desalentador?
Ese pasado, plasmado en las páginas de
1984, escrito en 1948 ha sido borrado sistemáticamente de las páginas de
nuestra historia; hoy agrego unas cuantas al intento del no olvido, de la
memoria.
Muchos relatos nos hablan de la realidad,
pero algunos lo hacen desde la perspectiva de que hay distintas realidades,
afines a quien las vive, ajenas para quien a veces, ni siquiera sospecha esta
multiplicidad. No se trata solo de física cuántica, o de universos paralelos o
alternativos, sino de conjuntos de sistemas que funcionan y se reproducen en su
interior, en ocasiones sin interactuar con otros, por lo que para quienes viven
en ellos, pueden parecer únicos, totales.
Muy importante para este texto, es el doble discurso, que también
puede ser interpretado como una doble realidad: lo que dice la dialéctica del
poder y lo que ocurre tras los escenarios políticos, tras los teleprompters.
Las palabras elegidas en los discursos,
las mentiras dichas como verdades, y las verdades acalladas como mentiras,
conforman un entramado que pretendo exponer aquí, dejando al alcance de
cualquiera que le interese, lo que se oculta en las frases más sonadas de
nuestros tiempos, reflejadas en las líneas del texto y maravillosamente
desglosadas con la neolengua, lenguaje inventado por Orwell que va al punto
nodal de lo que dice y lo que se piensa en la actualidad.
Originalmente, esta novela se concibió
con el nombre The Last Man in
Europe (El último hombre de
Europa); posteriormente surgió el título Nineteen Eighty-Four (Mil novecientos
ochenta y cuatro), el cual convenció más a su editor, pues lo consideraba un
título más comercial.
Sobre por qué el título 1984, se manejan
distintas teorías: una menciona como referencia la fecha del centenario de la
Fabian Society, fundada en 1884; otra habla de un guiño a la novela de Jack
London, The Iron Heel (por la fecha en que el partido político toma el poder);
otra más, propone que es en relación al cuento de GK Chesterton, uno de sus
autores preferidos, The Napoleon of Notting Hill, ambientado en 1984.[1]
Uno de sus biógrafos, Peter Davison,
señala que, aunque no existen pruebas que lo fundamenten, el editor
estadounidense de Orwell afirmaba que era simplemente el resultado de
intercambiar la posición de los dos últimos dígitos del año en el que se
escribió.
En una carta a un líder sindicalista
estadounidense, el autor dice sobre su novela:
“Yo no creo que el género de sociedad que
describo vaya a suceder forzosamente, pero lo que sí creo (si se tiene en
cuenta que el libro es una sátira) es que puede ocurrir algo parecido. También
creo que las ideas totalitarias han echado raíces en los cerebros de los
intelectuales en todas partes del mundo y he intentado llevar estas ideas hasta
sus lógicas consecuencias.”
La clave no es dada aquí por él mismo, en
un párrafo revelador sobre la sociedad de su tiempo, que es cada vez más, la
nuestra.
La novela emblemática de George Orwell,
estudiada por muchos especialistas durante décadas, resulta pertinente hoy,
para entender lo que nos pasa día a día en un mundo tecnologizado, globalizado
e hipervigilado, donde el individuo se pierde en beneficio del Estado, y de un
supuesto bienestar colectivo, que oprime y destruye las libertades individuales
arguyendo de diversas maneras la necesidad de ello e incluso generando que sea
la misma gente la que lo pida y lo defienda.
Es el sistema perfecto de control, no solo
se vigila y se controla el comportamiento, también se busca el control de la
mente, los deseos y los sueños.
Suele decirse que la ficción se adelanta
en muchas ocasiones a la realidad hablando con exactitud de algo que en su
presente aún no ha pasado; mi postura es que simplemente hay autores que
analizan tan profundamente la sociedad y su mundo, que logran entender muy
precisamente hacia dónde va el presente.
Por todo ello, me interesó hablar de 1984,
que basada en las atrocidades de dictaduras pasadas, nos da en su discurso una
visión clara del presente, y utiliza el lenguaje como pilar para transmitir
las contradicciones y las atrocidades del poder.
“La guerra es la paz, la esclavitud es la
libertad, la ignorancia es la fuerza”, este, el lema del Partido en este
futuro distópico planteado por Orwell, nos da pie para desmenuzar los recursos
semióticos utilizados en el libro que denotan la incongruencia de un gobierno,
que se parece terriblemente a muchos de la vida contemporánea.
El pasado, dice Orwell en una entrevista
acerca de su libro Mi Guerra
Civil Española, es controlado por la camarilla gobernante tanto como el
futuro. En relación con la reescritura de la Historia, Orwell dice en este
texto:
“Ya de joven me había fijado en que ningún
periódico cuenta nunca con fidelidad cómo suceden las cosas, pero en España vi
por primera vez noticias de prensa que no tenían ninguna relación con los
hechos, ni siquiera la relación que se presupone en una mentira corriente.
(...) En realidad vi que la historia se estaba escribiendo no desde el punto de
vista de lo que había ocurrido, sino desde el punto de vista de lo que tenía
que haber ocurrido según las distintas «líneas de partido». (...) Estas cosas
me parecen aterradoras, porque me hacen creer que incluso la idea de verdad
objetiva está desapareciendo del mundo. A fin de cuentas, es muy probable que
estas mentiras, o en cualquier caso otras equivalentes, pasen a la historia.
¿Cómo se escribirá la historia de la Guerra Civil Española? (...) Sin embargo,
es evidente que se escribirá una historia, la que sea, y cuando hayan muerto
los que recuerden la guerra, se aceptará universalmente. Así que, a todos los efectos
prácticos, la mentira se habrá convertido en verdad. (...) El objetivo tácito
de esa argumentación es un mundo de pesadilla en el que el jefe, o la camarilla
gobernante, controla no sólo el futuro sino también el pasado. Si el jefe dice
de tal o cual acontecimiento que no ha sucedido, pues no ha sucedido; si dice
que dos y dos son cinco, dos y dos serán cinco. Esta perspectiva me asusta
mucho más que las bombas, y después de las experiencias de los últimos años no
es una conjetura hecha a tontas y a locas."[2]
La novela fue escrita mientras Orwell se
encontraba gravemente enfermo de tuberculosis, en la isla de Jura, Escocia,
entre 1947 y 1948, retomando apuntes que había comenzado en 1944.
El autor pertenecía a una familia escocesa
originaria de Montanari, una comunidad cercana a la India. Durante muchos años
laboró en la policía de su país, donde conoció los aspectos más terribles del
imperialismo. Como intelectual fue antidogmático y anticatólico. Por supuesto,
1984, no escapa a la influencia de este pensamiento.
En un lenguaje sencillo, contado a través
de un narrador omnipresente, la prosa estructurada a lo largo de tres partes
que a su vez se dividen en capítulos; se utilizan símbolos del discurso
político, que son fácilmente identificados en la lectura, uno de los emblemas
es el lema del Partido: La
guerra es la paz, la esclavitud es la libertad, la ignorancia es la fuerza,
y es el que fortalece a esa dialéctica del poder que mencioné ya.
Catalogada como novela de ciencia ficción,
el texto de Orwell presenta un futuro distópico donde narra las aspiraciones
humanas y el temor al control totalitario sobre el cuerpo de los individuos,
pero lo más terrible, sobre la mente. Protagonizada por Winston Smith, que
simboliza la rebelión contra la clase dirigente británica que se apoderó de
todos los aspectos de la vida de sus gobernados, a quienes espía en todo
momento con cámaras instaladas en cada rincón de la ciudad.
Orwell, pretendía como escritor, y se
refleja en esta, su última novela, elevar la literatura política al terreno del
arte.
[Continuará...]
*La Otra I
[atea, vegana,
feminista,
lectora irredenta
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia]
_____________________
Referencias
[1] Orwell, George, The Collected Essays, Journalism and Letters of
George Orwell – Volume 4: In Front of Your Nose, 1945–1950,
Editorial Penguin, Reino Unido.
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