martes, 27 de febrero de 2018

No hay quinto malo




J. Ignacio Mancilla*









Los dioses se convirtieron en armas humanas”.
El poder y la religión siempre han estado del mismo lado”



María José Aguirre Gómez. La ontología del poder. El mandato divino.
(Alumna del ITESO, participante del V Congreso Jalisciense de Filosofía en la Mesa: 
La cuestión ontológica del poder).




El pasado 15 y 16 de febrero, en las instalaciones del Instituto de Filosofía, se llevó a cabo el V Congreso Jalisciense de Filosofía, cuya pretensión fundamental es rescatar la obra y la memoria de los filósofos nacidos en Jalisco. Esta ocasión el Congreso estuvo dedicado al insigne filósofo Antonio Gómez Robledo (1908-1994), cuya obra es por demás de suma importancia.

El tema general fue De Leviatanes y sujetos en vilo. Filosofía, ética y política en Antonio Gómez Robledo.

Fueron 4 mesas 4: Revisión crítica de la ética en la obra de Antonio Gómez Robledo; La política y lo político en Antonio Gómez Robledo; La cuestión ontológica del poder y Antonio Gómez Robledo: filósofo, humanista y diplomático. Además de un homenaje musical, Kyrie Eleison, cuya autoría fue de Javier Ruiz de la Presa.


V Congreso Jalisciense de Filosofía


Durante dos días, con largas sesiones por la mañana y por la tarde, escuchamos diferentes disertaciones y reflexiones, tanto de maestros como de alumnos que no solamente problematizaron algunos aspectos de la obra filosófica del autor homenajeado sino que, también, a partir de su “inspiración”, se debatieron diversas ideas relativas al mundo contemporáneo en el que nos encontramos inmersos; para bien y para mal.

Al tiempo que se hicieron preguntas para hacer patente la forma fundamental del discurso filosófico, la de la interrogación, según lo estableció Sócrates, allá en la Grecia clásica.

Con esta edición pasada hemos culminado con el V Congreso; tarea que hemos mantenido a lo largo de 5 años y ya vamos por nuestro VI Congreso, mismo que se realizará durante el 2019 y cuyo homenajeado se determinará por las Instituciones convocantes a las que, para el próximo año, se incorporarán nuevas agrupaciones (juveniles, sobre todo) que hacen del quehacer filosófico su principal actividad y preocupación por estas tierras.

Quizás, así lo vi y eso pienso, lo más llamativo del V Congreso sea la fuerte “sacudida” del “cochambre académico” por parte de las y los alumnos, fundamentalmente del ITESO (Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente). En particular por lo sostenido por Ana María Villalobos Ibarra, Karina de Santiago Ávalos y sobre todo por María José Aguirre Gómez.

Cabe aclarar que el ITESO, conjuntamente con el Colegio Jalisciense de Filosofía, el Departamento de Filosofía del CUCSH (Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades) de la Universidad de Guadalajara, el Instituto de Filosofía (que este año fue la sede del V Congreso, como ya se dijo), el Seminario Mayor de Guadalajara y la Secretaría de Cultura del Gobierno de Jalisco fueron las Instituciones organizadoras y convocantes de este exitoso V Congreso. Cosa por la que me congratulo sobremanera.

Y no quiero dejar de expresar que una de las cosas más lamentables es, quizás, la notoria ausencia de las y los estudiantes de la Universidad de Guadalajara; sobre todo en cuanto ponentes.

Esperemos esto se pueda subsanar el próximo Congreso.

De este modo, esperamos pronto poder contar con las memorias para que, de esa manera, lo trabajado durante el V Congreso llegue a más personas de las que estuvieron presentes físicamente; además de las que siguieron nuestras trasmisiones en vivo por medio de Youtube.

En lo personal estoy sumamente contento de haber participado y, sobre todo, de vivir y constatar la pujanza y calidad de las y los jóvenes filósofos que con sus intervenciones nos dieron una “fuerte sacudida” al cotidiano y por ello muchas veces desapercibido, ya lo dije, “cochambre académico”.

Pues, y así lo pienso sinceramente, mientras la filosofía no salga de las aulas y se vincule con la vida real, poco, muy poco es lo que puede ofrecer si se queda en meras disquisiciones teóricas y metafísicas.

En fin, esa fue una de las cosas más insistentes por parte de un colega del público que no dejó de reiterarlo, al tiempo que extendió su felicitación a las y los jóvenes filósofos participantes por la calidad de sus trabajos y ponencias.

Espero que en el diseño del VI Congreso podamos retomar mejor dichas inquietudes, por demás legítimas y poder generar, así, un dispositivo más acorde con tan sensatas propuestas.

Por último, no quiero dejar de agradecer a todos mis colegas por su entrega al trabajo y por enseñarme que sin dejar de por medio las diferencias, son posibles las tareas en equipo y los proyectos comunes; como han sido, hasta ahora, los trabajos de los V Congresos ya realizados. Gracias, pues, a Juan Manuel Negrete, Presidente del Colegio Jalisciense de Filosofía; gracias a Carlos Sánchez, del ITESO; gracias a Rafael Rivadeneyra, del Instituto de Filosofía; Gracias a Antonio de Jesús Rodríguez, del Seminario Mayor de Guadalajara; gracias a Samuel Gómezluna, de la Secretaría de Cultura y gracias a Jaime Flores por su activa participación en el magnífico homenaje musical a Antonio Gómez Robledo.


V Congreso Jalisciense de Filosofía

Nos veremos el 2019 en nuestro VI Congreso Jalisciense de Filosofía, con el filósofo y temas que definamos colegiadamente.

¡Enhorabuena por la filosofía jalisciense!







*J. Ignacio Mancilla.

[Ateo, lector apasionado, 
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]











martes, 20 de febrero de 2018

Timos y traiciones


Inés M. Michel*





"El timo -o la idea abstracta contenida en el verbo timar- es cosa bien conocida. El hecho, sin embargo, la cosa en sí, el timo, no se define fácilmente. Podemos llegar a tener, sin embargo, una concepción aceptable del asunto, si definimos, no la cosa en sí, el timo, sino al hombre como un animal que tima. Si Platón hubiera dado con esto, se hubiera ahorrado la afrenta del pollo desplumado. 

A Platón le preguntaron, muy pertinentemente, por qué un pollo desplumado, que respondía perfectamente a la condición de "bípedo implume", no entraba en la definición de hombre. Pero a mí no vendrán a importunarme con preguntas parecidas. El hombre es un animal que tima y, fuera de él, no existe animal que lo haga. Para invalidar esta afirmación haría falta todo un gallinero de pollos pelados.

Aquello que constituye la esencia, el núcleo, el principio del timo, solo se encuentra en esa clase de criaturas que visten chaquetas y pantalones..."



- El timo. (Considerado como una de las ciencias exactas). E. A. Poe.




Es posible (y probable) que algún día de su pasado, o que un día cualquiera de su futuro, alguien les haya timado o traicionado/ les vaya a timar o traicionar.

Edgar Allan Poe, en uno de sus relatos, afirma que es el timo lo que identifica a los seres humanos. Somos seres capaces de timar, llevando esa conclusión más lejos expondremos que somos seres, como ningún otro conocido, capaces de traicionar, pues aunque Poe habla específicamente del timo en su cuento El timo. (Considerado como una de las ciencias exactas), donde expone la  particular capacidad humana de timar (engañar sacando ventaja del engaño), pudiera extenderse la afirmación hacia el horizonte de la traición para posibilitarnos englobar aún más acciones humanas que, habría que insistir, no parecen estar presentes con esas mismas características en otras especies animales.

Apenas en entradas pasadas se abordó la capacidad de amar, aún en circunstancias tan adversas como la guerra, los desastres, la miseria o el sufrimiento agudo.

¿Qué pasa, entonces, con acciones y sentimientos humanos que apuntan hacia otros caminos?

Es el caso de la venganza, el rencor, el odio, la avaricia, las peleas.

¿Son reacciones humanas tanto como el amor, la compasión, la empatía?

Podríamos decir que sí, lamentablemente. También lo son todos aquellos matices que quedan en medio, así como las ambigüedades que caracterizan a los individuos. Todo ello es humano.

Así que serían las elecciones individuales las que distinguen el camino de un humano del de otro, no las adversidades, ni las capacidades. Podemos calificar estas decisiones según criterios éticos o morales pero eso es harina de otro costal.

Entonces, ¿hay "buenos" y "malos" humanos?

O, pudiéramos plantear que ¿hay seres humanos y otros seres que pudieran calificarse como no humanos por la naturaleza de sus acciones? Mas, ¿quién decidiría si se definen como humanos o no? ¿Quién calificaría a los humanos, separándolos de aquellos que lo parecen pero que pudieran no serlo, con qué parámetros? Y, aún más importante, si siguiéramos esta forma de actuar, ¿quién calificaría a los que califican? (Who watches the watchmen?)


Watchmen (A. Moore/ D. Gibbons, 1986, DC Comics).
Tomada de: hobbyconsolas.com


Apresuradamente debemos concluir que todos esos bípedos implumes, capaces de amar, de traicionar, de lastimar a sus congéneres con saña, de ayudar a otros seres vivos desinteresadamente; son seres humanos, cada uno de ellos, poetas, homicidas (y homicidas poetas), mártires, activistas, monjas, directores de escuela, dueños de cafeterías, familiares despiadados, abuelitas cariñosas, cualquiera por mencionar, incluyéndonos a nosotros mismos, está contenido en esa definición con variantes de nuestra especie, una que intenta agruparnos y explicarnos, contenido pero no del todo definido, pues la definición es completada por cada decisión individual.

"Son nuestras elecciones, las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades". (It is our choices, Harry, that show what we truly are, far more than our abilities).*

Ser humanos es apenas el principio, un comienzo indefinido. ¿Cómo nos asumimos humanos?  Esa es la pregunta correcta.





Inés M. Michel.
@inesmmichel
I: inmichel

Ciudad de México, febrero de 2018.

 *[Atea, vegana, feminista,
lectora irredenta,
a la espera del apocalipsis zombi
que dará sentido a mi existencia.]













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*Harry Potter y la cámara secreta, (J. K. Rowling, 1998).

martes, 13 de febrero de 2018

Juan Flores, el de los libros del CUCSH




J. Ignacio Mancilla*






Quiero ocuparme, esta ocasión, de alguien y algo que me atañe sobremanera: de un librero muy singular y de los libros que ha puesto en mis manos. Estoy hablando de Juan Flores, el de los libros del CUCSH (Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades) de la Universidad de Guadalajara. Al tiempo que, también, rindo un homenaje modesto pero sincero a otro librero de ese mismo ámbito, ya fallecido; me refiero a Ángel Junco (1958-2014), que descanse en paz.

Este año Juan cumple 27 años de librero en el CUCSH, se instaló por primera vez allá por el año de 1991; en números globales, ha movilizado alrededor de 50 mil libros. Él nació en lo que hoy es la Ciudad de México, la que oficialmente antes se denominó Distrito Federal. Actualmente tiene 57 años y fue Juan Sánchez Chong, de origen chino, personaje ya fallecido, quien lo introdujo en el mundo de los libros. Recuerda haber leído a Anton Makarenko, el más que famoso Poema pedagógico y La madre, de Máximo Gorki, precisamente a instancias de tan importante sujeto en su vida.




Juan conoce su oficio y sabe de libros; ha leído lo suficiente para mantener una conversación alrededor del mundo de las letras. Leyó al brasileño Jorge Amado y al mexicanísimo José Revueltas, conocido personalmente por Juan Sánchez Chong, quien, de alguna manera, fungió como su tutor y lo recuerda, siempre, con mucho respeto y gratitud.

Lo que sabe del marxismo se lo debe también a ese singular personaje que tanto le trasmitió y que él no duda en reconocer lo que aprendió a su lado; aunque no deja de ver lo que pese a las importantes “enseñanzas” del chino, él no ha podido corregir y que considera como sus “errores”; que de vivir “el chino”, dice, lo regañaría por esas sus inconsecuencias.




En cuanto a libros, dice que los que más le compran son los profesores de Filosofía y los de Letras; y que lo mismo ocurre con los estudiantes. Que también son los de Letras y los de Filosofía los que más se acercan, ven y adquieren los libros que él día con día exhibe y pone a su disposición. Lo mismo ocurre con los de Historia. Profesores y alumnos.

Sostiene que no hay diferencias sustantivas, en cuanto a la compra de libros, entre mujeres y hombres. Que en caso de haberlas, serían prácticamente insignificantes.

¿Qué ocurre, nos preguntamos nosotros, con los demás profesores y estudiantes? ¿Acaso los de las otras especialidades no leen? ¿Leen menos? ¿No les interesan los libros? Son preguntas que no vamos a responder y que dejaremos abiertas.

Fue en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) donde vio la exhibición y venta de libros, al tiempo que acudía a las conferencias que se organizaban en el Auditorio “Che Guevara”; experiencia que, aunada al contacto y enseñanzas de Juan Sánchez Chong determinó lo que desde ya casi tres décadas hace para ganarse la vida.

Son varios los libros que Juan Flores ha puesto en mis manos y que de no ser por él, estoy seguro que no los habría leído. Recuerdo con mucho agrado, por todo lo que me aportó sobre uno de los temas más significativos del cristianismo, el de Geza Vermes, La resurrección, editado por Crítica. También viene a mi mente un libro poco común, La materia oscura. Historia cultural de la mierda, de Florian Werner, editado por Tusquets. Y, recientemente, texto que estoy disfrutando sobremanera, el de Peter Watson, La edad de la nada. El mundo después de la muerte de Dios, también publicado por Crítica y tan significativo para el tema de Dios en la Modernidad.

Por supuesto que no son los únicos, pero son los que traigo a la memoria para así darle un lugar a esa labor tan importante que Juan Flores ha desempeñado ya casi por treinta años, la de difusor de la cultura y la de facilitador de los libros, mismos que son tan indispensables en un mundo en el que la cultura será nuestra salvación o no será.

Juan Flores, con su presencia, ha hecho lo que quizás muchos de nosotros, los profesores, no hemos sabidos hacer de la mejor manera: fomentar la lectura y el amor a los libros.





P. D.


Los que puedan, no dejen de ir con Juan Flores. Seguramente encontrarán más de alguna libresca sorpresa.





*J. Ignacio Mancilla.

[Ateo, lector apasionado, 
militante de izquierda (casi solitario).
Lacaniano por convicción
y miembro activo de Intempestivas,
Revista de Filosofía y Cultura.]











martes, 6 de febrero de 2018

Espejos negros y conejos blancos


Inés M. Michel*







Tomada de: mediatrends.es

Gran parte de los titulares más compartidos y comentados de los medios de comunicación que conozco se concentran en notas provenientes de todo el globo donde lo que resalta es la muerte, el terror, el sufrimiento, la miseria... Y no es que difundan necesariamente mentiras pero sí hay que detenerse a examinar que se trata también de una estrategia. Una que involucra a cada humano frente al espejo negro, siendo testigo silente o indignado de un horror que no acaba. 





¿Y lo otro? Aquellas historias de valor, amistad, encuentros afortunados... ¿dónde está? Parece tan poco comparado con los hechos que nos bombardean la mente y el alma. Aún con todo ello hay gente que emprende proyectos y le va bien con ellos, a pesar del mundo, y no por haber ganado la lotería ni por golpes de suerte como los que suceden en las telenovelas. Son personas que, independientemente de sus circunstancias, se atreven a soñar, a imaginar. 

First I dream... Y la realidad se contagia de esa magia, la fantasía inunda lo cotidiano y lo común deja sus tonos grises para dar paso a un arcoiris. Es casi un misterio ese proceso pero existe, está ahí recordándonos que hay otro lado, que cuando nos permitimos pensar en el duende al final del brochazo de colores o en el conejo que nos indica una vereda hacia Wonderland, aunque no aparezcan en nuestro mundo, imaginar su magia plantea caminos distintos e ideas para sobrellevar la realidad. Estos senderos (im)posibles son esperanza para quien la desgracia le alcanzó a cualquier edad, para quien enfrenta batallas diarias en donde el consuelo se esfuma. Y es que suele pasar que las lágrimas como las preocupaciones nublan demasiado la vista, fruncen tanto el ceño, al grado de casi cegarnos.  


Foto: Inés M. Michel (Tonalá, Jalisco, 2013).


¡Ahí está el conejo blanco! Si logramos despejarnos lograremos ver, así como cuando fuimos infantes y nos maravillaba el mundo. ¿Qué fue lo que nos pasó?

No es pertinente minimizar ninguna circunstancia adversa, las guerras, la pobreza, el maltrato. Lo que pretendo es expresar que nos permitamos detenernos a mirar, a respirar, a sentir que sí, estamos vivos y estamos aquí, con todo y desventuras. Deteniendo el tiempo, por lo menos un instante, recordaremos aquel suspiro, aquel amor, aquel amanecer. 

Si nos encontramos con alguien que sueña, que imagina, que se atreve a expresar una idea para salir de situaciones precarias, que comparte una fantasía, detengámonos un momento, no importa cuán loco o extraño suene lo que nos cuentan, no importa cuántos “nos” y caras de incredulidad hayamos obtenido de los demás en el pasado, escuchemos y concedámonos decir, me gusta tu idea, o, es una buena idea, quizá si la implementaras funcionaría.

Pudieras ser la primera persona de quien tu interlocutor escucha eso, pudiera ser el impulso, la chispa que encienda el coraje necesario para cambiar su vida y atreverse a hacer algo distinto.





Inés M. Michel.
@inesmmichel
I: inmichel

Ciudad de México, febrero de 2018.

 *[Atea, vegana, feminista,
lectora irredenta,
a la espera del apocalipsis zombi

que dará sentido a mi existencia.]