viernes, 20 de septiembre de 2019

Certezas en tiempos de incertidumbre


Parte I


Para mi abuela Josefina,
ejemplo de vida y resistencia



Cada vez estoy menos segura de aquellas certezas que creí sólidas. Eso sí, me aferro con las uñas a ciertos ideales políticos personales, propios…

Cada sueño se ha ido cumpliendo, y por eso agradezco, sin rezos. Estoy orgullosa de mis esfuerzos, de mis lágrimas, mis muertxs, mi sed por las mañanas, mi ansiedad por las noches (¿amanecerá otra vez o la larga noche por fin se asentará en nosotras cubriéndonos con su cálido manto?), mi rabia, mis amados seres, esas almas que me habitan, me acompañan, me pueblan, me inyectan aliento y ganas, incluso allí donde el silencio se posa; el desasosiego que nunca se aleja disminuye con estas presencias luminosas y tremendas.

Cada paso resuena, son ellas, presencias de carne, sal y humo, su eco se escucha lejano cuando me abrumo, cercano cuando respiro.

Cada palabra, cada una de sus palabras sin decir y también las dichas, me acompaña, me recompone; otras palabras que suenan a cristal afuera en la jungla me resquebrajan, por momentos me voy con esa idea a casa, de que soy la más frágil y vulnerable, incapaz de lidiar con las batallas cotidianas, con la gente que pulula y me mira. 

[Pausa para respirar]



Vivo. Mis nombres me acompañan, sus nombres, como el de mi abuela que siempre se presentó como Josefina Díaz viuda de Michel, a sus órdenes.

Entonces… Inés M. Michel, respondo y firmo, porque llevar el apellido materno -paterno para mi madre-, es también una decisión política.


P. D. La segunda parte llega el próximo 26 de septiembre, en una secuencia atípica para Cuerdas (normalmente intercalamos autoría papá y yo) pues mi texto lo exige así esta vez.




Inés M. Michel.

Ciudad de México, septiembre, 2019.

 [Atea, vegana, feminista,
lectora irredenta,
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia.]










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